No es un momento sencillo en la parte económica para el ciudadano “de a pie” en la Argentina. No es ninguna novedad esta aseveración. Se nota cada vez más que hay muchas familias que pasan momentos complicados. Pero, afortunadamente, aparecen entonces muchas manos solidarias para aliviarles ese trance a muchos.
Iniciativas públicas y hasta privadas en algunos casos, suman voluntades para que muchos encuentren así el sustento diario, un abrigo, un medicamento y hasta una palabra de aliento para intentar creer que el complejo presente le dará lugar, pronto, a un futuro mejor.
Pero mientras tanto, en ese aprieto, el hambre no sabe esperar y por eso la ayuda, necesariamente, se hace presente, con comedores escolares, el trabajo de áreas de Acción Social de los municipios, Cáritas, comedores populares y hasta pequeños merenderos en algunos casos.
Repasamos a continuación un sondeo hecho por Paralelo 32 esta semana, que marca la situación de diversos lugares de la zona, a modo de muestra. Contamos los problemas y las soluciones que se intentan dar en cada pueblo, aldea o ciudad.
La coincidencia se da en la afirmación de que en todos los lugares consultados hay más necesitados que llegan a pedir ayuda. Algunos porque no tienen trabajo, otros porque no les alcanza, porque ganan poco o porque son jubilados y, simplemente “no llegan a fin de mes”. Y como si algo faltara, uno de los inviernos más duros de los últimos años.
Hasenkamp
En Hasenkamp la Municipalidad, a través de Acción Social, trabaja diariamente con ayuda y aportes que, si bien no son nuevos, se realizan periódicamente y tienen mucha más relevancia en estos tiempos complicados que viven socialmente muchas familias.
Está a disposición de particulares o familias que lo necesitan, el “Ropero solidario”, alternativa que busca colaborar con personas de bajos recursos que necesitan un abrigo con la llegada de las bajas temperaturas. Si lo necesitan, también pueden disponer de alimentos, a través de un plato de comida caliente o una taza de mate cocido o café con leche del Comedor del Hogar Municipal. Están a disposición. Todo lo que hay que hacer es ponerse en contacto con las chicas de Acción Social.
El Hogar de Día Belén, por ejemplo, arranca su actividad solidaria a la mañana y da de comer a alrededor de 80 personas al mediodía. Hay gente de todas las edades. Se les sirve al mediodía la comida caliente y se llevan la vianda para la noche. La idea es que todos puedan asegurarse un plato caliente dentro de las posibilidades, al menos al mediodía.
En Acción Social se analizan los casos y dan el visto bueno para que la ayuda sea para gente que realmente lo necesita. El Hogar de Día tiene docentes para los chicos de hasta 12 años, se les da una ayuda integral, y el comedor que está ahí funciona para gente de bajos recursos de todas las edades.
La mecánica marca que simplemente hay que ir, manifestar la necesidad y de acuerdo a lo que se necesita se les va dando dentro de las posibilidades, desde una campera hasta un par de zapatillas.
El ropero siempre está bien abastecido porque hay donaciones de la gente, se suma ayuda provincial y hay parte que se compra con recursos propios de la Municipalidad.
María Grande
En la ciudad termal funciona un comedor comunitario en el CIC, atendiendo entre 10 y 15 personas en situación de vulnerabilidad social diariamente. A algunos, incluso, se les lleva la comida a la casa (sistema que se utiliza, principalmente, en los casos de personas mayores que viven solas o que poseen alguna dificultar para movilizarse).
Trabaja también Cáritas, pero en este caso es indumentaria la principal ayuda que se ofrece. Vale aclarar que Cáritas Argentina es el organismo oficial de la Iglesia Católica, que lleva adelante la denominada “pastoral caritativa”, con especial preferencia por las personas y comunidades más pobres y marginadas. Está presente en las diócesis de la Iglesia Argentina y canaliza su acción a través de más de parroquias, capillas y centros misionales, que permiten el trabajo directo con las familias y personas que viven distintas situaciones de pobreza o exclusión en todo el país.
Siguiendo con la parte estrictamente local, en María Grande, además, en la Asociación Social y Deportiva Diego Armando Maradona de Barrio Castaldo, la barriada más necesitada de María Grande, se les brinda la copa de leche a los chicos tras las prácticas en el club.
Seguí
En Seguí la mayoría de las necesidades también son atendidas desde el Área de Acción Social de la Municipalidad. Confirmaron, ante la consulta de este Semanario, que aumentó de manera importante la demanda en los últimos meses. “Cada vez hay más gente que solicita ayuda, pidiendo colaboración a través de bolsones de comida, con ayuda para medicamentos o hasta para poder pagar las facturas de los servicios. Hay cuestiones simples y otras muy complejas, pero es mucha la gente que pide ayuda”.
