Luego de anunciar su retiro en el día de ayer, Lucia Kindebaluc tuvo un mano a mano con La Cábala y se refirió, entre otras cosas, a sus inicios en el patín artístico, los logros obtenidos, la decisión de dejar la disciplina y sus proyecciones personales a futuro.
Con más de 25 años dedicados al patín artístico, Lucía Kindebaluc decidió cerrar esa etapa de su vida para dedicarse a él desde otro lado. Inserta en la disciplina desde que tenía 4 años, la seguiense dialogó con La Cábala y contó cómo fueron sus inicios: “Me llevó a patín mi mamá cuando tenía 4 años porque era muy inquieta. Vivíamos en la zona rural y el pediatra le dijo que necesitaba hacer un deporte que permita que gaste mucha energía para que me mantenga más quieta en casa”. Por esto, Lucía comenzó a practicar el patín en el Seguí FBC, donde conoció a Carolina Pacher, su entrenadora hasta el día de hoy, y ya nunca dejó de hacerlo.
Lucía es una apasionada de la disciplina que la atrapó desde el primer momento y fue muy clara con respecto a lo que mantuvo su atención puesta en el patín desde que tenía 4 años: “La mezcla entre la euforia de saltos, trompos, fuerza, energía y potencia combinados con la delicadeza, creatividad y lo artístico que comprende fue lo que más me gustó, porque todo lo técnico va relacionado con los componentes coreográficos que permiten expresar sentimientos y lleva toda la euforia y energía. La conjugación de esas dos cosas me apasiona y siempre me gustaron”.
Por otra parte, la patinadora con pasado en el Club Sarmiento (Crespo) y Echagüe (Paraná), aseguró que no hay aspectos de la disciplina que no le gusten y se refirió a todos los recuerdos que se lleva consigo de su extensa y exitosa carrera.
-¿Cuáles son los puntos negativos que podrías nombrar del patín y de tu carrera en particular?
-No hay cosas que no me hayan gustado del patín artístico o de mi trabajo. Si hubo momentos más difíciles y otros más fáciles, no lo voy a negar, pero todo paso por algo e hizo que hoy sea lo que soy asique agradezco cada minuto, cada segundo y cada día que Dios me permitió poder entrenarme para cumplir el sueño de un mundial, sudamericano y panamericano.
-¿Cuál es el recuerdo más lindo que tenés como patinadora?
-Los recuerdos más lindos que tengo del patín artístico son los viajes con mis compañeros de selección, mi entrenadora y con mi familia. El viaje de Francia que mi mamá me pudo acompañar es un recuerdo que nunca voy a olvidar y es muy especial para mí porque mi entrenadora no pudo viajar y mi mama me acompaño y estuvo en todo momento. Otro recuerdo lindo fue cuando viaje a España a mi primer mundial y fue mi mama y mi papa. El último mundial en Barcelona fue el mejor mundial de todos porque pude disfrutar de lo que es la ciudad, de mi entrenadora que tanto la quiero y fue muy especial porque estaba Leonardo Maidana, que es otro profe que me ayuda y me acompaña siempre. Entre Caro y Leo hicieron que ese mundial sea soñado.
Nuevos horizontes.
Lucía Kindebaluc decidió colgar los patines luego de una inmejorable trayectoria de 25 años donde triunfó en certámenes provinciales y nacionales, llegando a representar al país internacionalmente y manifestó que no es lindo dejar la disciplina, pero que “la vida tiene que seguir” y se va con el “corazón contento” por todo lo logrado. En su dialogo con La Cábala también explicó su decisión de dejar el patín artístico, las cuentas pendientes en su carrera y lo que planea para el futuro.
-¿Por qué decidiste retirarte del patín artístico?
-No fue una decisión fácil, me llevó mucho tiempo de preparación. Una de las cuestiones del retiro es porque al recibirme como Licenciada en psicopedagogía y empezar a trabajar en el consultorio necesitaba cerrar una etapa para poder abrirme a otra cosa. Ahora estoy trabajando como profe de patín artístico de la mano de mi entrenadora que es algo que me encanta y me apasiona, me gustaría poder trabajar con ella siempre. Estoy trabajando en la clínica psicopedagógica y doy clases de patín adaptado así que conjugo la psicopedagogía con el patín artístico y son dos cosas que me encantan. Los tiempos no me daban y decidí poder dedicarme a todo, cerrar este ciclo con mucho dolor pero con la ilusión de que lo que venga va a ser mejor.
-¿Tenés cuentas pendientes en tu carrera?
-Me hubiera gustado poder hacer el mundial que se va a realizar en Argentina, pero con todo lo que es pandemia y demás, se está postergando cada vez más y no sabemos cuándo se va a hacer. Me hubiera gustado hacer un mundial enfrente de mi papá, mi hermano y mi mamá.
Por otra parte, pensando en el futuro, Lucía manifestó cuáles son sus metas a largo plazo: “Me gustaría dedicarme a la clínica psicopedagógica y poder seguir ayudando a Carolina como entrenadora de patín, crecer a su lado y poder trabajar con ella. Un deseo un poco más privado es poder formar una familia y tener una vida normal”.
Finalmente, la patinadora seguiense concluyó el diálogo con un mensaje para todos aquellos que sueñan con adoptar el patín como estilo de vida y manifestó: “Primero tienen que llegar con la mente a donde quieran y después el cuerpo, Dios y el universo les va a mostrar el camino, pero primero hay que llegar con la mente, marcarse una meta clara y creer que es posible. Puede ser difícil y costar, pero nada es imposible si creemos y trabajamos para eso. Creo que lo primero que hay que hacer es trabajar con la convicción de que se va a llegar hasta donde se quiera y no bajar los brazos. Otra cosa muy importante es amar lo que hagan, sé que por ahí es difícil entrenar todos los días y demás, pero siempre hacerlo desde la pasión, el amor y del disfrute salga como salga, demostrar lo que se puede hacer”.