Ante la soledad y el aislamiento causados por la cuarentena han aumentado las adopciones de mascotas, sin embargo los refugios se encuentran sin voluntarios y con menos donaciones.
Buenos Aires – Junio 2020. Ya pasaron más de 75 días de esta cuarentena que parece aún no tener fecha de caducidad y muchas personas empezaron a sentirse solas, otras manifiestan síntomas de ansiedad, y todo esto se intensifica para aquellos que viven solos. Estos sentimientos fueron clave para replantearse la idea de una compañía, un amigo de cuatro patas. Aquellos escépticos o dudosos que tenían la intención de darle un hogar a un animal, con la cuarentena dieron el paso definitivo y adoptaron una mascota.
La contracara de este aumento en las adopciones es la gran cantidad de animales que comenzaron a habitar las calles. Se estima que creció en un 50%, no solo debido a los abandonos sino también porque muchos refugios no dan abasto, o no cuentan con el espacio ni recursos para albergarlos a todos. Es una situación crítica la que están atravesando la gran mayoría de las ONG animalistas a lo largo y ancho del país.
Es común decir que a los rescatistas les sale del corazón cuidar y acompañar en el proceso de adopción a los animales en situación de calle. Jimena del refugio “Jimenita Cuevas” nos cuenta que junto a su pareja se dedican a dar tránsito y albergar perros y gatos hace más de diez años. Desde que comenzó la cuarentena recibieron 68 nuevos integrantes.
También, debido al cierre de muchos negocios comerciales que daban de comer a los animales sin techo, algunos proyectos comenzaron a expandir su acción fuera del refugio. Julio del refugio “San Vicente” nos cuenta cómo afrontan esta nueva misión: “Todas las noches salimos a darle de comer a los animales que vemos en la calle, serán entre 40 y 50 perros, es un panorama muy complicado.”
Hay que considerar a su vez que para algunos refugios de diferentes partes del país los rescates y adopciones se volvieron un tanto engorrosas debido a las restricciones de circulación. Y por otro lado, se observa una baja considerable en las donaciones que reciben, sumado a que los voluntarios muchas veces no pueden movilizarse hasta las instalaciones.
Gran parte de estas organizaciones sustentan sus gastos con la ayuda de personas o empresas que contribuyen con dinero, alimento, medicina o también su tiempo. Pero actualmente, ejercen su actividad con lo que pueden conseguir y es ahí donde entran en juego iniciativas como Comunidad Old Prince. Se trata de una campaña llevada a cabo por la marca de alimento balanceado junto al emprendimiento Swahili, en la cual invitan a todos los consumidores a llevar su envase vació a un refugio cercano, para luego ser reciclado y transformado en mochilas, billeteras, porta-notebooks, cartucheras y otros productos sustentables. Por cada bolsa/envase reciclado, Old Prince dona 2 kilos de alimento para dicho refugio. Los interesados en sumarse a la campaña puede ponerse en contacto a través de las redes sociales de la marca: @oldprince_oficial.