seguinforma
Deportes Seguí

Jorge Faría:“Solo me resta cumplir un sueño”

UNA DEL ARCHIVO
Compartimos la nota con Jorge Faría donde repasamos su rica trayectoria como futbolista. Se dio el lujo de jugar el día que debutó Román Riquelme en Primera División.

“Todo lo que conseguí en el ambiente del fútbol, se lo debo sobre todas las cosas a mi señora que siempre me respaldó y me aconsejó. A ella le debo mucho de lo que pude cosechar en este deporte”, fueron las palabras finales de Jorge Faría en la extensa charla mantenida con El Observador Deportivo. Las últimas que bien pueden emplearse para la introducción a su vida, destacando el pilar fundamental del acompañamiento familiar. Faría lo sabe y se enorgullece en recordarlo. Cañadita Central de Seguí, Unión de Santa Fe, Ferrocarril de Concordia, 13 de Junio de Pirané, Patronato, Unión y Sarmiento de Crespo son algunos de los colores que supo defender con holgura en su extensa carrera. Milita en Paraná Campaña, Liga Paranaense, Torneo Regional, Nacional B y Primera A. Algo sumamente complejo para aquellos tiempos de los lejanos ’80 y ’90.

Nacido en Seguí el 28 de febrero de 1968, debuta en la primera de Cañada cuando apenas era un adolescente de 14 años. “El cariño por el Tricolor lo tomé de mi viejo que siempre fue fanático. Cuando era chico jugaba en las inferiores de Seguí FBC y después, a los 13, fui a Cañadita. Habían grandes jugadores como Dante Salvatierra, Vergara, Roberto Frutos…, futbolistas que siempre han defendido notablemente la camiseta”, explica el jugador polifuncional.

“El debut tan joven creo que pasó por la personalidad que mostraba. Nunca tuve miedo y eso fue fundamental. Hoy veo a chicos que tienen grandes condiciones, pero al no tener personalidad bajan su rendimiento. A veces sucede con chicos que van a pruebas en clubes más importantes donde te dicen que no presenta condiciones, pero cuando juegan en una liga son extraordinarios jugadores”, agrega.

Jorge comienza siendo un delantero por afuera, extremo o viejo wing. Posteriormente no tiene inconvenientes en adaptarse a los requerimientos de los entrenadores. Un gran ejemplo es cuando obtiene el ascenso a Primera A de la Liga Paranaense con Sarmiento de Crespo. Con 18 años, se mueve como defensor por izquierda y termina jugando como volante por ese costado. “Nunca me costó adaptarme a la posición. Jugué de 5, de central, de enganche, de 10 y siempre me fue relativamente bien”, acota.

De aquel conjunto Decano, recuerda dos nombres que cumplieron un rol fundamental como Carlos Demartín y Ángel Díaz.

“Tuve suerte de jugar en diversas categorías, pero no la de hacer la diferencia económica. El mundo del fútbol es así, pero igualmente estoy orgulloso de haber formado parte del mismo porque pude conocer lugares maravillosos como Chile, España y ciudades del interior del país”, confiesa para precisar que “jugué en Paraná Campaña, Argentino B, Nacional B, Regional, Primera A y Torneo Argentino. Solo me resta cumplir un sueño: salir campeón con Cañadita. Con ello estaría el ciclo completo”.

Tras ascender con Sarmiento que era presidido por Mario Trembecki, recibe una propuesta de Atl. Paraná donde juega un año. Demuestra un buen nivel y se va a Chile donde el padre de Oscar Hundt, defensor central, había efectuado contactos con Osorno: “Estuve casi un mes y medio, pero no pude quedar porque el cupo de extranjeros (4) estaba completo. Fuimos con el arquero Andolfo, quien quedó y lo cedieron pero al poco tiempo debió volverse”, rememora.

Retorna a Paraná y sin club puede desembarcar en Patronato gracias al contacto de su amigo Mono Cabrera. “Salimos subcampeón detrás de Unión de Crespo, equipo que me contacta para integrar el plantel que juega el Torneo Regional. Personalmente tuve grandes actuaciones. Pienso que mi mejor rendimiento lo demostré ahí y en Patronato. Principalmente en el Cervecero por la gran cantidad de goles que marqué. Estaban los Galizzi (Sergio y Diego), Julio Sosa, Juan Jumilla, Cristian Ponti, Miguel Comas, Cristian Feltes, Ernesto Derfler, Luis Roth, Néstor Güttlein…entre muchos otros grandes jugadores”, detalla. Bien vale acotar que Faría interviene con Unión en dos Regionales: 1991/92 (Torneo del Interior) y 2000/01. Ambos elencos cumplieron una destacada campaña.

