Dos días después, el 1 de agosto, se encontró otro cerdo muerto en otra explotación reducida, con un censo de 10 cerdos, en el municipio vecino de Velika Krsna, también en el distrito de Belgrado y a unos 10 km al norte del primer caso. El tercer foco según la publicación especializada Diario Veterinario, ocurrió en ese mismo municipio el 6 de agosto, en otra explotación reducida con un censo de 23 cerdos, de los cuales tres se encontraron muertos y con lesiones compatibles.
El cuarto foco se dio en el municipio de Kusadak, en el distrito de Podunavski, a unos 7 km del anterior, en otra explotación reducida con un censo de 64 cerdos, de los cuales dos estaban muertos.
En todos los casos se tomaron muestras para análisis laboratorial, resultando positivas al virus de la peste porcina africana. Las muestras fueron además enviadas al Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA), Laboratorio de Referencia de la UE en diagnóstico de peste porcina africana, con resultados aún pendientes.
Las autoridades serbias han adoptado medidas de control con objeto de limitar la difusión del virus. Entre las medidas comunicadas a la OIE se incluyen el sacrificio del censo porcino de las explotaciones afectadas con eliminación adecuada de las canales y restos, vacío sanitario en explotaciones y su completa limpieza y desinfección, vigilancia epidemiológica intensificada dentro de la zona de contención o zona de protección, restricciones de movimientos en el interior del país y vigilancia intensificada en jabalíes, entre otras.
Serbia se convierte así en el cuarto país, dentro del continente europeo pero fuera de la UE, en estar afectado por la enfermedad, junto a Rusia, Ucrania y Moldavia. Cabe destacar que Bielorrusia no ha comunicado nuevos focos desde agosto de 2013, pese a que sí ha habido en todos los países de su entorno. Por otro lado, actualmente son diez los países afectados en la UE, tras los recientes focos en Eslovaquia en explotaciones familiares y en jabalíes silvestres.
Se recuerda la importancia de aplicar unas adecuadas medidas de bioseguridad en las explotaciones de porcino y en el transporte animal, así como en relación a los cazadores que viajen a países afectados o de riesgo por la presencia de la enfermedad y que pudieran contribuir, involuntariamente, a la expansión de la enfermedad al regresar a nuestro país.
De igual forma, se recuerda la gran importancia de garantizar el buen funcionamiento de los sistemas de vigilancia pasiva para detectar tempranamente la enfermedad ante una hipotética entrada en España, para lo que es vital que se comunique a los SVO cualquier indicio de la enfermedad que pudiera aparecer en nuestros animales, tanto en las explotaciones y medios de transporte de animales porcinos como en el medio natural en los jabalíes silvestres.