En este contexto adverso, ha aparecido un factor alcista en el precio de la leche cruda. Se trata de la depreciación cambiaria de mayo, que genera expectativas de un mejor escenario de negocios para el subcircuito exportador y de una suba del precio de la leche cruda en las próximas semanas o meses.
De acuerdo a estimaciones de IERAL, la industria exportadora (leche en polvo) podría pagar (bajo ciertas condiciones de precios internacionales) $ 7 por litro de leche cruda en junio y mantener márgenes brutos en niveles compatibles con un beneficio económico “normal”. En relación a los $ 6,20 de abril, se trataría de una mejora del 13%. Así lo transcribe en su articulo DIARIO CASTELLANOS.
Pero nótese que se trata de un potencial de pago. Resulta difícil saber cuánto de esta mayor capacidad de pago de la exportación se terminará efectivamente trasladando al precio interno de la leche cruda. O en qué tiempo. Sucede que la demanda externa tiene actualmente baja participación en la demanda total de la industria y el mercado interno es claramente el jugador más importante.
En el mercado interno se observa un importante retraso en los precios de lácteos medidos en términos reales (ajustados por inflación) en los primeros 4 meses de 2018. Los lácteos están “baratos” y la corrección podría llegar en las semanas o meses que vienen; el mayor tipo de cambio y la presión que generará la exportación pueden ser el disparador del ajuste.
Bajo un escenario donde la inflación se ubica en 3,0% y 2,5% en mayo y junio’18, no sería descabellado pensar en un aumento de precios de productos lácteos de entre 7% y 9% en el bimestre mayo-junio (promedio canasta de productos). Este ajuste permitiría a su vez que la subcadena que comercializa en el mercado local pueda pagar entre $ 6,60 y $ 6,80 el litro de leche cruda.
En síntesis, ha aparecido un factor alcista en el precio de la leche cruda que antes no estaba en un contexto muy complejo para la actividad. Un escenario base para junio podría ser el de la industria láctea ofreciendo entre $ 6,60 y $ 7 por litro de leche, según el mix de mercados que cada empresa atienda (mercado interno versus externo). La materia prima clave de la cadena se terminará ubicando más cerca del piso o del techo del rango de precios antes definido en función de cómo se vayan alineando oferta y demanda de lácteos en el mercado interno.
Como puede deducirse, (a) mientras “más leche” logren sacar los exportadores del mercado interno, (b) mientras menos crezca la producción total de leche cruda, (c) mientras más firme esté la economía y por ende la demanda interna de lácteos, más recorrido posible habrá para los precios de los lácteos, y por tanto de la leche cruda, y mayores serán las chances de que estos productos recuperen parte del terreno perdido durante el último semestre en la carrera contra la inflación.
Las pérdidas de los tambos
Según cálculos realizados por el Instituto Argentino de Profesores Universitarios (IAPUCO), basados en los datos que ofrece todos los meses el INTA, el tambo promedio de la provincia de Santa Fe comenzó a perder más de un peso por litro producido. El costo promedio de producción de leche en la provincia, donde son mayoría los tambos pequeños y medianos, tambos más fue en abril pasado de $ 7,21 el litro versus un valor promedio de mercado de la leche de $ 6,20 a nivel nacional.
En segundo y tercer lugar se ubican los tambos de referencia de Córdoba y Entre Ríos con una pérdida de $ 0,94 y $ 0,82 por litro, mientras que la empresa lechera bonaerense promedio (provincia donde operan las unidades de mayor escala) registró en abril pasado un costo de producción prácticamente equivalente al valor medio recibido por la leche ($ 6,17 versus $ 6,20).
En tanto, el “valor de referencia de demanda” en abril de este año de grandes empresas lácteas (fundamentalmente las que integran el CIL) fue de 6,44 $/litro versus un “valor pizarra” promedio pagado al tambero de 6,20 $/litro.
El “valor de referencia de demanda” expresa la capacidad de pago teórica por litro de leche cruda por parte de las industrias en condiciones normales de operación y para una situación de “nivelación” en los resultados de la empresa, es decir, sin margen de renta alguno (o renta cero).
La participación de los tamberos en el precio final de los lácteos, considerando una canasta representativa de productos destinados tanto al mercado interno como externo, fue en abril pasado del 29,9%, mientras que la de la industria se ubicó en un 28,5%, según cálculos de INTA-Iapuco. El comercio (supermercadismo), por su parte, representó un 26% del valor final, mientras que el Estado (impuestos) tuvo una participación del 15,6%.