Un equipo de unas 400 mil personas de todo el mundo trabajó en el Proyecto Apolo, en su mayoría eran trabajadores de fábricas, científicos e ingenieros que nunca abandonaron el terreno.
Dentro de esas personas estaban los astronautas de la misión: Neil Armstrong, Edwin “Buzz” Aldrin y Michael Collins. Su viaje histórico comenzó cuando un cohete Saturn V despegó desde el Centro Espacial Kennedy en Florida el 16 de julio de 1969.
Luego de alcanzar su órbita alrededor de la luna, el módulo lunar, conocido como “el Águila”, se separó para un viaje de 13 minutos a la superficie. Mientras tanto, el astronauta Michael Collins se quedó atrás en el módulo de comando, que eventualmente llevaría a los tres astronautas de regreso a la Tierra.
En el camino hacia la superficie de la luna, Armstrong y Aldrin perdieron el contacto por radio con la Tierra, la computadora a bordo mostró códigos de error desconocidos y el combustible se quedó corto. Mientras millones de personas miraban en televisión con ansiosa anticipación, pudieron llevar con éxito el módulo a un aterrizaje seguro en el cráter denominado “Mar de la Tranquilidad” el 20 de julio de 1969.
No mucho después, Armstrong se convirtió en el primer ser humano en pisar la luna y dijo: “Ese es un pequeño paso para [un]hombre, un gran salto para la humanidad”.
Al regresar a salvo a la Tierra el 25 de julio de 1969, a la tripulación del Apolo 11 le siguieron diez astronautas más, y la misión final tuvo lugar en 1972. Se realizaron innumerables avances científicos, desde exploraciones CAT hasta alimentos liofilizados, gracias a la misión de la luna.
La exploración espacial continúa hasta la actualidad, con hitos como la Estación Espacial Internacional y planes para una misión a Marte. Más recientemente, el programa Artemis de la NASA, llamado así por la hermana de Apolo en la mitología griega, tiene como objetivo llevar a la primera mujer a la luna.