Tras el primero de los certámenes, tiene una posibilidad de jugar en la Tercera División de España mediante un contacto del entonces presidente del CAUC, Rubén Zapata. Inclusive realiza un viaje para conocer el club, pero por cuestiones contractuales con Patronato, debe retornar.

Sus años en la entidad rojinegra de Paraná, le otorgan cierta autoridad al momento de emitir su opinión sobre este presente completamente distinto al que le tocó vivir: “Estuve 5 ó 6 años jugando con esa casaca y siempre peleando por un ascenso. Eran otros tiempos donde no se arriesgaba nada desde el plano dirigencial. Hoy cambió completamente, tanto en lo futbolístico como en lo institucional. Tenemos fútbol importante en esta parte de la provincia, el equipo no posee problemas con el descenso, está afianzado en la división y ojalá que se pueda dar alguna vez el ascenso a Primera. Sería formidable. Sobre todo para que el club funcione como vidriera para los jugadores de la zona. Soy un convencido de que trabajando seriamente, se puede conformar un plantel competitivo con el material de la región. Siempre tomo el ejemplo de Unión de Crespo, que cuando jugó los Regionales de los ’90, lo hizo con jugadores de Paraná y de Paraná Campaña, y le dieron muy buenos resultados. Además de eso, se debe tratar al jugador como corresponde. En el caso de Patronato, antes yo viajaba todos los días a Paraná y volvía a mi casa. A veces hacíamos doble turno…, no era sencillo. Ahora eso no pasa, el club tiene su sede, su comedor y demás. En esta región salen grandes jugadores, pero a veces no cuentan con el empuje que deberían tener para sobresalir, es preciso descubrirlos y tenerlos en cuenta”.

En cuanto al camino hacia Primera, explica: “Para llegar al fútbol grande, necesitás de contactos en la mayoría de los casos, lo que se dicen ‘cuñas’. Particularmente llegué hasta donde llegué por las condiciones que presentaba, tenía un carácter fuerte y donde iba me hacía respetar. En Unión, por ejemplo, tuvimos una discusión con Darío Cabrol y Rubén Laucha Garate quienes eran los principales referentes del equipo. Siempre sucede que cuando un jugador llega de afuera para sumarse, no lo tratan bien como a uno más. No debe ser así, todos tienen las posibilidades de jugar. En Unión demostré la actitud y además estaban jugadores de la provincia como Sebastián Clotet y el Loco José Luis Marzo. Lo afronté solo, y lo arreglamos mano a mano. Expliqué que yo simplemente llegaba para jugar, tenía ganas de progresar y que me aceptaran como a uno más del equipo. Gracias a ello se fueron dando las cosas y tuve cierta continuidad”.

Su arribo al Tatengue se da de una manera particular. Primero juega con Patronato aquella recordada Promoción con Gimnasia y Esgrima de C. del Uruguay cuando se reestructura el fútbol argentino. El ganador de la llave, avanzaría directamente al Nacional B. Tras perderse esa enorme posibilidad, Faría confienza que no tenía ganas de continuar en el Santo debido a diferencias con el presidente. Primero tiene un ofrecimiento de Eduardo Lauritto (actual Ministro de Educación), dirigente por entonces del Lobo uruguayo, pero no prospera. Él mismo se encarga de narrar ese momento en que aparece el cuadro santafesino: “Un día estaba en casa mateando con mi señora, cuando llegaron dirigentes de Patronato para informarme que tenía que presentarme en Unión de Santa Fe. Me iba a cambio de un par de jugadores que pasaron al Negro. Era una enorme noticia porque pasaba de pelear un ascenso al Nacional B, a jugar directamente en la Primera A”.

En su paso por el fútbol grande (Apertura 96 y Clausura 97), guarda un momento histórico en su trayectoria: “Primero recuerdo mi debut ante Racing Club. Después, tuve la fortuna de jugar en la Bombonera el día que debutó Juan Román Riquelme en Boca Juniors. Como hincha del Xeneize viví una experiencia increíble. Ingresé en el segundo tiempo, me faltaba el aire, me pesaban las piernas…, entrás y se siente que el piso tiembla, fue algo tremendo. A ese partido lo tengo todo archivado porque esas cosas se las puedo mostrar a mis hijos y nietos. Son cuestiones de enorme valor que te regala el fútbol”. Sobre Riquelme, recuerda: “Cuando ves a un jugador distinto que marca la diferencia, de inmediato te das cuenta de la categoría que tiene. Eso mismo nos pasó con este pibe, encima la hinchada coreaba su nombre en el primer partido que tenía. Fue todo un anuncio. Resultó una emoción gigantesca”.

