El promedio ponderado de los pronósticos elaborados por los principales centros climáticos mundiales prevé la consolidación de una fase “Niña” en el período estival 2021/22, la cual suele promover restricciones hídricas en la mayor parte de las zonas agrícolas argentinas.
El último pronóstico objetivo elaborado por Climate Prediction Center e International Research Institute for Climate and Society (CPC/IRI) indicó que existe un 81% de probabilidad de ocurrencia de un evento “Niña” en el último trimestre de 2021, mientras que el fenómeno se esfumaría para dar paso a una fase Neutra recién en el segundo trimestre de 2022, según publica Bichos de Campo.
No se trata de una buena noticia para la Argentina porque el país atravesó en la campaña 2020/21 una fase Niña que provocó una caída de la cosecha prevista de maíz temprano y soja, algo que, afortunadamente, fue compensando por una suba de los valores internacionales de los commodities agrícolas.
En el escenario climático planteado por CPC/IRI los cultivos de granos gruesos de siembras tempranas (soja de primera y maíz temprano) serían los más comprometidos, mientras que los tardíos y de segunda estarían mejor posicionados, dado que, en este último caso, el período crítico de formación de vainas en soja y floración en maíz ocurriría recién bien entrado el año 2022.
Por ese motivo, las precipitaciones que se están registrando en las últimas semanas para recargar los perfiles de los suelos en las diferentes regiones agrícolas son cruciales en la actual coyuntura para la primera “tanda” de los cultivos de granos gruesos.
Vale recordar que el pronóstico puede no llegar a cumplirse o, en caso de presentarse, podría manifestarse con una potencia débil, además de que el mismo, si bien es un factor global determinante de la variabilidad climática, está influenciado en el Cono Sur por otros factores –como la dinámica del vórtice polar– que sólo pueden ser predichos con una o dos semanas de anticipación.