Las escuelas Nº 61 y la Integral Nº 22 son las que tienen comedores escolares, y en el Centro de Desarrollo Infantil, donde van chicos de 45 meses a 3 años, se les da el desayuno y el almuerzo. En las escuelas se da hasta la merienda, porque hacen jornada completa.
La Escuela Técnica también tiene su comedor. No hay iniciativas privadas y no hay trabajo concreto de Cáritas en estos momentos, según señalaron, salvo cuestiones puntuales. “De año a año aumenta la demanda”, indicaron desde Acción Social a nuestra redacción, al hacer una comparación de las últimas temporadas.
Tabossi
En Tabossi no hay merenderos, pero sí el comedor de la escuela primaria, al que asisten muchos niños. El Municipio asiste con bolsones de comida que se gestionan ante Acción Social de la Provincia. También se ofrecen medicamentos.
El intendente Néstor Landra reconoció a Paralelo 32 que reciben todo tipo de pedidos, incluida ayuda para pagar facturas, de luz principalmente, pero aclaró que en estos casos particulares no se da respuesta pública porque sería imposible afrontar la demanda, ya que, estiman, habría más de 100 familias en condiciones de pedir colaboración, lo que sería imposible de afrontar desde las arcas municipales.
Ante la consulta de nuestro cronista, no dudó en afirmar que la demanda de ayuda social aumentó “considerablemente”. En la escuela del pueblo, a modo de ejemplo, graficó que son 80 pibes aproximadamente los que encuentran su alimento diario.
Ramírez
En General Ramírez la Municipalidad es, también, el principal sostén de quienes necesitan aoyo del Estado, ya que en el Comedor Comunitario del Polideportivo Municipal, por ejemplo, preparan 64 raciones diarias para personas y familias en situación de vulnerabilidad.
La comida puede ser consumida en el lugar, o retirada en viandas, ya que se considera que es una forma de preservar la intimidad y el hecho de compartir la mesa familiar.
“Duplicamos los fondos recibidos desde la provincia para garantizar un menú más variado y mejorar la alimentación de los destinatarios. En la actualidad la Municipalidad aporta el 65% de los recursos y el restante 35% es solventado por el Ministerio de Desarrollo Social de Entre Ríos”, confirmaron desde el Municipio a Paralelo 32.
Funciona también Cáritas, ayudando con ropa, y algunos comedores escolares, que completan la labor.
Estación Sosa
El presidente de la Junta de Gobierno, Héctor Orzuza, explicó a nuestro medio que “en Estación Sosa también atendemos desde la Junta, dentro de las posibilidades, con políticas sociales activas, ya que tenemos un comedor en la escuela que, desde siempre, es manejado por la dirección de la institución”.
Allí a los chicos se les da el desayuno y almuerzo y ahora merienda también. Algunos, de todas formas, llevan la vianda a su casa. La Comuna, además, ofrece alimentos o módulos alimentarios, zapatillas, frazadas, pasajes y hasta medicamentos, tratando de, en la medida de las posibilidades, dar una mano a los más necesitados en este complicado presente.
El presidente municipal remarcó que “Crece la demanda permanentemente, por eso tratamos de mantener todas las políticas sociales activas, apoyándonos principalmente en el gobierno provincial, que colabora con nosotros en la medida de sus posibilidades”.
Valle María
El intendente Arsenio Ortman comentó a Paralelo 32: “Tenemos en la Municipalidad un área de Acción Social que viene trabajando normalmente. Hay más demanda de ayuda, lo notamos, principalmente de órdenes de compra para alimentos. Pero se hacen gestiones provinciales para frazadas, también, por ejemplo, a través del Plan Cobijar”.
El jefe comunal agregó que “Hay más pedidos de trabajo y vamos tratando de asistirlos al menos con trabajos temporarios, que es lo que estamos en condiciones de ofrecer actualmente desde el Municipio. Funciona Cáritas en la parroquia, no hay comedores comunitarios pero sí la Escuela Técnica tiene un comedor para sus alumnos, desde hace dos años. Muchos, principalmente los que llegan desde afuera, almuerzan ahí”.
“Desde hace algunos meses notamos que hay mayor demanda de diferentes ayudas, eso se nota. No es excesivo, pero indudablemente ha crecido. Tratamos, dentro de lo posible, de dar respuestas a las demandas sociales”, indicó Ortman a nuestro cronista, reconociendo que, de todas formas, la situación es mucho más angustiante en otras localidades cercanas.
El Pingo
Desde la Junta de Gobierno se nos informó que en los últimos años en El Pingo se profundizó “de manera notable” la desigualdad social, impactando directamente en la pobreza. Y plantearon que “la demanda de alimentos es la principal manifestación de una crisis latente”.
Desde 2016 la Junta de Gobierno viene recibiendo pedidos y solicitudes de asistencias elementales, y junto a relevamientos de trabajos territoriales se encararon tres ejes de políticas de desarrollo y contención social.
La primera y más relevante es la implementación del merendero y comedor comunitario. En las instalaciones del Punto digital funciona de lunes a viernes una merienda a la que asisten entre 20 y 30 niños, todos los días a las 16.00.
