En muy pocos días se realizará en todo el país la Colecta Anual de Cáritas. Es un acontecimiento muy importante para la vida de nuestra organización, porque los fondos recaudados permitirán, en buena media, la continuidad de los programas de promoción humana en las comunidades más pobres y la generación de iniciativas para dar respuesta a nuevas situaciones de nuestro tiempo.
La realidad de la pobreza es muy compleja porque demanda no sólo atender las necesidades más urgentes, que conllevan riesgo para la salud o la vida de las personas, sino también trabajar para transformar algunos factores que son la causa de la propia exclusión, como el déficit de educación, las condiciones de vida insalubres o la imposibilidad de insertarse en el mundo laboral.
Cáritas, a la vez que brinda alimento y abrigo en las parroquias para atender las necesidades urgentes, despliega en todo el país una multitud de proyectos en función de otras necesidades muy importantes. La finalidad de los mismos es lograr la promoción de las personas con su propio esfuerzo, a través de la inclusión educativa, la capacitación laboral, el estímulo de los emprendimientos con formación y micro créditos, por sólo nombrar algunos ejemplos. A ellos se destina el dinero de la Colecta.
Es verdaderamente conmovedor constatar el poder transformador de este trabajo de contención y acompañamiento a las personas. Ver un joven que obtiene el primer título universitario en una comunidad aislada en el monte, un padre desocupado que consigue su propio emprendimiento de panadería para sostener a su familia, una madre que decide terminar el secundario para acompañar la educación de sus hijos adolescentes, una joven que quiere ayudar a otras jóvenes con problemas de adicción porque a ella la ayudaron, o una familia que logra edificar su hogar con sus propias manos. Son historias mínimas pero muy reales, que tienen rostro y nombres de personas que cambiaron sus vidas, y se cuentan por miles en las Cáritas de todo el país.
Por eso, el lema que nos anima este año, Compartir transforma vidas, no es un enunciado abstracto, sino una afirmación de la experiencia viva de nuestro trabajo cotidiano. Cuando compartimos solidariamente lo que tenemos y lo que somos, (nuestra colaboración económica y nuestro trabajo voluntario) podemos literalmente cambiarle la vida a muchas personas, sacándolas de su presente sin esperanza para convertirlas en artífices de su propio futuro.
Compartir es dar oportunidades a quien no las tiene. Compartir transforma vidas a personas, a familias y a comunidades enteras. Compartir transforma también tu vida, y la vida de nuestra sociedad.