En una ronda de prensa desde la cumbre del G-20 en Edimburgo, el Presidente reconoció que “Argentina no puede pagar 19 mil millones de dólares el año que viene”; sobre la reunión que tuvo con la titular del FMI, Fernández dijo que “fue una buena reunión”.
En su paso por la cumbre de líderes mundiales en el marco del G-10, el Presidente Alberto Fernández dejó Roma haciendo declaraciones auspiciosas a los y las periodistas que integran la comitiva argentina: “La negociación con el FMI va avanzando con las dificultades que eso supone. Hay muchos intereses en pugna. Hay un mundo financiero que ha demostrado un fracaso y que se resiste a cambiar y a aceptar la crisis que ha generado”.
En paralelo, también aseguró que Argentina no puede pagar los 19 mil millones de dólares que debería desembolsar el año próximo. Sin embargo, se mostró optimista ante la posibilidad de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) evalúe los reclamos argentinos respecto de los desorbitantes intereses de deuda en la próxima reunión de directorio.
“Yo creo que lo que tuvo mucho sentido para Argentina es que vinimos acá para plantear lo que está pasando en nuestra parte del mundo. El mundo de la post pandemia es un mundo sufrido. Donde hay muchos países endeudados. Donde hay muchos países en crisis”, expresó el Presidente en la rueda de prensa luego de la cumbre.
La solicitud argentina quedó plasmada en las recomendaciones que se le hicieron al FMI en virtud de que revise la política de sobrecargos y trabaje en la creación de un nuevo Fondo de Resiliencia con el que se pueda financiar a largo plazo a países de ingresos medios y bajos.
Las negociaciones argentinas surtieron efecto y la comitiva presidencial fue exitosa al lograr que el documento hable de baja de sobrecargos y Fondos de Resiliencia, dos conceptos clave en la negociación con el organismo de crédito.
Entre las firmas más importantes se puede mencionar a la del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dado que es el país que lidera las acciones del FMI y que cuenta con el 16,74 por ciento de ellas.
“Nosotros lo que hicimos en los tres discursos fue marcar los problemas de financiamiento que va a atravesar el mundo después de la crisis del coronavirus, entre ellos Argentina. Quisimos advertir que estamos ante un problema económico de gran seriedad, de enorme desigualdad, que esa desigualdad reclama financiamiento y que ese financiamiento el mundo desarrollado lo tiene cubierto”, sostuvo Fernández al hablar sobre el documento y sus principales ejes.
En el caso de que las negociaciones efectivamente avancen en el sentido propuesto y se logre bajar los sobregiros del 3 por ciento al 1 por ciento, Argentina podría ahorrarse un total anual de 900 millones de dólares. Por su parte, si se contasen los diez años en que se debería pagar la deuda, el ahorro sería de 9 mil millones de dólares.
A pesar de las buenas perspectivas a futuro, Fernández volvió a mostrarse duro sobre la deuda generada durante el gobierno de Mauricio Macri. “Es evidente que Argentina no puede pagar 19 mil millones de dólares el año que viene, estamos trabajando para que podamos lograr un acuerdo que sea sostenible. Que no se postergue el desarrollo y no se nos imponga un plan que socialmente cueste y que se pueda cumplir en el tiempo. Está claro que lo que firmó Macri es imposible de cumplir y está claro que fue un acuerdo de un plan que propuso el Fondo y que en la primera revisión se demostró su fracaso”, explicó el jefe de Estado.
Y concluyó: “Yo hago una tarea laboriosa con toda Europa que en esta oportunidad volvió a repetirse, con Ángela Merkel, Emmanuel Macron, Pedro Sanchez. Primero agradecer el apoyo de ellos, lo que logramos ahora es que el G-20 entienda el planteo de Argentina y que ponga resiliencia para los países de renta baja y media. También desde el G-20 se le planteó al Fondo discutir los sobrecargos. Estoy satisfecho, los objetivos que nos planteamos los logramos”. Y agregó: “El vínculo que logramos con Europa, con Alemania, Italia, España, Francia es un vínculo muy importante para nuestros planteos ante la comunidad internacional financiera”.
Fernández, además, hizo un breve comentario sobre su conversación con la titular del organismo de crédito: “Fue una buena reunión. Nos dijimos francamente las cosas, ratificamos nuestro deseo de cumplir los compromisos pero no a costa de postergar a la gente. Buscamos mecanismos para seguir avanzando y encontrar puntos de acuerdo. Hablamos de los sobrecargos, me dijo que estaba previsto que se analice en diciembre. Me voy satisfecho. Con la premura de buscar una solución, se quedaron los equipos del Fondo con Guzmán y Beliz a la cabeza”.