Casi la mitad afirma haber concurrido a un consultorio y el resto considera hacerlo. El encuentro con familiares y amigos es la actividad que dejaron de hacer y la que más extrañan.
Del 83% de los jóvenes mayores de 18 años que manifestó estar psicológicamente afectado por la pandemia de Covid-19, un poco menos de la mitad reconoció haber recurrido al diván en busca de ayuda para atravesar las restricciones de distanciamiento y circulación, mientras el resto declaró que, si bien aún no lo fue, analiza hacerlo en el futuro.
La encuesta fue realizada la semana pasada por el Centro de Opinión Pública (COPUB) de la Universidad de Belgrano y de ahí surge que, en el 45% de los casos, la actividad que más dejaron de realizar, y por ende, la que más extrañan, es el encuentro con familiares y amigos.
El 31% confiesa que los controles médicos de rutina fueron los que más se sacrificaron, un 13% se privó de actividades recreativas y un 11%, de hacer viajes y turismo.
En cuanto al confinamiento, el 35% indica que se adapta muy bien al trabajo remoto, y el 29% señala que lo hace bien, aunque preferiría la modalidad mixta, es decir combinada con algunos días en la sede laboral.
En tanto, el 21% sostiene que su adaptación al trabajo desde casa es regular, y el 10% afirma que es mala.
Sin embargo, la compulsa revela que la mayor preocupación de las personas se divide entre el recrudecimiento de la pandemia y la inflación.
El 40% de los consultados elige el aumento de precios minoristas como el dato más inquietante de la coyuntura; en tanto el 31% opta por el Covid-19, y el 15% escoge la espera por acceder a la vacuna contra el coronavirus como su mayor preocupación.
Al 52% de los participantes del sondeo les da lo mismo aplicarse cualquier vacuna, no así al 31%.
Puestos a elegir, el 42% prefiere la vacuna de Oxford/AstraZeneca; el 38% lo hace con la Sputnik V, desarrollada por Centro Nacional Gamaleya de Epidemiología y Microbiología de Rusia, y el 20% elige la Sinopharm, del Instituto de Productos Biológicos de Pekín, República Popular China.
El director del Centro de Opinión Pública (COPUB) de la Universidad de Belgrano, Orlando D’Adamo, interpreta que “los resultados indican que las cuestiones económicas y las referidas a la pandemia son las que concitan las mayores preocupaciones de los encuestados”.
Destaca que “el creciente número de casos y el alarmante aumento de los muertos se combinan con una acuciante situación económica, lo que también se refleja en las respuestas vinculadas con las consultas psicológicas”, explica.
No extraña lo registrado en la encuesta efectuada en Buenos Aires en comparación con el antecedente de la segunda ola de contagios que provino del otro lado del Hemisferio.
Un estudio realizado en España e Italia muestra los síntomas comunicados por las figuras parentales durante el confinamiento respecto de los jóvenes: sentimientos de soledad (31,3 %), nerviosismo (38 %), inquietud (38,8 %), irritabilidad (39 %) y dificultad de concentración el 76%.
Otro estudio de UNICEF puso de manifiesto cómo un 27 % de adolescentes y jóvenes consultados tras el confinamiento sentía ansiedad, el 15 % depresión, el 46 % menos motivación para realizar actividades que normalmente disfrutaba y el 73 %, necesidad de pedir ayuda en relación con su bienestar físico y mental, aunque el 40 % no lo haya pedido.
Los temores se potencian en los pacientes que ya tuvieron Covid-19. Según un nuevo relevamiento publicado en la revista Lancet, un tercio de los recuperados exhibió trastornos psicológicos o neurológicos dentro de los 6 meses de manifestada la infección.
De acuerdo con un artículo difundido por CNN en Español, la ansiedad fue el diagnóstico más común, que se evidenció en un 17% de los pacientes tratados por Covid-19.
Al ser el coronavirus una afección nueva, el tiempo de estudio no es tan extendido como con otros análisis previos, y por lo tanto la duración de las vacunas aún no se puede precisar.