Un informe reveló que del 85% de jóvenes que quieren estudiar, sólo el 38% lo logra; y que del 65% que quiere trabajar, lo concreta solo el 38%.
En el último año de secundaria, el 85% de los estudiantes afirma que planea seguir estudiando y el 65% dice que quiere trabajar luego de terminar la escuela. Sin embargo, muchos no logran concretar esos planes: entre los jóvenes de 19 a 25 años, solo 4 de cada 10 (38%) estudian y 4 de cada 10 (38%) trabajan, habiendo terminado la secundaria.
Los datos surgen del informe “Educación y trabajo: expectativa y realidad de jóvenes en Argentina”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Flavia Ferrari Inchauspe y Eugenia Orlicki.
En diálogo con La Mañana de La Red (88.7), Pablo Mainer, director de la organización Hablemos de Bullying, asociada con Argentinos por la Educación, expresó su preocupación por los resultados del informe. Explicó que el mismo se elaboró con los resultados de la prueba Aprender 2022 (del gobierno nacional), que se realiza a los alumnos del último año de secundaria; y los datos de la Encuesta Permanente de Hogares de 2023.
Mainer atribuyó esta situación a múltiples factores, incluyendo dificultades económicas y familiares, así como deficiencias en la preparación que ofrece la escuela secundaria. “Hay una deficiencia en el rol de la escuela secundaria. Muchas veces hay deserción porque no están preparados para el mundo universitario. También hay una cuestión económica: muchos tiene que trabajar y no pueden sostener el estudio”, explicó.
El acceso a la educación universitaria también es un problema destacado por el especialista. “La universidad no siempre es accesible para todos, especialmente en términos de costos adicionales como materiales y transporte, muchos del interior tienen que viajar muchos kilómetros o mudarse a otra ciudad. Estas cuestiones hacen que no todos puedan participar de la universidad”, explicó.
Además, destacó la importancia de la orientación vocacional efectiva en la escuela secundaria y el apoyo familiar en la motivación de los estudiantes. “Los estudiantes dicen ¿para qué voy a estudiar si no me va a garantizar el progreso? La escuela secundaria, en muchos casos, ha quedado atrasada en cuanto a la orientación vocacional”, comentó.
“La escuela necesita un rol más integral, que motive a los chicos a trabajar en equipo, pensar el proyecto de futuro, en hacer trabajos comunitarios, y cómo utilizar la inteligencia artificial. La escuela no está preparada para eso y muchos chicos pierden motivación. Hoy hay una diversificación del mundo laboral, del acceso a la información y hacen que la motivaciones sean distintas. La escuela no se ha adaptado a ese mundo cambiante y diverso”, completó.
Finalmente, aclaró: “No tiene que ver con echarle la culpa la escuela, sino que hay un sistema que ha facilitado que esta escuela quede atrasada. No es culpa de los docentes. Hubo programas que apuntaron a la profesionalización. Acá hay una crisis del sistema educativo. Nosotros decimos que esto tiene que ser un problema de todos y la solución también. Tenemos que decir cuáles son las diez políticas educativas que hay que sostener en el tiempo, más allá del color político. La crisis del sistema educativo tiene desafíos y todos tenemos que ser parte de las soluciones”.
fuente UNO