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La vida sencilla de un influencer paranaense

 “Empezó como hobby y se nos fue de las manos”. Así lo afirmó Nicolás Lorenzón, el influencer paranaense con más de 670 mil seguidores en Instagram, en diálogo con MIRADOR ENTRE RÍOS. Entramos a su casa y conocimos a su familia, que llena de alegría las redes sociales a diario. “Creo en la Ley de Atracción y siempre soñé con la vida que tengo hoy”, dijo.

Nicolás Piray | redaccion-er@miradorprovincial.com

Si empezamos diciendo que la entrevista es a una de las familias más populares de la provincia en las redes sociales, quizás muchos no sepan de quiénes estamos hablando. Pero para los usuarios bastará con decir cuatro nombres o pseudónimos, para ubicarlos: Nico, Roxy, Jhony y Poly. Sí, nos referimos al empresario Nico Lorenzon (N), su mujer Solcito Baldi (S) y sus dos hijos, Noah y Nina. Una familia paranaense que a diario inunda Instagram de alegría y que, con cada una de sus ocurrencias, divierte y entretiene a sus más de 670 mil seguidores.

Mucho se discute en la actualidad sobre las formas de manejar las redes y los contenidos, para que sea redituable o sumar followers. Lo cierto es que a ellos no les importa mucho porque ya tienen el rédito más importante, el cariño de la gente.

MIRADOR ENTRE RÍOS pudo conocer su casa y compartir la intimidad doméstica, cómo son detrás del celular, el compromiso solidario, sus proyectos, entre otros temas.

“Todo esto arrancó hace aproximadamente un año. Grababa videos haciendo tonterías y también alguna que otra cosa en pareja. Promocionamos algo en páginas de amigos, a la gente le gustó uno en particular y a partir de ahí fuimos sumando seguidores. Páginas de memes empezaron a subir nuestro material y se iban haciendo fan. Comencé yo solo, pero rápidamente la fui sumando a Sol y a Noah, hasta que se convirtió en un Instagram familiar y hoy en día tenemos cuenta los 4”, afirmó Nico.

–¿Recuerdan el primer video que explotó?

–S: Sí, yo estaba embarazada de Nina, en pleno reposo y él tenía la intención de irse a esquiar con amigos. Entonces vino a avisarme, yo no quería obviamente porque tenía que quedarse por las dudas, entonces le pedía cualquier cosa y me la hacía aparecer. Un oso de peluche, una tortuga de verdad y demás. Ese fue el video con el cual arrancó todo, fue el boom. Después aparecieron Miguel y Roxana (N.R: Personajes que surgieron en un video con el que tuvieron mucha llegada a la gente); que la primera vez era Nico el que hizo de los dos. Se ponía un repasador en la cabeza y hacía de Roxy, pero terminó bautizándome a mí con ese nombre y ahora todos me llaman así (risas).

–N: Hace muchos años, cuando no había redes sociales, yo vivía haciendo videos con mis amigos. Los veo hoy, y me río porque se ve todo pixelado por la calidad de los celulares en ese entonces.

Repercusiones

–¿Quiénes eran antes del reconocimiento de la gente?

–N: Las mismas personas que ahora. Hacemos lo mismo y mantenemos nuestras vidas. Pero algunas cosas cambiaron.

–S: El otro día fui a buscar a mi sobrino de un cumpleaños en un pelotero, y los nenes me pedían fotos. Eso cambió.

–¿Cuándo fue que se dieron cuenta que los conocían por la calle?

–N: Creo que en la Fiesta de Disfraces del año pasado nos dimos cuenta que nos conocían. Porque fue la primera vez que nos pidieron muchas fotos, encima fuimos disfrazados de Miguel y Roxana. Ahí tenía apenas 20 mil seguidores. Y después nos sorprendimos en Punta del Este porque se arrimaban incluso al departamento para sacarse una foto y conocernos. Igualmente la cosa más loca fue que me reconocieron bajando de un avión en Ámsterdam, era un chico uruguayo que vive ahí y nos sigue. Una locura.


–¿Cómo lo toman?

–N: Está buenísimo, lo tomamos re bien y tratamos de ser buena onda con todos. Salvo que estemos muy apurados, porque también tenemos que hacer nuestras cosas y tenemos días y días como todos los seres humanos.

Lado B

–¿Cómo son detrás de la pantalla?

–N: Idénticos a lo que mostramos en las historias de Instagram. No cambiamos las formas por ninguna cuestión. Por ejemplo: nos van a ver retando a los chicos en los videos y los retamos fuera de grabación también, como hace cualquier padre.

–¿Siempre fuiste loco por los animales?

–Sí, toda la vida. Me gustan mucho.

