PARA EL GOBIERNO LO PEOR DE LA INFLACIÓN DE 2017 “YA PASÓ” – Se confía en volver a reducirla en marzo. La entidad buscará que los precios se mantengan por debajo del 6% en el primer trimestre y sostuvo la meta del 15% para el año.
Luego de dos bajas consecutivas (diciembre y enero) el Banco Central eligió ayer la prudencia y mantener sin cambios la tasa de política monetaria en el 27,25%. La idea oficial de perforar en febrero el 27% de interés quedará para el análisis en marzo, siempre que se cumpla el pronóstico compartido por la entidad que maneja Federico Sturzenegger y el Ministerio de Hacienda de Nicolás Dujovne.
Ambos coinciden en que lo peor de la presión inflacionaria provocada por los aumentos de los servicios públicos y la readecuación del dólar ya pasó y que, hacia delante, el alza comenzará a morigerarse. Y que si no hay sorpresas, se podrá lograr la meta de un 5% para el primer trimestre. O, al menos, que no llegue al 6%, límite psicológico para que en abril sea aún creíble la posibilidad de cerrar el año con un nivel cercano al 15%. Cumplir esa proyección es clave. Sólo así el Gobierno podrá presionar entre abril y mayo el cierre de paritarias privadas con el tope de 15% sin cláusula gatillo.
En Hacienda y el BCRA confían en que el límite del 6% es una meta lograble, siempre y cuando los aumentos de servicios públicos hacia adelante se mantengan en lo ya programado. Esto es, subtes y gas, y sus impactos en los precios. Se cree que sólo el “fuego amigo” podría alterar el panorama. Que no haya sorpresas desde el Ministerio de Energía de Juan José Aranguren y a la conducción de la petrolera estatal YPF y los aumentos de combustibles que, para el Ministerio de Dujovne, fue lo que más complicó enero y febrero, aún por encima de las alzas en los servicios públicos. El Gobierno nacional tomó como un buen augurio el dato conocido ayer de que la inflación de CABA fue del 1,6% para el nivel general, el menor incremento para un enero desde 2013. Otra buena noticia que se analizó ayer y que influyó en la decisión de mantener las tasas (y, en este caso, no subirlas) fue la tranquilidad de las últimas jornadas en el plano internacional, y el respiro que la crisis de Wall Street le dio a los mercados. Para el BCRA no era lo mismo tomar la decisión de ayer sobre las tasas en medio de presiones alcistas sobre el dólar a partir de un nuevo chubasco desde Wall Street.
De hecho, la de ayer fue la jornada más tranquila del dólar en varios días. De reojo miraban en la entidad los malos pronósticos que muchos operadores (algunos de ellos grandes bancos) habían comunicado a sus clientes privados sobre la eventualidad de un miércoles complicado sobre el dólar. Nada de eso ocurrió y no hubo necesidad de recurrir a la banca oficial para sostener la divisa (ver nota página 2).
Según el tradicional comunicado publicado por el BCRA, al explicar la decisión, se mencionó, “dado que los indicadores de alta frecuencia muestran signos mixtos acerca de la evolución de los precios en las primeras semanas del año, el Banco Central considera que debe actuar con cautela”. Mencionó además que en las últimas semanas también se conoció el resultado del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) y puntualizó que “la inflación esperada para 2018 aumentó del 17,4% al 19,4% para el nivel general y del 14,9% al 16,9% para el componente núcleo” y que “en tanto la expectativa de inflación creció del 11,6% al 13,5% para 2019 y del 8% al 9,1% para 2020”. Y reiteró que “conducirá su política monetaria para alcanzar su meta intermedia del 15% en 2018”. El 23 de enero, el Banco Central había decidido reducir nuevamente su tasa de política monetaria en 75 puntos básicos al ubicarla en 27,25% anual. Antes, en diciembre, el Gobierno de Mauricio Macri decidió relajar la política monetaria y las pautas inflacionarias tanto para cerrar el 2017 como para 2018. El Ejecutivo, por ahora, también defiende la meta de 15% para este año.
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