Tras la liberación del mercado de combustibles en enero se desplomó el consumo de nafta de primera calidad. Solo un distrito a nivel nacional registra suba de ventas.
Entre otros consumos que la clase media está siendo forzada a recortar, debido a la licuación de ingresos por efecto de la inflación, está el de la nafta. Así como la familia busca planes más baratos para la medicina prepaga, ahora también tiene que echarle al auto combustible de menor calidad. Tras la liberación de los precios en enero, el consumo de nafta premium a nivel nacional se desplomó 22,7%, revela un informe de la consultora Politikon Chaco, que publica Ámbito.
En enero, período con importantes incrementos de valores, se vendieron en todo el país unos 1.466.485 metros cúbicos de combustible, entre naftas y gasoil. Las ventas mostraron la contracción más importante desde febrero de 2021, con un 5,8% respecto de igual período del 2023. Respecto de diciembre la caída fue del 7,5%, dice el informe de Politikon Chaco.
El estudio precisa que sólo en el caso de las naftas el consumo bajó 6,3%. Pero si se mira el detalle, las premium bajaron 22,7%, mientras que la súper subió 0,1%. Los datos sugieren que gran parte de los usuarios que le cargaban el combustible de mejor calidad se pasaron al de un nivel inferior, aún a riesgo de provocar un mal funcionamiento de sus vehículos, que en ciertos casos, exigen el uso de insumos de primer nivel para un mantenimiento óptimo.
En enero, el precio de la nafta subió 27%, el segundo incremento en lo que va del gobierno de Javier Milei, que venía de una suba en diciembre del orden de entre un 35% y 45%. El litro de súper pasó a costar $699 mientras que el valor de la premium trepó a $862. De esta manera, en la Ciudad de Buenos Aires, el combustible ronda los u$s0,86 por litro y u$s1,06, respectivamente.