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Dos miradas empresarias sobre el proyecto de paridad de género

El presidente de la UIER, Leandro Garciandía, lo definió como “una buena iniciativa”, aunque opinó que los cargos “deben ser ocupados por los talentos de las personas, independientemente de su género”. Patricia Popelka, ex titular del CEER, por su parte, expresó discrepancias y planteó dudas: “¿Qué va a pasar con la docencia? ¿También tendrá que respetarse el 50 y 50% de género?”.

El proyecto Ley de Paridad Integral, impulsado por la Red para la Igualdad, ya está en la Cámara de Diputados de la provincia para su análisis y tratamiento.

El texto establece, entre otros puntos, el principio de paridad de género en la conformación e integración de los tres Poderes del Estado, partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil, Consejos y Colegios Profesionales. Además, define a la paridad de género como representación igualitaria de varones y mujeres en un 50 por ciento para cada género en la conformación de listas electorales, y en la composición de estructuras orgánicas o de cargos y ternas o nóminas de designación.

Expresa que el género se determinará por el DNI o por la autopercepción de su identidad de género (Ley 26.743), y se deroga la Ley de Cupos 10.012. Se modifican también el Régimen Electoral, la Ley de Ministerios, la Ley Orgánica del Poder Judicial y la Ley del Consejo de la Magistratura.

Opiniones.

Leandro Garciandía, el presidente de la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER), consideró “una buena iniciativa esta posibilidad de que no haya una diferencia entre géneros”, pero advirtió: “Creemos que las posiciones deben ser ocupadas por los talentos de las personas, independientemente de su género”.

En declaraciones al programa “Para empezar”, que se emite por Radio Costa Paraná, el titular de la UIER remarcó que “nos parece importante que esta ley tenga una reglamentación que permita hacer que las actividades se puedan desarrollar. Puede ocurrir, por ejemplo, que simplemente tres o cuatro amigos se junten y formen una empresa o sociedad, sin pensar en discriminar. En este caso pueden ser varones que formen una entidad, una asociación o una empresa. Creemos que esos casos hay que atenderlos y ver de qué forma esta ley puede igualar el tema de género sin ser una limitante para la formación de empresas”.

Garciandía, además, enfatizó que tanto en la industria entrerriana en general, como en la UIER en particular, la mujer tiene un rol protagonista. “También tenemos el caso de muchas empresas que están dirigidas y manejadas por mujeres y no por eso son mejores ni peores. Son mujeres que por vocación han sido empresarias y están desarrollando la actividad”.

El referente industrial, asimismo, lamentó que la paridad de género se dé por5 una ley “y no por el convencimiento cultural de las personas”, y se expresó a favor de “un mayor involucramiento de las mujeres en este tipo de actividad” porque “también puede ocurrir que se encuentren algunas entidades que no puedan contar con el cupo femenino”. Por esto, remarcó, “va a ser importante que durante la reglamentación estas cosas se tengan en cuenta”.

Discrepancias.

La empresaria Patricia Popelka, ex titular del Consejo Empresario de Entre Ríos (CEER), por su lado, habló a título personal y planteó varias objeciones. “En particular no apoyo completamente la propuesta del proyecto de ley. Considero que en algunos ámbitos es necesario, como en la política, que haya una representación femenina –el 30% era correcto, para dejar un margen– y, en otros ámbitos del Estado, los cargos deben ser concursados y definirse por el expertise que se tenga, como sucede en la Justicia con los cargos más altos”, explicó.

Existen, añadió, otras actividades en las que no queda claro qué sucederá con la paridad de género. El proyecto de ley “es muy general”, opinó, y se preguntó: “¿Qué va a pasar con la docencia? ¿También tendrá que respetarse el 50 y 50% de género?”.

Entrevistada en el mismo programa de Radio Costa Paraná, Popelka recordó su participación en diferentes ámbitos empresarios, de organizaciones civiles, “y, sinceramente, nunca me he planteado que haya actuado desde mi género. Siempre me sentí una persona cumpliendo funciones. Hoy trabajo en dos empresas en las cuales el directorio de una de ellas tiene el 75% femenino y el otro el 48%”.

Estimó, además, que “lo más importante para revertir situaciones que sí existen de discriminación es trabajar sobre la cultura. Eso se hace desde la casa, desde la escuela”.

También cuestionó las listas políticas: “Se arman muy a dedo. Es bastante evidente que no hay una igualdad en la consideración de las mujeres en las listas principales. Un porcentaje obligatorio me parece bueno para forzar situaciones que pudieran estar estancadas”. Se mostró, no obstante, a favor de la equiparación de las remuneraciones porque “el principio de justicia es el que me rige en la vida”.

Popelka dijo no estar de acuerdo en que las empresas nuevas deban poseer como titulares, en la misma proporción, a hombres y mujeres, y tampoco que todos los organismos del Estado tengan que presentar esa composición. “Es un exceso. Tiene que haber un margen para cubrirlo con el expertise y después seguir trabajando culturalmente”.

La empresaria, siempre hablando a título personal, sostuvo que nunca sintió que el género fuera “una cuestión limitante”

“Imponer a los directorios de las empresas un 50% de representación femenina, no, no estoy de acuerdo. Si fuera más, ¿sería un problema?”, cerró Popelka.

 

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