Los sábados a la noche (atendiendo a que el fin de semana no funciona el comedor escolar), se brinda una cena nutritiva para niños y adultos a la que asisten alrededor de 40 personas cada sábado. De este modo la Junta garantiza un espacio de alimentación básico, que implica una demanda de recursos considerables, pero cuya necesidad hace impostergable estas acciones.
El segundo eje consiste en la distribución de bolsones de alimentos que se consiguen del Ministerio de Desarrollo Social y se les otorga a las familias como modo de amortiguar las necesidades de alimentación básica.
Estos bolsones significan un aporte importante, ya que su contenido supera el monto por encima de los 500 pesos cada uno. La distribución se realiza a partir de relevamientos socio-comunitarios y de la elaboración de un padrón que se actualiza mes a mes.
El tercer eje radica en la asistencia de casos particulares que se acerca a la Junta de gobierno, al Punto Digital o al Área de Niñez. Se asiste con bonos para compra de alimentos, remedios, pasajes para hospitales o complejos de salud que se requieran.
Aldea María Luisa
La Junta de Gobierno tramita para vecinos carenciados la Tarjeta Social por Riesgo Social, mediante la presentación de los correspondientes informes y planillas, dependiendo del Programa de Políticas Alimentarias de la Provincia. Se trata de una prestación económica mensual de carácter alimentario por vulnerabilidad social del grupo familiar, que se efectiviza mediante una tarjeta de débito con monto no acumulable (SI.DE.CRE.ER.).
Lo interesante es que se gestiona directamente desde María Luisa y se envía a Paraná, evitando así que los vecinos de escasos recursos deban movilizarse a la capital provincial, encontrando así rapidez pero también el asesoramiento necesario para cumplimentar las formalidades que se exigen.
Se entregan también semillas del INTA (Pro Huerta), bolsones alimentarios para familias necesitadas y frazadas del Plan Cobijar, todo a través del gobierno provincial.
Desde la Junta se trabaja con cuestiones puntuales de salud, con ayuda para compra de medicamentos, o la compra de pasajes para aquellos que deben viajar para realizarse tratamientos médicos o estudios en otros lugares como Paraná y Crespo y que no tengan el dinero para hacerlo.
Ante la consulta de nuestro medio, detallaron que “La demanda de ayuda para alimentos específicamente no aumentó, pero sí se mantiene. Si bien no hay otras instituciones que se dediquen a brindar este tipo de ayuda, cuando otra institución como la escuela o el Centro de Salud visualizan necesidades, trabajamos entre las partes de manera coordinada, para satisfacer, dentro de las posibilidades, las necesidades específicas”.
Aranguren
En Aranguren también es importante la tarea que lleva a cabo el Área de Acción Social, a cargo de Alan Tessore, quien nos explicó que se lleva adelante una política de colaboración apostando a la inclusión, cubriendo al menos necesidades básicas, en la parte alimenticia, con medicamentos, vestimenta y ayuda ante problemáticas de salud para familias que tienen un nivel socioeconómico vulnerable. “El Área de Acción Social es muy abarcativa y son muchas las necesidades que aparecen en las familias, en mucha gente que necesita asistencia, incluyendo hasta ayuda oftalmológica, traslados, ayuda a estudiantes en carreras universitarias o terciarias a través de becas, y con ingresos propios inclusive, para que no abandonen las carreras por un impedimento económico.
En lo concerniente a alimentos, atendemos de manera directa a las familias. Nos plantean la necesidad, evaluamos, hacemos un informe socioeconómico y colaboramos con unidades alimenticias, con alimentos de la canasta básica, a través de la provincia pero también incluyendo productos locales, que se compran en Aranguren. Hay mucha gente que vive de changas, que no tiene un trabajo regular, continuo a lo largo del año. A esa gente le damos una mano en la medida de las posibilidades”.
Como en otros lugares, en Aranguren también trabaja Cáritas, pero en este caso poniendo mayor énfasis en la ayuda con indumentaria, aunque también se entregan algunos bolsones. También se da un bolsón de Pami en el Centro de Jubilados y Pensionados, siendo un beneficio exclusivo para beneficiarios de PAMI. De todas formas, es un complemento importante.
La consulta de un cronista de esta redacción arrojó, desde el área municipal que atiende estas problemáticas, una respuesta que a lo largo de la semana, en el contacto con diferentes pueblos, ciudades y aldeas, se fue repitiendo una y otra vez: “Datos estadísticos certeros en cuanto a porcentajes no tenemos, pero sí, sin dudas, la demanda, las solicitudes y las consultas en este último tiempo en el área han aumentado considerablemente”.
Una respuesta repetida, que sin dudas, genera preocupación. Es que detrás de cada número hay una familia que sufre, que la está pasando mal, que no encuentra respuestas ni salidas para, simplemente, estar un poco mejor.
(Paralelo 32)