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Entre la inclusión laboral y la conciencia ambiental

Un grupo de chicos con discapacidad desarrolla en Colón un proyecto para transformar el aceite vegetal usado en biodiesel y así ayudar a combatir la contaminación del río Uruguay y de las napas de agua potable.

A tres cuadras del pintoresco Parque Quirós, en la localidad de Colón, se encuentra Adcadis, una escuela de educación especial abocada a la formación integral-laboral de personas con discapacidad entre los 14 y los 50 años, y que funciona desde hace más de 30 años en la ciudad. En el 2006, a través de un contacto con el Ministerio de Medioambiente de la Nación, comenzaron a trabajar en el programa Bio-Colón, una propuesta que invita a que en el Departamento se recicle el aceite vegetal usado en el ámbito de la gastronomía para ayudar a disminuir los impactos ambientales por su deshecho en cañerías y lugares verdes.

El proyecto

Lo que comenzó como un taller experimental de producción de biodiesel dentro de Adcadis —hace más de 10 años— terminó siendo un programa a largo plazo que se sostiene como una propuesta de inclusión laboral y de protección ambiental que involucra a nueve jóvenes y adultos con discapacidad del departamento Colón para que se encargan de la recolección, el acopio y el filtrado del aceite vegetal usado (AVUs), y a más de 125 comercios hotelero/gastronómicos de la región que colaboran con la recolección en sus locales. Marcos Franco, coordinador de Bio-Colón, dialogó con Mirador Entre Ríos y explicó: “Un litro de aceite vertido en el desagüe puede contaminar más de mil litros de agua y hay algunos locales que nos donan 60 litros cada 15 días, y si no recolectaríamos todo eso iría a parar al río o a las napas de agua potable”.

El proyecto Bio-Colón surgió como una solución al problema de la deposición final de los aceites de origen vegetal producto de la actividad gastronómica de Colón, que es la ciudad con más plazas habilitadas para el turismo en la provincia de Entre Ríos, y a su vez, como una propuesta que fomenta la creación de recursos energéticos alternativos como son el biodiesel y el biogás. En el 2006 se presentó la propuesta a los gastronómicos que integraban la Cámara de Comercio de la ciudad y en el 2008 se logró producir biodiesel de manera rudimentaria dentro de la institución.

Pero en lo sucesivo, debido a los riesgos y compromisos que requiere la elaboración de esta energía natural, el proyecto se reorientó y Adcadis sólo se encarga de las etapas iniciales de la producción que implican la recolección, el acopio y el filtrado del aceite vegetal usado. Como resaltó Franco, “actualmente juntamos 5.000 litros cada 40 días, pero nuestro objetivo es lograr la recolección de 8.000 litros de aceite por mes para lograr que el proyecto sea autosustentable”.

El trabajo

En la parte trasera de Adcadis se encuentra el espacio del taller de AVUs donde se observan los carritos que utilizan los chicos para la recolección, las máquinas de filtrado y un paisaje digno del espíritu ecológico adornado por los tachos que se utilizan para el acopio del aceite en sus dos fases: los de 40 litros, que contienen el aceite usado que recolectan los comercios gastronómicos; y los de 400 litros que son tachos de seguridad industrial, que contienen el aceite ya filtrado para su exportación a Rosario, en donde actualmente se fabrica el biodiesel.

Marcos Franco, quien además de coordinar el trabajo que se realiza en el taller se encarga de organizar las tareas del grupo, indica lo que a simple vista se puede ver: que este no es un trabajo limpio. El espesor del aceite se puede respirar en los espacios del taller, los pisos están pegoteados al igual que los tachos, las herramientas y las máquinas, pero como explica Franco “ésta es una actividad que permite a los chicos organizar una rutina de trabajos. Ellos salen con sus carritos todos los días, recorren la ciudad, la gente los llama, interactúan y después vienen acá y hacemos el resto de las tareas, lo que les permite tener un primer acercamiento a un tipo de trabajo organizado”.

Claudio Velázquez, psicólogo de la institución y colaborador del proyecto Bio-Colón, explicó el impacto de esta actividad en la vida de los jóvenes. “Es muy grande porque modifica su autoestima desde todo punto de vista, porque lo que hacen les devuelve otra imagen de ellos mismos que no es la del sujeto de caridad, el sujeto con discapacidad que hay que estar sirviéndolo, sino que en este tipo de casos son ellos ayudándose y también ayudando a otros, porque están haciendo cosas por otros. Es un cambio total de la mirada”, aseguró.

Puntos Limpios

Todas las mañanas, entre las 10 y las 14, los alumnos que participan de la unidad laboral Bio-Colón ponen a funcionar las máquinas de filtrado para extraer los restos de comida del AVUs y salen a recorrer las calles de la ciudad visitando en su itinerario los Puntos Limpios —containers que se ubican en lugares estratégicos, donde los particulares pueden depositar sus frascos o botellas con aceite usado para ayudar en el proceso—.

Estos puntos comunitarios para la recolección se encuentran también en San José, Liebig y Villa Elisa, y forman parte de un trabajo realizado en conjunto con la UTN de Concepción del Uruguay que, a través del Proyecto de Voluntariado Universitario de Gestión Ambiental Inclusiva, brinda asesoramiento técnico y acompañamiento en la gestión de plantas de almacenamiento transitorio y tratamiento primario de aceites vegetales usados.

Actores

La “Red Ambiental de AVUs” está integrada por el Feim (Fundación de Investigaciones Energéticas Medioambientales); el Cepreb (Cámara de Empresas Pymes Regionales Productoras de Biocombustibles); el Gelacc (Grupo de Energías limpias y adaptación al cambio climático); el PPD (Programa de Pequeñas Donaciones dependientes de Naciones Unidas); y la red de escuelas—vecinos—sociedad que, como señalan desde Adcadis, es sobre la que más trabajo de concientización realizan para lograr que la gente conozca y se integre al proyecto de reciclaje del aceite usado.

¿Qué es el Biodiesel?

El biodiesel es un combustible renovable que reemplaza ventajosamente al gasoil y ayuda a reducir el impacto de los gases de efecto invernadero en la capa de ozono. Se elabora a partir de cualquier aceite vegetal virgen o usado o de grasas animales y se obtiene a través de un proceso de transesterificación que da como resultado la creación de biodiesel y de un subproducto conocido como glicerol que se usa como desengrasante, aceite soluble para máquinas, jabón, edulcorante, pulguicidas y para la obtención de glicerina de grado farmacéutico.

Silvia Simmone
redaccion-er@miradorprovincial.com

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