El martes 7 de abril se podrá disfrutar de la Superluna rosa, un evento en el que se exhibirá más grande y más brillante de lo normal debido a que ocurrirá el perigeo, es decir, el punto de la órbita lunar más cercano a la Tierra.
La Luna se verá un 14% por ciento más grande del habitual y con casi un 30% más de brillo.
A pesar de su nombre, el satélite terrestre no adquirirá el color rosa, sino que se trata de un fenómeno que coincide con el período del año en el que brotan las flores flox, de tonalidades rosas, según detalla la agencia espacial estadounidense en su sitio web. En este sentido, se trata de un homenaje a los colores de la primavera, estación en la que ocurre el evento en el hemisferio norte.
“Luna de las flores”
“En los meses europeos, la luna llena en abril se llama Pink Moon (luna rosada), un nombre que proviene del musgo rosa, conocido también como flox de tierra silvestre, que en el este de Estados Unidos es una de las primeras flores que germinan en primavera“, explica la NASA.
A su vez, agrega que las tribus nativas del noreste de EEUU la llamaron “Luna de las flores”, ya que éstas son abundantes en esta época del año en la mayoría de esas regiones. “Otros nombres incluyen luna de siembra de maíz, o luna de leche”, precisa la agencia.
Según los calendarios
En otras partes del mundo, también se la denomina como “Luna de la hierba germinada”, “del huevo” o “de los peces”. Los hindúes la llaman “Hanuman Jayanti”, mientras que los budistas la nombran “Bak Poya” debido que se conmemora la fecha en que Buda visitó Sri Lanka y evitó una guerra, logrando la paz entre los jefes.
En tanto, en el calendario eclesiástico cristiano se la conoce como “Luna Pascual” al coincidir con las celebraciones de la Semana Santa, publicó Página12. El Concilio de Nicea determinó que el domingo de Pascua, también llamado de Resurrección, se celebrará el domingo después de la primera luna llena de primavera.
¿Por qué la llaman así?
Esta luna, que fue para los pueblos antiguos el símbolo de la fertilidad en la naturaleza, fue llamada de diferentes maneras, según lo que proveía la tierra o el agua en el momento del año en que este fenómeno astronómico aparecía.
La noche del 7 de abril habrá que elevar la mirada al cielo para disfrutar de este fenómeno que ocurrirá a unos 355.000 kilómetros de la Tierra. Un espectáculo imperdible que vale la pena disfrutar.