El Sumo Pontífice brindó numerosas definiciones en su vuelo de regreso a Roma tras completar su gira por Eslovaquia. “Existe la diversidad de las vacunas y también la fama de algunas vacunas que son un poco más que el agua destilada, esto ha creado un temor”, criticó.
El papa Francisco criticó la “virulencia” de las críticas a las vacunas contra el coronavirus y lamentó que incluso en el Vaticano haya “negacionistas” de los fármacos, al tiempo que, en conferencia de prensa al regreso de su gira de cuatro días por Budapest (Hungría) y Eslovaquia, ratificó una vez más su rechazo al aborto y su apoyo a las uniones civiles para personas del mismo sexo.
“Es un poco extraño porque la humanidad tiene una historia de amistad con las vacunas: sarampión, poliomielitis… quizás esta virulencia se deba a la incertidumbre, no sólo de la pandemia“, afirmó el Papa al ser consultado por la negativa de varias personas, incluso cristianas, a inmunizarse contra el coronavirus.
Francisco, de 84 años, y que completó el ciclo de inmunización en febrero, terminó una gira de cuatro días por lo que denominó como “el corazón de Europa”; en su primera salida del Vaticano tras la operación de colon a la que se sometió el 4 de julio.
“Existe la diversidad de las vacunas y también la fama de algunas vacunas que son un poco más que el agua destilada, esto ha creado un temor”, criticó el Papa, que en agosto se puso a la cabeza de una campaña para promover la vacunación a nivel mundial junto a otos líderes religiosos.
En ese marco, Jorge Bergoglio reveló que “incluso en el Colegio de Cardenales hay algunos negacionistas y uno de ellos, pobrecito, está hospitalizado con el virus”. La referencia del Papa fue hacia el estadounidense Raymond Burke, crítico de su pontificado, quien en agosto llegó a estar entubado por un grave cuadro de la Covid-19.
“No puedo explicarlo bien, algunos dicen que porque las vacunas no están suficientemente probadas. Hay que dejarlo claro: en el Vaticano todos están vacunados, excepto un pequeño grupo que se está estudiando como ayudarlos”, agregó luego.
Durante la conferencia de prensa en el vuelo AZ4004, Francisco volvió además a dejar clara su mirada sobre el aborto y las uniones civiles para personas del mismo sexo.
Para el Papa, “el aborto: es más que un problema, es un homicidio, quien aborta mata, sin medias palabras”.
“Tomen cualquier libro de embriología de los que se usan en la Facultad de Medicina. La tercera semana después de la concepción, a veces antes de que la madre se de cuenta, todos los órganos ya están ahí, incluso el ADN… es una vida humana, esta vida humana debe ser respetada”, argumentó.
“Científicamente es una vida humana. ¿Es correcto sacarlo para resolver un problema? Por eso la Iglesia es tan dura en este tema porque si acepta esto es como si aceptara el homicidio diario”, explicó.
Sobre ese punto, consultado por la postura del grupo de obispos conservadores de EEUU que quieren negar la comunión al presidente de ese país Joe Biden por apoyar las leyes de aborto, el Papa se mostró prescindente y dejó en cada prelado la decisión sobre un tema que, aclaró “no es teológico sino pastoral”.
De todos modos, enfatizó que la discusión debe darse con “cercanía, compasión y ternura”, y sin que la Iglesia caiga “en el plano político” para “no condenar”.
En buena forma durante toda la gira, más allá de las cinco ciudades visitadas para dar 12 discursos en cuatro días, Francisco incluso bromeó con los periodistas sobre su operación de julio.
“Alguno me dijo que se la quiere hacer.. pero no es una cosa estética”, aseveró entre risas luego de reconocer su buen estado a dos meses de la intervención por la que se le extrajo una parte del intestino.
Durante la conferencia, el Papa renovó su apoyo a las uniones civiles en general y en particular entre las personas del mismo sexo, y volvió a plantear que, según la doctrina de la Iglesia, “el matrimonio como sacramento es entre hombre y mujer”.
“El matrimonio es un sacramento. La Iglesia no tiene el poder de cambiar el sacramento como el Señor lo ha instituido”, sostuvo el Papa al ser consultado sobre su visión en torno a la recomendación de un tribunal europeo para que los países del bloque apoyen el matrimonio igualitario.
El Papa, en cambio, sí se mostró a favor de las leyes de unión civil porque, planteó, “son leyes que buscan ayudar la situación de tanta gente de orientación sexual diversa”.
“Y es muy importante a que se ayude a esta gente. Si ellos quieren llevar la vida juntos, los Estados tienen posibilidad civilmente de sostener y darles seguridad de herencia y salud, no solo a los homosexuales, sino a todas las personas que quieran asociarse”, enfatizó.
Para Francisco, “el matrimonio como sacramento es mujer y hombre” y a veces “se crean confusiones”.
“Debemos respetar a todos. por favor no hagan que la Iglesia reniegue de su verdad”, pidió.
Francisco ya había planteado su apertura a las leyes de unión civil en varias ocasiones, como en el documental “Francisco”; del cineasta Evgeny Afineevsky, estrenado el año pasado.
“Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil, tienen derecho a estar cubiertos legalmente. Yo defendí eso”, plantea el Pontífice en el film que repasa varios ejes de su pontificado.
El Papa, que aprovechó la gira para enviar mensajes a Europa sobre el rechazo al antisemitismo y la negativa a la “instrumentalización de la religión”; especialmente de líderes cristianos conservadores, se refirió en la conferencia de prensa a los desafíos del bloque regional.
“En general, Europa debe retomar los sueños de sus padres fundadores. La Unión Europea no es una reunión para hacer cosas, hay un espíritu detrás de la UE que soñaron Schumann, Adenauer, De Gasperi”, propuso.
Para Bergoglio, en ese marco, “existe el peligro de que sea sólo una oficina de gestión, y esto no es bueno, tiene que ir directamente a la mística, buscar las raíces de Europa y llevarlas adelante, con todos los países”.
En ese punto, sin especificar, advirtió de todos modos que “es cierto que algunos intereses, quizá no europeos, intentan utilizar la Unión Europea para la colonización ideológica, y eso no es bueno”.
El viaje del Papa, su número 34 como Pontífice, tuvo como otro de los hilos conductores al rechazo al antisemitismo, que transmitió en las reuniones que mantuvo con las comunidades judías húngaras y eslovacas, y sobre el que volvió este miércoles al calificarlo como “una moda que está resurgiendo y es una cosa fea, fea”.