Los datos se suman a la alta cifra de inflación que se reveló en los últimos días: 7,7% para marzo y un acumulado interanual de 104,3%.
Está claro que la aceleración de la inflación en alimentos, que llegó a 9,3% en el tercer mes del año, tuvo su efecto en la canasta básica total (CBT) y en la canasta básica alimentaria (CBA), que establecen los umbrales de la pobreza y la indigencia, respectivamente.
La canasta básica alimentaria de marzo para ese mismo grupo familiar, en tanto, se ubicó en 87.719 pesos, un 9% por encima del mes anterior y una variación interanual de 210,1%. Marca la línea debajo de la cual se encuentra la indigencia.
Las variaciones de CBA y CBT acumulan en el primer trimestre del año aumentos del 30,6% y 25,4%, respectivamente
La canasta básica alimentaria se determina tomando en cuenta los requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para que un varón adulto de entre 30 y 60 años, de actividad moderada, cubra durante un mes esas necesidades.
Se seleccionan los alimentos y las cantidades en función de los hábitos de consumo de la población a partir de la información provista por la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares.
En tanto, para determinar la canasta básica total (CBT) se amplía la canasta básica alimentaria incluyendo en la medición a bienes y servicios no alimentarios, entre los que se encuentran el costo del transporte y de electricidad y gas, entre otros.
En marzo, un adulto equivalente necesitó 61.886 pesos para no ser pobre, mientras que la suma para una familia de tres miembros fue 152.240 pesos y el monto para una de cinco integrantes fue 201.130 pesos.
Durante los últimos doce meses el salto más importante que registró la canasta alimentaria fue en agosto del año pasado, cuando el indicador registró un incremento de 9,5%, mientras que la canasta básica total subió 9% en esa oportunidad.