El experto, que incluso ocupó posiciones en la secretaría de Transporte de la Provincia, saltó esta vez a la escena pública a impulsar un acuerdo entre las provincias del Litoral para que se hagan cargo del mantenimiento de la vía de comunicación. Ponderó que la ruta de agua brinda salida al mar hasta a Bolivia; que el 80% de las exportaciones argentinas salen por el inmenso cauce, por un valor de unos 70.000 millones de dólares al año. Contó que poco más de 4.000 buques mueven esa producción. Introdujo el meollo del problema al expresar que “no estamos aprovechando ese potencial que da el río, debemos administrarlo en una versión multimodal con otros medios de transporte”, como el ferrocarril y las rutas.
Mastaglia deslizó que existen diversas alternativas para salir de la concesión dada en los años de la década del 90 por el expresidente Carlos Menem. “Antes de la privatización el servicio se brindaba desde el exministerio de Obras y Servicios Públicos de la Nación, un gran ministerio con mucho potencial que tenía sede en la ciudad de Paraná” aportó y deslizó: “Una opción es renovar la concesión con la misma empresa; otra es cambiar el concesionario que puede ser de capital extranjero o nacional. Y queda la posibilidad de que el servicio sea prestado por las provincias, desde una empresa estatal que administre los intereses de las siete provincias del Litoral”.
Contó que actualmente el dragado se concreta con cupos. Por eso, explicitó, “muchas veces el Estado debe desembolsar susidios millonarios para proveer dragas a nuestros puertos, cuestión que deja al Estado en una situación de aportar a un servicio que no le corresponde. Incluso a las utilidades se las lleva el concesionario que cobra un peaje a las empresas que trasladan producción por el río”.
El especialista dejó saber que ese peaje es de los más altos del mundo y que si el dragado regresa a manos públicas debería bajar de precio. Cuenta que se genera dinero suficiente para hacer sustentable el servicio.
Como sea, recién ahora se profundizar el debate en la agenda pública y pasa cuando la concesión se venció y se prorrogó porque los gobiernos no evaluaron con tiempo que destino darle a la hidrovía, por donde se mueve el mayor capital productivo nacional.
Mastaglia dijo que algo de esto ya sucedió hace algunos años y que la decisión fue patear la pelota hacia adelante. Recordó que en tiempos del gobierno de Cristina Fernández operó una prórroga ya que se entendió que no se había dado tiempo suficiente para madurar una idea que ahora se está debatiendo.
“Este es un momento crucial para la hidrovía, es oportuno para amalgamar las distintas opiniones y que se plasme en un proyecto común, planteando que al río hay que verlo como un sistema de integración regional, además de la mirada económica” sintetizó el especialista y remató con que “las provincias del Litoral le hemos dado la espalda al río”.