Según el diario Ámbito Financiero, el problema de tener la tasa en estos niveles es que complica tanto al tomador del crédito como al prestatario, ya que el primero decide no salir a financiarse a un costo tan elevado, mientras que el segundo se enfrenta a un problema que en la jerga económica se conoce como “selección adversa”. Esto ocurre cuando una de las partes de la transacción no cuenta con la información necesaria respecto de su contraparte y no puede distinguir si el agente tiene una estructura de riesgo más “segura” o “riesgosa”. Por esta razón, el banco (la parte menos informada) suele mostrar una mayor reticencia a realizar la transacción u ofrecerá una tasa más elevada para la misma, llevando a que el mercado funcione de manera eficiente. En estos casos, los agentes más seguros terminan optando por no tomar un crédito debido a que el costo de la operación se encarece.
Federico Furiase, director de Eco Go, sostuvo que “la suba demuestra la parte recesiva del ajuste monetario que estamos teniendo, como consecuencia del crecimiento cero esperado para la base monetaria de acá a junio del año que viene“.
Explicó que “el Banco Central está apuntando a controlar el tipo de cambio y a bajar la inflación a partir de un aumento de los incentivos para dejar los excedentes en instrumentos de esterilización, como son las Leliq”. Además, como se espera que el organismo “absorba el sobrante de pesos, es probable que se mantenga la tendencia alcista de tasas, por lo menos hasta que la autoridad monetaria empiece a encontrar espacio para comenzar a reducirlas; estimo que será a partir de abril o mayo”, precisó.
Por su parte, Guillermo Barbero, socio de First Corporate Finance Advisors, remarcó que “el Banco Central está buscando que aquel que tenga un préstamo venda dólares para cancelar los pagos”.
Señaló que “el flujo grande de divisas comenzará a llegar a partir de noviembre o diciembre con la cosecha fina” y que a partir de allí, “el Gobierno comenzará a cobrar el impuesto a las retenciones” anunciado hace unas semanas. Barbero estimó que “el dólar no se va a poder sostener en niveles en torno de $42, de modo que podría bajar y fomentar nuevamente la estrategia del carry trade”. De todas formas, anticipó que “se vienen meses muy complicados antes de que la economía vuelva a crecer; habrá que ver en unos meses el efecto de las medidas que está tomando el BCRA”. “Esperemos que no sea peor que la enfermedad”, concluyó.