A pesar de tales vivencias, el seguiense nunca se olvida de sus raíces: “Siempre agradezco la educación de mi viejo, ya que por ella tuve un perfil bajo. Nunca me creí ser más de lo que soy, siempre me manejé con humildad ante todo. Compartí ese momento con los amigos de siempre, que todavía siguen estando”.

Se da vuelta la página y queda detrás lo de Unión de Santa Fe. Aparece en escena Ferrocarril de Concordia, donde llega gracias a la gestión de su presidente y actual gobernador, Sergio Urribarri. Con este equipo sufre su peor lesión: “En un partido en La Pampa, me quebraron el peroné y se me rompieron los ligamentos del tobillo. Fui a tirar un centro y el defensor me enganchó el pie de apoyo. No alcancé a caer que me di cuenta de lo grave que era. Me querían operar en La Pampa mismo, pero yo no quería porque tenía mi médico quien ya me había intervenido en otra oportunidad por problemas de meniscos. Así que me trajeron quebrado. Me hicieron una media bota, una especie de férula, rompieron el asiento del colectivo para que fuera acostado y cada dos horas me aplicaba un calmante solo porque no teníamos médico en el equipo. Tengo un platino con siete tornillos”.

Lejos de bajar los brazos, aparece otra vez el rojinegro en el horizonte. Sus colores más amados por Cañadita y Patronato. Llega otra vez al conjunto de la capital por intermedio de otro gran amigo personal, Rubén Zuázaga. “Apenas había empezado a hacer la rehabilitación tras la lesión. Tenía 29 años. Claudio Gregorutti era el preparador físico y fue fundamental. Mientras el plantel trotaba, yo caminaba haciendo la recuperación de a poco. Marcelo Fuentes era el técnico”, recuerda. El mismo Fuentes que aparece en la temporada pasada al frente del equipo.

“Terminé jugando durante la segunda rueda casi completa. Finalizó ese campeonato y me llamó Carlos Trullet para jugar en Godoy Cruz que estaba en el Nacional B. Él me conocía de mi paso por Unión y de Patronato donde fue entrenador. Hice una buena pretemporada porque estaba excedido, y me sumé al conjunto mendocino”, expresa.

Jorge comienza a cerrar el telón de su carrera como jugador tras actuar en 13 de Junio de Pirané (Formosa) y Cultural de Crespo, para luego dejar sus valijas en Cañadita Central, aunque también es elegido como refuerzo para defender las camisetas de Arsenal y Viale FBC en Paraná Campaña.

Vive en una época de grandes futbolistas en esas tierras: Jorge Goodfriedt (lo tiene luego como jugador en Cañada), Mario Misere, Miguel Catelani (juegan juntos en Patronato), Rolando Céparo y Luján Miño, son algunos que destaca en un rápido recuerdo. “El Juano, solamente con la experiencia que tiene, ya es importante. Además es un gran ser humano y eso es muy valioso. Lo digo porque si traes un jugador de experiencia a un equipo, pero no es buena persona, le hace mal al grupo. En cambio, Juano aconseja a todos los chicos y de hecho trabaja con las divisiones inferiores en Viale”, afirma.

También hace un paréntesis para recordar a quien mejor lo marcó. Para curiosidad, fue un defensor del Tricolor: “Habían grandes defensores, pero recuerdo uno en particular que me sacó de las casillas. Fue Cristian Metz y precisamente él jugaba en Cañadita. Fue en 2002 cuando sale subcampeón con Eduardo Cura como entrenador, yo estaba en Arsenal y me toca enfrentarlo. El Pata le pidió que me hiciera marca personal y no se separó de mí en todo el partido. Yo iba al banco a tomar agua y lo tenía atrás mío, era insoportable. En una jugada le fui fuerte y directamente lo tiré afuera de la cancha. Pero igual me seguía”.

