Un borrador de la Reforma del Estado, en el capítulo fiscal plantea condonaciones y mayores beneficios para quienes ingresen antes. Se podría acceder hasta los 120 días de lanzado el plan.
Dicen los contadores que cada vez que empieza un gobierno nuevo trata de poner en marcha un blanqueo y una moratoria fiscal. El de Javier Milei no será diferente del resto. Según pudo averiguar Ámbito, en el capítulo tributario de la Reforma del Estado que se enviará al Congreso se incluiría un plan de condonación de deudas fiscales muy amplio, sin distinción de tamaño de contribuyente y para todas las deudas.
Los beneficios irían en función del momento de ingreso y los plazos que se elijan para cancelar la deuda. Los que entraran en los primeros 60 días tendrían 50 por ciento de condonación de los intereses resarcitorios y punitorios, si cancelan todo al contado. Si ingresaran en los dos primeros meses y eligieran un plan de pagos, la condonación sería del 30 por ciento, y si se incorporaran entre el día 61 y 120, el beneficio se reduciría a 10 por ciento. En los tres casos se condonaría el 100 por ciento de las multas de la AFIP.
La iniciativa establece que para los que acepten planes, las personas humanas tienen que integrar el 20 por ciento de la deuda determinada al principio y luego hasta 24 pagos. Las micro y pequeñas empresas tendrán que abonar 15 por ciento y hasta 30 mensualidades; las medianas, 25 por ciento y hasta 18; y las grandes, un primer pago de 30 por ciento y hasta 12 cuotas.
La moratoria del gobierno de Milei sería amplia. Incluiría todo tipo de obligaciones, tanto aduaneras como tributarias y de la seguridad social y también a grandes empresas, algo que no estuvo presente en el gobierno de Alberto Fernández, que solo contemplaba a personas físicas y pymes.
En todos los casos, la deuda que resulte de los planes se irá ajustando en función de la tasa de interés que cobra el Banco Nación para las operaciones de descuento de documentos.
Junto con ello, se enviará un proyecto de ley de blanqueo destinado fundamentalmente a que las personas con dólares no declarados, los depositen en los bancos a costo cero. Si fueran bienes o fondos del exterior pagarían un impuesto especial del 5 por ciento.
La necesidad de la confianza
Si bien los tributaristas consultados opinaron favorablemente respecto de la necesidad de una moratoria, porque entienden que gran parte de las deudas fiscales son causa del régimen económico vigente hasta ahora, en relación a un blanqueo de capitales consideran que se requiere de confianza, algo que quedó muy golpeado luego del plan que lanzó Mauricio Macri en 2016. En ese plan se prometió que los contribuyentes iban a pagar Bienes Personales por sólo 0,25 por ciento y la alícuota al poco tiempo quedó en 1,75 por ciento y hasta el 2,25 por ciento para los bienes del exterior.
El profesor de la UBA Mario Volman dijo respecto del blanqueo que “si hay confianza va a funcionar”, mientras que en relación a la moratoria consideró como positivo que sea “amplia y sin restricciones”. Señaló que “sería bueno que se incluya el Aporte Solidario” que se sancionó durante la pandemia para que el 10 por ciento de la población más rico contribuyera con los gastos. Hubo personajes públicos como Gabriel Batistuta que hizo un reclamo ante la justicia. El oficialismo de entonces nunca consideró que ese pago fuera un impuesto, aunque en rigor, sí lo fue.
Guillermo Pérez, CEO de GNP, sostuvo que “obviamente que un blanqueo más allá de lo injusto que es respecto de los que pagaron sus impuestos, es imprescindible, porque la economía anterior generó negocios fuera de lo normal”. En relación a un blanqueo de capitales, plantea que la cantidad de gente que acepte “dependerá de la confianza” que haya.
Del mismo modo, el tributarista Cesar Litvin indicó que “para que un blanqueo funcione se necesita confianza en el modelo económico y en que se va a respetar la propiedad privada”. Al recordar la experiencia del gobierno de Macri con una medida similar dijo que “la gente está un poco quemada”.