Con la Ley de Economía del Conocimiento en stand by, alertan por 11.200 empleos en peligro

La cámara que nuclea a la industria del software a nivel nacional advierte que hay $33.400 millones de facturación que se pierden. “No hay ninguna explicación específica”, lamentó el presidente de la Cessi. Nahuel Amore

La Cámara de la Industria Argentina del Software (Cessi) inició una campaña nacional para alertar que “el empleo, la producción de conocimiento y el futuro están en riesgo” si no se sanciona en el Senado la Ley de Economía del Conocimiento, cuyo proyecto surgió a principios de año en reemplazo a la ley macrista que no se alcanzó a aplicar. Al respecto, la entidad puso en números las consecuencias de mantener la norma en stand by y señaló que los costos de no legislar representan 11.200 empleos en peligro, un 98% de las pymes afectadas y 33.400 millones de pesos de facturación perdidos.

“No hay ninguna explicación específica de por qué no se sanciona. Eso es lo más complejo de la situación. Hay un montón de rumores que surgen y comentarios de pasillo. Pero una explicación de por qué, no la conocemos, y eso es lo que más nos pone incómodos. El Ministerio de Desarrollo Productivo quiere que salga la ley, el presidente Alberto Fernández habla de medidas y menciona la ley, los senadores con los que hablamos están a favor de la ley. Entonces, no entendemos. Puede ser algún tema político y de tiempos, pero no se entiende”, expresó Sergio Candelo, presidente de la Cessi, en diálogo con DOS FLORINES.

Según supo esta Redacción, algunos de los trascendidos apuntan al rol clave de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, al frente de la Cámara Alta, quien estaría dilatando los tiempos del tratamiento de la normativa con la presunta intención de impedir que los beneficios impositivos y fiscales de la ley alcancen a grandes empresas como Mercado Libre. De todas maneras, en el mientras tanto, el sector reclama que se agilice el trámite que ya obtuvo en junio media sanción en Diputados por 246 votos positivos del oficialismo y la oposición, excepto dos legisladores del Frente de Izquierda.

—¿Creen que puede haber alguna modificación sorpresiva en el Senado?

—Si eso sucede, sería algo malo porque la modificación de la ley en el Senado obligaría a volver a Diputados que, además, está trabajando con muchas complicaciones para ponerse de acuerdo respecto del modo de trabajo. Además, ya tuvimos nuestras idas y vueltas en febrero, incluso cuando empezó la pandemia que se realizaron modificaciones que están buenas en cuanto a las alícuotas, para considerar este 2020 como un año difícil. En líneas generales, está bien la ley. Por eso, no vemos que se necesite alguna modificación que valga la pena para que vuelva a Diputados y se haga más largo.

Cambios

El nuevo proyecto de ley de Economía del Conocimiento establece una serie de medidas impositivas, financieras y fiscales para las distintas escalas de empresas que agregan valor en el uso del conocimiento y la digitalización de la información. Lo cierto es que con el cambio de Gobierno, se dejó de lado la norma de la gestión de Mauricio Macri y se aplicaron diversas modificaciones que terminan definiendo un alcance y potencial de la herramienta diferente.

En este sentido, Candelo destacó los pros y contra de la nueva letra, en comparación con la iniciativa aprobada por el Gobierno anterior. “Como contra tiene el tema impositivo, ya que la anterior ley generaba un alivio fiscal en todos los impuestos y además tenía un tema para los que exportaban para los derechos de doble imposición que podían ser tomados a cuenta de Ganancias. Este punto era muy interesante, pero cuando lo discutimos con el Ministerio de Economía, dijeron que era impracticable y que no era formalmente legal”, señaló.

Por otro lado, se refirió a los cambios en los límites a los beneficios sobre el punto de estabilidad fiscal. “Cuando en 2018 vuelven a poner los aranceles a la exportación, descubrimos que nuestra ley no era tan a prueba de balas para las modificaciones porque teníamos estabilidad fiscal de impuestos nacionales pero no de impuestos internacionales, y sobre impuestos y no sobre tributos. Las modificaciones que hicieron provocaron que no tuviéramos estabilidad fiscal real. Por ello, si bien es un punto que se pierde en la ley, en la realidad termina no operando tan linealmente”.

Respecto de los puntos a favor, destacó: “Volvimos a un modelo de porcentajes sobre los aportes patronales, en vez de tener un monto fijo del mínimo no imponible. Eso me parece que es mucho mejor y están buenos los porcentajes de exportaciones, de I+D, de mantenimiento del personal. Las tasas de crecimiento se adecuaron a la pandemia y se contemplaron diferenciaciones por tamaño de empresa. Es una muy buena ley”.