La ONU presentó un Plan de Acción global para combatir la desnutrición infantil en el mundo. La mayor parte de los niños afectados están en tan solo 15 países. Ocho millones de ellos están en riesgo severo.
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La Organización de las Naciones Unidas (ONU) lanzó este jueves el Plan de Acción Global sobre la Emaciación (bajo peso para la estatura) infantil con el objetivo de prevenir, detectar y tratar esta problemática y advirtió que más de 30 millones de niños en los 15 países más afectados sufren emaciación o desnutrición aguda, y 8 millones están en riesgo severo. El Plan de Acción Global sobre la Emaciación fue elaborado en forma conjunta por cinco organismos de la ONU: la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO); la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur); el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef); el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). El objetivo es prevenir, detectar y tratar la desnutrición aguda infantil en los países más afectados, que son Afganistán, Burkina Faso, Chad, República Democrática del Congo, Etiopía, Haití, Kenia, Madagascar, Malí, Níger, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur, Sudán y Yemen.
“Es probable que esta situación se deteriore aún más en 2023”, advirtió QU Dongyu, Director General de la FAO, y agregó que “se debe garantizar la disponibilidad, asequibilidad y accesibilidad de dietas saludables para niños pequeños, niñas y mujeres embarazadas y lactantes”.
“Necesitamos medidas urgentes ahora para salvar vidas y abordar las causas profundas de la desnutrición aguda, trabajando juntos en todos los sectores”, dijo en el comunicado difundido por los organismos.
El Plan de Acción Global sobre la Emaciación aborda la necesidad de un enfoque multisectorial y destaca las acciones prioritarias en la nutrición materno-infantil a través de los sistemas de alimentación, salud, agua y saneamiento, y protección social.
En respuesta a las crecientes necesidades, las agencias de la ONU identificaron cinco acciones prioritarias que serán efectivas para abordar la desnutrición aguda en países afectados por conflictos y desastres naturales y en emergencias humanitarias.
“Ampliar estas acciones como un paquete coordinado será fundamental para prevenir y tratar la desnutrición aguda en los niños y evitar una trágica pérdida de vidas”, aseguraron.
Para esto, todas las agencias instan a una “mayor inversión en apoyo de una respuesta coordinada de la ONU que satisfaga las necesidades sin precedentes de esta creciente crisis, antes de que sea demasiado tarde”.
“Más de 30 millones de niños están gravemente desnutridos en los 15 países más afectados, por lo que debemos actuar ahora y debemos actuar juntos. Es fundamental que colaboremos para fortalecer las redes de seguridad social y la asistencia alimentaria para garantizar que los alimentos nutritivos especializados estén disponibles para las mujeres y los niños que más los necesitan”, dijo David Beasley, Director Ejecutivo del PMA.
En tanto que Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aseveró que “la crisis alimentaria mundial es también una crisis de salud y un círculo vicioso: la desnutrición conduce a la enfermedad y la enfermedad conduce a la desnutrición”.
La emaciación o desnutrición aguda es una forma de desnutrición causada por una disminución en el consumo de alimentos y/o una enfermedad que resulta en una pérdida de peso repentina o edema. Los niños con desnutrición aguda tienen bajo peso para la talla y pueden tener edema nutricional y otros signos clínicos patológicos relacionados.
Los niños con desnutrición aguda tienen sistemas inmunitarios debilitados y corren un mayor riesgo de morir a causa de enfermedades infantiles comunes.
Según informó la ONU, aquellos que sobrevivan podrían enfrentar desafíos de crecimiento y desarrollo de por vida.
La emaciación infantil, definida como bajo peso para la estatura, es la forma más peligrosa de desnutrición y en los casos severos se trata de una forma más mortal, ya que los niños tienen 12 veces más probabilidades de morir que un niño bien alimentado.