Mateo Gieco y Laura Gercie venían desde hace tiempo con la idea. Su sueño era viajar en bici a la República Oriental del Uruguay y luego a Brasil.
Querían conocer lugares, gente, paisajes, ciudades. Y hoy lo están logrando.
Los jóvenes partieron desde Viale el martes 7 de diciembre en dos bicicletas Mountain Bike comunes (no profesionales), con poca plata y muchos sueños. Y bastante, bastante, equipaje.
En cada ciudad a la que van llegando, Laura y Mateo arman carpa en campings o estaciones de servicios, y al otro día otra vez a pedalear. Otra vez a la ruta.
Pero no siempre es campamento. En algunos lugares, Mateo canjeó hospedaje por trabajo. El muchacho realizó enduido de paredes y pintura, así como también poda de árboles. Todo, a cambio de una casa para dormir y ducharse.
“La noche que dormimos en una vivienda nos salvó, ya que durante esa madrugada hubo un tremendo diluvio, y si hubiésemos estado en la carpa, la cosa se habría complicado”, cuenta el joven a NuevaZona a través de un whatsapp.
“En la ruta todos te ayudan y muchos te levantan la mano para saludarte. Algunos aprecian el esfuerzo que uno hace para llegar a destino. En casi todo el recorrido es así, a excepción de Punta del Este, donde la realidad es muy distinta y la gente no te da mucha bolilla”, cuenta.
En sus alforjas, los jóvenes llevan carpa, aislante de aluminio, colchonetas inflables, bolsas de dormir, ropa, mechero con garrafa, ollitas y alimento. “Las bicis, que van cargadas adelante y atrás, son nuestra pequeña casa rodante”, explica.
Mientras escribimos esta nota, Mateo nos aclara que sólo le restan unos pocos kilómetros para llegar a Chuí, Brasil. Se trata de un municipio ubicado en el extremo sur del estado de Río Grande del Sur.
“Y después veremos hacia dónde seguimos”, avisa. Y vuelve a guardar su teléfono para seguir pedaleando.