La enfermedad encendió las alarmas de las autoridades sanitarias. En México un paciente murió, mientras que en Australia y Estados Unidos se han registrado casos.
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Tras confirmarse la primera muerte humana por gripe aviar en México, creció la preocupación por la propagación de la enfermedad. En las últimas semanas, se confirmaron casos del virus en Estados Unidos y Australia, por lo que las autoridades sanitarias han puesto el foco en las medidas preventivas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la gripe aviar es una enfermedad infecciosa que afecta a las aves y que es causada por un virus de la familia Orthomyxoviridae. La mayoría de los virus influenza que circulan en aves no son zoonóticos, sin embargo, algunas cepas altamente patógena tienen la capacidad de infectar a los seres humanos. La gripe aviar surge en aves acuáticas salvajes y pueden contagiarse a aves domésticas como gallinas, pavos, patos y gansos con excrementos o secreciones de su nariz, boca u ojos. Además, la carne o huevos mal cocidos de aves infectadas pueden transmitir la enfermedad En tanto, la carne de ave es segura para comer si se cocina bien a una temperatura interna de 165 °F. Los huevos se deben cocinar hasta que las yemas y las claras estén firmes. Según su subtipo, la gripe aviar puede clasificarse como de baja patogenicidad o altamente patógena, lo que hace que difieran los síntomas. En el primer caso puede causar una enfermedad leve, sin presencia de síntomas. El virus altamente patógeno, especialmente los subtipos (H5 y H7) del tipo A, causa una enfermedad grave en las aves que puede propagarse rápidamente y generar altas tasas de moralidad en ellas.
Síntomas de la gripe aviar
Los síntomas de la gripe aviar por lo general aparecen de 2 a 7 días desde el contagio. Los síntomas más comunes son:
- Tos
- Fiebre
- Dolor de garganta
- Dolores musculares
- Dolor de cabeza
- Falta de aire
- En ocasiones, las personas también tienen náuseas, vómitos o diarrea.
- En algunos casos, una infección leve en el ojo (conjuntivitis) puede ser el único indicio de la enfermedad.
Tratamiento para la gripe aviar
Lo cierto, es que muchos virus de la influenza se han hecho resistentes a algunos medicamentos antivirales, tales como amantadina y rimandatadina.
Por esa razón, las autoridades de salud pública recomiendan oseltamivir o zanamivir como tratamiento para la gripe aviar. En ambos casos, se pueden tomar en un plazo de dos días después de que aparecen los primeros síntomas.
La gripe aviar en humanos
Debido a los casos confirmados y a la circulación del virus en diferentes mamíferos, desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) advirtieron que advirtieron sobre “la posibilidad de un mayor riesgo para la salud humana” de contagios de gripe aviar.
Si bien, explicaron que el virus que se encuentra circulando actualmente no tiene capacidad para propagarse fácilmente entre personas, esto “puede cambiar” y empezar a infectar más fácil a los humanos.
El mayor factor de riesgo de la gripe aviar es el contacto con aves enfermas o superficies contaminadas por sus plumas, saliva o excrementos. En muy pocos casos, la gripe aviar se transmitió de un humano a otro.
Sin embargo, en algunas personas puede poner en riesgo la vida y llevarla a tener complicaciones como neumonía, conjuntivitis, insuficiencia respiratoria, disfunción renal y problemas de corazón.
Métodos de prevención
Según los CDC, para evitar el contagio y la propagación del virus es importante tener en cuenta los siguientes puntos:
- Evitar el contacto directo con aves silvestres y otros animales posiblemente infectados por virus de la influenza aviar y limitarse a observarlas desde lejos, de ser posible. Las aves silvestres pueden estar infectadas por los virus de influenza aviar A incluso si no parecen enfermas.
- Evitar tener contacto sin protección con aves domésticas u otros animales que parecen estar enfermos o muertos o que tienen una infección presunta o confirmada por el virus de influenza aviar.
- No tocar superficies que podrían estar contaminadas con saliva, membrana mucosa, heces, leche cruda, material del lecho o materiales contaminados por aves silvestres o aves domésticas u otros animales con infección presunta o confirmada por el virus de la influenza aviar.