Actualmente como entrenador cobija su gran sueño personal, dar la vuelta con Cañadita. En 2011 efectúa una gran campaña clasificando a la segunda ronda después de mucho tiempo. En cuanto a sus características del otro lado de la raya, indica: “Como DT trato de transmitir lo que he aprendido y también les pido a los jugadores que se manejen con humildad. A los chicos les digo que si tienen una posibilidad de crecer en un equipo grande, que la aprovechen. Actualmente con dos o tres años buenos en una institución importante, garantizás un buen futuro. En Patronato, por ejemplo, el que menos cobra actualmente ronda los $ 30.000. Las cosas cambiaron muchísimo, antes teníamos que pelear para cobrar unos pocos pesos. Todos los chicos que tienen condiciones, deben saber aprovecharlas y tienen que estar bien aconsejados para el día de mañana. Un chico humilde puede inclusive hasta ‘salvar’ a toda su familia que la pelea desde abajo”.

Cuenta con grandes influencias por los equipos por donde pasa. Él resalta que uno pretende primero “el orden en el equipo porque eso genera un buen funcionamiento colectivo. Ejemplos de ello son los esquemas planteados por Gustavo Alfaro en Arsenal y Fuentes cuando pasó por Patronato. Equipos equilibrados y que difícilmente lo encuentres mal parados. Ser simple, ordenado y apostando al arco rival. De local suelo emplear un enganche y dos delanteros, mientras que de visitante tratamos de trabajar con dos líneas de cuatro”, aclara. “Recuerdo que Fuentes era un entrenador fuertemente detallista. Por ejemplo hacías fútbol en una práctica y te paraba a cada instante el partido para dar indicaciones y corregir ciertos aspectos. Te daban ganas de irte. Pero todo eso daba resultado”, afirma.

Sobre su futuro en el banco de Cañada, aún está incierto. “Me convocaron para que tome el primer equipo, pero ya les había comunicado que no tenía intención de dirigir. Tengo a mis hijos chicos, mi señora y a mi trabajo. Me gusta disfrutar de mi familia. No descarto la idea, porque es el sueño que me resta cumplir. Completaría mi carrera futbolística con un título para Cañadita”.

El deporte en general suele entregar grandes amistades, más aún lo es en el caso del fútbol. Si bien mantiene un contacto fluido con muchos de ellos, Jorge destaza a Zuázaga, Ponti y Víctor Müller como tres de los que más cerca ha estado. “Gracias a los adelantos tecnológicos que hay, constantemente sabés de la vida de quienes te acompañaron en una cancha”, sentencia.

Cañadita y Jorge Faría van de la mano, hasta inclusive se puede afirmar que no se concibe el uno sin el otro. “Siento un fuerte cariño por Cañadita, es un afecto que nos une de toda la vida. Hasta he tenido la mala suerte de perder los estribos por Cañada, digo mala suerte porque hasta el día de hoy estoy arrepentido. No quiero dar detalles, son situaciones que pasan en ese momento donde tus pulsaciones están aceleradas y no actúas fríamente. Pasó y tenés que ser hombre para afrontar lo que llega después. Soy fanático de Cañada y lo llevo en el corazón”, asegura indudablemente.

Griselda Gordillo, Narella Luján (9) y Gerónimo Román (5), son quienes le han otorgado sentido a este deambular por el fútbol. Todos hinchas del Tricolor son quienes orientan los destinos de Jorge. Lo ha sido siempre Griselda, ahora se suman dos cómplices.

“Todo lo que conseguí en el ambiente del fútbol, se lo debo sobre todas las cosas a mi señora que siempre me respaldó y me aconsejó. A ella le debo mucho de lo que pude cosechar en este deporte”, son las palabras que pueden emplearse como introducción y también como cierre dorado a un recorrido por la vida deportiva de un notable jugador. Vida que todavía alberga ese sueño, ese deseo grandioso, el de dar la vuelta con el equipo que gobierna su alma.

Fotos: 1- En Ferro de Concordia. 2- Uno de sus pasos por Patronato. 3- Con Unión jugó en Primera A. 4- Junto al Mono Navarro Montoya. Ese día debutó Riquelme. 5- Con la casaca de Unión de Crespo. 6- Una de sus últimas temporadas en Cañadita Central de Seguí. 7- En la actualidad, durante la charla con El Observador Deportivo.
* Por Mauricio Jacob 

 

Artículos relacionados

50 años de la cooperativa de Agua Potable de Seguí.

Redaccion

Posando por un sueño

Redaccion

Sábado sin fútbol

Redaccion