“Y de todo tipo. Desde que estamos de novios ha tenido erizos, iguanas, tortugas, gatos, perros, de todo menos víboras por suerte”, añadió Sol.

–¿Y de los autos, motos y lanchas?

–N: También, siempre fui fanático de esas cosas. Fui comprando a medida que podía, vendiendo una moto para comprar un gomón para el verano, vendiendo el gomón para comprarme otra cosa y así. Eso me lo permitió comprar mi trabajo en la empresa, no Instagram obviamente.

–Hay que contar justamente que no viven de Instagram…

–N: No, no. Ni cerca. Empezó como hobby y se nos fue de las manos. Creo que gracias a que me va bien en la empresa, le pude dar cada vez más tiempo a las redes sociales y todo fue llevando a lo que somos hoy. No lo hacemos por necesidad, lo hacemos porque nos gusta. Y por eso podemos darnos el lujo de rechazar algún canje o propuesta publicitaria que no nos convence. Me dedico plenamente en lo laboral a la inmobiliaria, al corralón y a la constructora. Lo de Instagram surgió como un cable a tierra para despejar la cabeza de lo empresarial.

–S: Yo soy Profesora de Educación Física, nada que ver. Me dediqué hasta que nació Noah y después ayudé siempre a Nico.

–¿Te consideras influencer?

–N: Yo creo que influencer es toda aquella persona que transmite algo positivo por sus redes sociales. No tiene nada que ver la cantidad de seguidores. Considero influencers a mis hijos que tienen su cuenta, como a cualquier persona que tenga 100 seguidores y que transmita buena vibra. Nosotros tratamos de hacerlo.


Procesos

-¿Seleccionas lo que subís?

–N: No, nunca. Subo cualquier cosa; no elimino ninguna historia para volverla a grabar. Sí hay gente que tiene su guión para subir algo de 15 segundos y lo intenta cinco veces, pero yo no. Lo quise hacer en su momento, pero enseguida noté que lo forzado no me gusta.

La familia Lorenzon se caracteriza también en las redes sociales por sus continuos mensajes alentadores. “Me gusta mucho porque creo en la Ley de Atracción y siempre soñé con la vida que tengo hoy. Con la familia, amigos, las cosas materiales que no son nada pero ayudan y son gustos que siempre me quise dar. Entonces trato de hablarles a todos mis seguidores de eso e incentivarlos a que visualicen y se esfuercen por todo lo que quieren conseguir”, rescató Nico.

–¿Te llevas bien con los demás influencers del país?

–N: Hay una buena relación entre todos. Mi ídolo es Goofy González, a quien siempre admiré y lo sigo haciendo. Porque me gusta su contenido, es más, es unas de las pocas cuentas que me hace reír mucho; la de Goofy y la de Nachito Saralegui. Las demás son más de lo mismo, lo que hago yo digamos. Los quiero a todos y hay una relación excelente, pero no miro Instagram en realidad.

–¿Cómo que no miras Instagram?

–N: No, te juro (risas). No miro nada. Solamente lo uso para subir mi contenido y responder algunos mensajes; después hago otras cosas como meterle pila a lo que estoy haciendo en ese momento en particular, me entretengo mucho con los videojuegos. Pero no me siento a mirar historias ni a stalkear (seguir) a nadie. Es loco, lo sé; todos me dicen eso.

–¿Y estadísticas?

–N: Tampoco. Soy cero estadísticas. Siempre tuve la cuenta privada porque sé que así se sube más rápido de seguidores y ahora la tengo pública porque quiero viralizar más el contenido. Pero no sé cuánta gente me deja de seguir, ni cuántas personas entran a ver mis cosas; nada de eso que es lo normal de cualquier influencer digamos.

–¿Sos de consultarle a alguien sobre las novedades de las redes?

–N: Con respecto a eso, nuestro mánager nos tira información siempre. Y además busco por mi cuenta algoritmos en Instagram o cosas así, ahí nos enteramos de los cambios que se realizan. Así nos dimos cuenta que si hubiésemos arrancado esto dos años antes, hoy estaríamos en un número mucho más alto de seguidores y de reconocimiento.

Subir o no subir

MIRADOR ENTRE RÍOS quiso saber qué pasa con aquellos días en que no tiene ganas de subir nada. Nico cuenta. “Generalmente me levanto todos los días sin ganas de hacer nada y con mucho sueño, porque me acuesto tarde. Necesito mi tiempo como para acomodarme y arrancar (risas).

Ahora en el verano hago media hora de bicicleta para activarme un poco, pero hasta las 10 me cuesta. Algunas veces no subo historias hasta el mediodía por ejemplo. Hay días que subo mil historias, y otros que subo tres porque estuve ocupado haciendo algo. Es muy relativo eso”.

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