Cuando había decidido tomarse un tiempo de descanso para luego intentar reencausar su carrera profesional, el nogoyaense Javier Ojeda sufrió un golpe de nocaut que le propinó la vida: la pérdida de su padre, Ramón Ojeda Roldán, quien además fue su entrenador a lo largo de su etapa como boxeador. Esto prolongó ese receso, a tal punto que parecía ser definitivo. Pero con el tiempo pudo superar ese trago amargo y logró volver al ring en abril, tras ocho años en los que sus guantes estuvieron colgados.
Luego de dar ese primer paso, el Cirujano tendrá pronto otro compromiso, con el condimento especial que será ante su gente, con un cinturón en juego. El viernes 5 de julio se presentará en el Polideportivo Municipal de Nogoyá, donde disputará el Título Argentino del Plata de la Asociación de Boxeo Argentino (ABA) de la categoría Pesado.
-¿Cómo se dio este retorno al ring y qué te motivó a volver después de ocho años de inactividad?
-En 2011, luego de mi última pelea (NdeR: fue el 23 de abril del 2011, cuando fue noqueado por Martín Islas), que no pensaba que iba a ser la última, decidimos tomarnos un tiempito con mi viejo -y entrenador- para refrescar mi cabeza. La idea era que fueran seis meses o un año como mucho y, cuando estaba pensando en volver a trotar por los caminos rurales, algo que me gusta mucho, el 13 de abril del 2012 falleció mi papá. Fue algo inesperado porque no estaba enfermo y me golpeó mucho, al punto de pensar que sin él nunca más boxearía. Teníamos una relación de amistad y cada vez que intentaba volver sentía que no podía, porque que no había terminado de hacer mi duelo. Hasta que en octubre del año pasado se empezó a hablar de un posible regreso y pude volver a los entrenamientos sin que me pesara esa carga emotiva. A partir de ahí me comencé a contactar con la gente del boxeo y me llegó un ofrecimiento de la ABA, que es una nueva entidad encargada de regular el deporte (ver recuadro).
-¿Qué pasó para que pudieras volver a entrenarte sin inconvenientes?
-Pasaron los años y me dije a mí mismo “ya está, vuelvo ahora o nunca”. Tuve un par de charlas con algunas personas que me dieron su opinión y, al sentir que ya había hecho el duelo y juntar tantas buenas vibras, me convencí de volver a entrenarme como se debe. Además sentí un fuerte respaldo de Adrián Perotti, que es subsecretario de Deporte Social y Federado de Entre Ríos, quien no me dio vuelta la cara y confió en mí. También se portó muy bien conmigo el secretario de Deportes de la provincia José Gómez.
-¿Sentís que volver a pelear era una deuda que tenías?
-Por su puesto. He charlado muchas veces con mi vieja Mirta y mi mujer Carla y les decía “esto no puede terminar así”, porque fue algo tan lindo lo que vivimos con todo mi equipo. Estuve en el deporte desde los 14 hasta los 28 años sin parar y como mucho me habré tomado un mes después de alguna pelea muy dura. Se me generaban sensaciones encontradas entre lo que quería y lo que sentía al no tenerlo a mi papá. Pero el poder regresar era una deuda conmigo mismo.
-Sacando las cuestiones emocionales, ¿te fue difícil adaptarte a una nueva forma de entrenamiento, con otro técnico?
-Alberto Rojas, el presidente de la Sociedad Argentina, me abrió las puertas del gimnasio para poder practicar y me están ayudando chicos amateurs del gimnasio León Box, con los que estoy puliendo detalles que van surgiendo, muchos producto de la inactividad. Si bien no tengo un entrenador fijo, cuento con la ayuda de Ariel Ayala en la parte boxística; Lisandro Marrón y Jorge Saavedra en el gimnasio de pesas y Daniel Falco, un profe de Santa Fe que ya me entrenó anteriormente, me pasó una rutina aeróbica. Fui agarrando distancia guanteando con un chico de Gualeguay, tratando de llegar de buena manera porque sé que tengo 37 años y una larga inactividad, pero me siento bien. Anteriormente también fui a practicar a Paraná, al gimnasio Motobox de Motoneta Dehan, donde guanteé con el Toro Villagra, que es un gran guerrero y siempre me ayudó a exigirme. Ellos me ayudaron de manera desinteresada para una pelea que tuve hace unos meses.
-O sea que ya realizaste una pelea, pero no se habló mucho. ¿Cómo fue?
-Realicé una pelea el pasado 27 de abril, en La Banda, Santiago del Estero. Se iba a hacer antes pero se fue postergando hasta que finalmente se dio. Me enfrenté con Diego Martín Sequeira y le gané por nocaut en el segundo round. Fue para volver y analizar cómo me sentía arriba del ring, por lo cual casi no hice mención y fui sin hacer mucho ruido.
-Alguna opinión de Francisco Benítez, tu próximo rival…
-Viene de pelear por un título sudamericano de la ABA con Ricardo Humberto Ramírez en Santa Cruz, de donde es Ramírez. Fue a 12 rounds y Benítez perdió por puntos en una pelea pareja, por lo que viene con ritmo. He visto cuatro o cinco videos de él y trabaja con golpes cruzados, de derecha o izquierda, y pocos en punta, así que tendré que afinar la cintura y estar rápido de reflejos para que no me sorprenda. Sé que por mi inactividad la pelea larga lo beneficia a él, por lo que debo salir a buscar el combate desde el primer round porque los últimos rounds se pueden poner pesados.
-¿Es otra la motivación cuando hay un cinturón en juego?
-Sí. El tener la posibilidad de disputar un título es algo que siempre le da un condimento especial, más para mí que en un momento pensé que mi carrera estaba terminada. Además, estos títulos del Plata pueden llegar a tener hasta cuatro campeones por categoría, por lo que después se disputan semifinales y una final para definir al mejor de la división.
-¿Qué te genera pelear en Nogoyá?
-Es una linda oportunidad de presentarme en mi ciudad, sabiendo que va a estar mi familia, amigos y otros seres queridos; también me emociona pensar que se me va a venir el recuerdo de mi papá y que será mi primera pelea con mi hija Sofía viéndome, lo que es más que especial. Tengo que agradecerle al intendente Rafael Cavagna, que hizo un esfuerzo grande para que esto pueda darse ya que no es fácil organizar estos eventos.
¿Qué es la ABA?
Ojeda combatirá bajo la órbita de la Asociación de Boxeo Argentino, una entidad federativa creada en 2017, que surgió como una alternativa a la tradicional y hegemónica Federación Argentina de Boxeo (FAB) –ente regulador que cuenta con los avales de la Secretaría de Deportes de la Nación y el Comité Olímpico Argentino-. El actual presidente de la ABA es el ex boxeador Alejandro Falliga, quien fuera rival de Ulises Cloroformo López.