Ante las bajas temperaturas, se empiezan a encender las estufas y hay que tomar ciertos recaudos para evitar inconvenientes.
Los 5 consejos a tener en cuenta para prevenir la intoxicación por monóxido de carbono
- Revisar periódicamente las instalaciones de gas. Es clave asegurarse de que estufas, hornallas y calefactores funcionen correctamente. Si la llama se ve amarilla o anaranjada, o si hay manchas de hollín en los artefactos o sus salidas, se debe contactar a un gasista matriculado.
- Ventilar los ambientes todos los días. Aunque la temperatura baje, es esencial permitir la entrada de aire fresco. Abrir puertas y ventanas al menos una vez al día ayuda a renovar el oxígeno y evitar la acumulación de gases tóxicos.
- No dejar encendidos los artefactos durante el descanso. Dormir con la estufa prendida representa un riesgo alto. Si el artefacto no tiene salida al exterior, puede liberar monóxido de carbono mientras las personas duermen, dificultando la detección de síntomas.
- Instalar detectores de monóxido de carbono. Son dispositivos de bajo costo que permiten detectar el gas a tiempo. Se recomienda instalarlos en espacios cerrados donde haya artefactos a combustión y controlar que estén siempre en funcionamiento.
- Reconocer los síntomas de intoxicación. Dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, visión borrosa, debilidad o dolor de pecho pueden ser señales de exposición. En casos más graves, pueden presentarse convulsiones o pérdida del conocimiento. Ante cualquier sospecha, es imprescindible acudir de urgencia al centro médico más cercano.