Según la CAME, las ventas de los comercios minoristas descendieron un 14,9% anual en octubre. La entidad analiza el impacto de las expectativas generadas por la brecha cambiaria en los consumos.
Las cantidades vendidas por los comercios minoristas pyme declinaron 14,9% anual en octubre, según la tasa de variación promedio informada por los negocios. Así, en lo que va del año acumulan un descenso anual del 26,2% que se explica por las fuertes retracciones registradas entre marzo y julio principalmente.
Todos los rubros relevados cayeron, incluyendo Farmacias que tuvo una disminución anual de 3,6% y Alimentos y Bebidas que lo hizo 4,3% por las menores ventas en casas de comida, panaderías, kioscos, bebidas en general, entre otros. Las ventas fueron mejores en los almacenes de barrio, aunque también con mucha dispersión.
Más allá de los problemas de ingresos, empleo, y los niveles de endeudamiento de las familias, incidió en la baja la incertidumbre generada por la suba del dólar blue y las expectativas de un escenario de devaluación y alta inflación. Esto alentó el refugio en dólares de muchas familias, reduciendo la masa dedicada a consumo.
Así surge de la medición de CAME en base a 1300 comercios de todo el país relevados entre el jueves 29 y ayer sábado 31 de octubre, por un equipo de 30 encuestadores localizados en las capitales del país, GBA y CABA.
Rubros
Un sector que no logra repuntar y muestra una de los mayores achicamientos en las tasas de variación promedio, es Calzados y Marroquinería: declinó 35,9% anual. Prácticamente no hay negocios que informen variaciones positivas. Sin dudas que la menor circulación de gente en la cuarentena redujo su necesidad, sumado a que es uno de los últimos productos que tienden a recuperarse en momentos críticos para la economía.
Pero la mayor baja anual se la llevó en octubre Joyería, relojería y bijouterie con un desplome de 36,1%, por encima de la registrada el mes pasado (-25,9%). Es otro de los ramos más afectados por la recesión, efecto que se profundizo con la cuarentena. También en las grandes ciudades se comenzó a observar nuevamente la proliferación de vendedores informales de estos productos.
En Indumentaria las ventas cayeron 23,8% anual afectadas por la incertidumbre y faltantes de mercadería frente al resguardo de los proveedores por temor a vender barato y no poder luego reponer las prendas. Hubo un pico de operaciones en el Día de la Madre y después se planchó. Muchos comercios de ese rubro esperan un repunte sobre fin de año. Lo que más salió fueron prendas de vestir.
En Ropa, artículos deportivos y de recreación, el declive fue 10,7% anual (siempre hablando de la tasa de variación promedio anual en cantidades, informada por los comercios). En algunos locales hubo colas de gente para entrar y otros se encontraban vacíos. Hubo buena venta de bicicletas, frente a las promociones de algunos bancos para adquirirlas en 24 cuotas. Especialmente en la Ciudad de Buenos Aires.
Jugueterías y librerías fue el tercer sector con mayor retracción (-24,9% anual). La menor circulación de chicos en la calle redujo el consumo de paso y la no asistencia a las escuelas evita el repunte de artículos de librería y libros. Los comercios informan que ni las ofertas tientan al público, aunque en el rubro juguetes se espera que a partir de fines de noviembre repunten con la venta de fin de año. “Se nota el faltante de dinero”, es la frase más repetida.
Un dato para tener en cuenta, es que sólo se están relevando comercios abiertos, es decir, se excluyeron aquellos que cerraron definitiva o transitoriamente.