Por tercer año consecutivo, el trigo entrerriano se puso las campañas agrícolas al hombro y generó rindes de ensueño. Desde la Bolsa de Cereales, entidad dotada de expertos que se toman el trabajo de hacer las mediciones más confiables del pago, indicaron que, a pesar de las escasas lluvias de agosto a octubre, -pero sustentados por la buena recarga hídrica generada entre los meses de febrero a mayo-, las marcas fueron todas para arriba. Precisan que, en relación a 2022, el rendimiento promedio experimentó un leve incremento de 47 kilos por hectárea, 1%, y comparando con el último lustro la variación fue de 378 kilos, es decir 12%.
Y la producción tuvo un crecimiento interanual de 240.490 toneladas, con un total de 2.286.645. Además, el informe brinda datos de producción a nivel departamento, donde señalan que los más bajos correspondieron a Diamante, Paraná, Nogoyá y Victoria, -con un promedio de 3.166 kilos por hectárea; mientras que los valores más elevados se detectaron en Gualeguay, Gualeguaychú, Tala y Uruguay, con 4.081 kilogramos.
A nivel de lote, el rango de rendimientos abarcó desde sitios afectados por las heladas, con mayor déficit hídrico y menor calidad de suelo que presentaron mínimos cercanos a los 1.500 kilos por hectárea y, por otra parte, hubo máximos de 6.000.