Ezequiel Re
Tras un intenso 2018 donde terminó entre los mejores 45 tenistas del Mundo, el chileno Nicolás Jarry busca su mejor en 2019. Hoy se ubica 55 en el Ranking ATP y tras un arranque complicado intenta recuperar puestos en el exigente circuito europeo, donde aparece en su radar el Gran Slam de Wimbledon, que se juega en superficie de césped.
Detrás del hoy segunda raqueta de Chile hay un paranaense. Se trata de Walter Wally Grinóvero, quien pertenece al staff que entrena al tenista.
El entrerriano se encuentra radicado en Buenos Aires, pero acompaña a Jarry desde hace tiempo.
“Balance positivo”
En charla con Mirador Entre Ríos el tenista chileno aseguró que “el balance de lo que va del año ha sido bastante positivo. Es un año más de experiencia, de aprendizaje. De seguir conociendo el circuito sobretodo. De saber levantarse de los momentos malos. El inicio no fue muy bueno, no pude jugar muy bien en la temporada de Sudamérica. El año pasado la había disfrutado mucho y me fue muy bien. Tuve que prepararme más, para lograr mejores metas”.
La contracara parece ser lo que vive en Europa: “En la gira europea me fue muy bien y tuve muy buenas victorias. Estoy siendo un jugador mucho más maduro. Tengo las cosas cada vez más claras. Me voy conociendo mejor. Estoy muy motivado con todo lo que sigue”.
Allí asegura que “estoy feliz de haber preparado Wimbledon de la mejor forma y haber podido jugar todos los torneos previos. Sigo agarrando confianza y sigo tratando de entender esta superficie (césped) que es única y donde uno no tiene mucha preparación. Es más llegar y jugar. Espero que en algún momento en el futuro me vaya bien. Wimbledon es un torneo que me gusta mucho y me estoy preparando lo mejor que puedo”.
Copa Davis
Chile afrontará en noviembre el Grupo Mundial de la Copa Davis. Y así lo espera Jarry: “Las finales van a ser un evento nuevo, muy feliz de estar con todo el equipo después de cinco años trabajando para estar en el Grupo Mundial. Contra Austria (país al que le ganaron 3 a 2 para ascender al grupo principal) fue una serie muy dura. Vamos a salir con todo. Estamos en u muy buen momento. Le podemos ganar a cualquiera”.
De la Ronda Clasificatoria disputada en febrero le quedará un gran recuerdo ya que fue elegido el Jugador Más Valioso (MVP) según la elección de fanáticos de todo el Mundo que votaron a través de la página oficial del certamen.
Es la primera vez que esta distinción recae en un jugador chileno, lo que muestra la trascendencia y popularidad del número uno nacional a nivel mundial, así como la impresión que causó el logro de Chile a nivel internacional.
La Federación Internacional de Tenis (ITF) confirmó el Grupo Mundial de Copa Davis, a desarrollarse en Madrid (España) del 18 al 24 de noviembre próximo. Chile ocupará el bombo 3, junto con Canadá, Japón, Colombia, Holanda y Rusia. Cada uno de los seis grupos de primera fase tendrá, además de uno de los anteriores, un cabeza de serie (Francia, Croacia, Argentina, Bélgica, Gran Bretaña y Estados Unidos) y un equipo del bombo 2 (España, Serbia, Australia, Italia, Alemania y Kazajstán).
Lo quería Estados Unidos
“Fueron casi dos años. 20 meses donde Nicolás Jarry vivió el estilo americano, sufriendo vitales transformaciones que lo definieron como tenista y como persona. En diciembre de 2010, junto a sus padres Allan Jarry y Cecilia Fillol, y sus hermanos Belén, Sofía, Diego y Sebastián, se estableció en Key Biscayne, en el condado de Miami-Dade.
A los 15 años, y todavía no convencido de ser tenista profesional, Nicolás arribó a la Academia de Guillermo Cañas, recomendado por su tío, Martín Rodríguez.
Martín García, co-fundador de la institución, lo recibió. “Era un chico tranquilo, muy respetuoso con todos, pero todavía no entrenaba a full. Tenía mucha facilidad en los golpes, y ya contaba con un gran físico para trabajar. Todo esto fue potenciado porque venía de una familia tradicional de tenis. Yo sabía que ellos iban a tomar las decisiones correctas. Los padres cumplieron muy bien ese rol”, mencionó.
En ese entonces, Nicolás entrenaba seis veces a la semana: hacía un turno por la tarde después del colegio y participaba en competencias el sábado o domingo. Poco a poco, la experiencia norteamericana lo fue convenciendo. En su entorno no dudan en decir que en esta etapa había decidido “meterle esfuerzo de una manera que antes no lo había hecho”.
Su padre recuerda una anécdota clave: “En un Miami Open lo hicieron pelotear con ‘Charly’ (Carlos) Berlocq, y desde ese momento quedó híper motivado. Me dijo: ‘papá, esto es lo mío’. Y aunque él practicaba cinco veces a la semana, después del colegio quiso hacer más preparación física para mejorar. Y yo le dije que cómo, si entraba a las siete, estaba todo el día, comía algo y entrenaba hasta las siete de la tarde, hacía sus tareas y dormía”, explica.
En mayo de 2012, Nicolás Jarry debutaría bajo la bandera estadounidense a nivel juvenil en el torneo de Daytona Beach, donde sería finalista. Pasaron dos semanas para que ganara Delray Beach, su primer logro como junior.
El éxito conseguido provocó que la Federación Estadounidense de Tenis (USTA, en inglés) le realizara una oferta concreta para representar oficialmente al país de su padre. “Nos ofrecían costear toda su carrera. Sin embargo, siguió un sabio consejo. Alguien le dijo que no había nada más grande que jugar en un estadio lleno y escuchar un ceacheí”, confiesa el padre.
El consejo se lo dio Fernando González. “Le dije que una cosa era que lo financiaran, pero otra que jugara con la camiseta de tu país, que se sintiera representándolo, y viviera el fervor y el apoyo incondicional del público. No me respondió nada, tenía 16 o 17 años”. Pero eligió Chile.