Recomendaciones
Para evitar un golpe de calor:
• Hidratate, tomá agua con mayor frecuencia (aun cuando no sientas sed), procurando siempre consumir agua segura.
• Evitá bebidas con cafeína o con azúcar en exceso, muy frías o muy calientes.
• Incorporá frutas y verduras a tu alimentación y evitá las comidas abundantes.
• Evitá realizar actividad física intensa.
Para el cuidado de los más chicos:
• Evitá esperar a que pidan agua. Ofreceles continuamente líquidos, preferentemente agua o jugos naturales. En el caso de lactantes es recomendable darles el pecho de manera más frecuente.
• Procurá que vistan con ropa holgada, liviana, de algodón y de colores claros.
• Bañalos y mojales el cuerpo con frecuencia.
• Evitá que se expongan al sol, especialmente de 10 a 16 horas. En todo momento es recomendable colocarles gorro y protector solar.
• Mantenelos en lugares bien ventilados o con aire acondicionado.
Signos de alerta:
• Prestá atención a signos de alerta como: sed intensa y sequedad en la boca, temperatura mayor a 39º C, sudoración excesiva, sensación de calor sofocante, piel seca, agotamiento, mareos o desmayo, dolores de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos, dolores de cabeza, entre otros.
• En los bebés, es importante asegurarse de que la piel no se encuentre muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal.
Qué hacer con los alimentos y el agua:
• Mantené en la heladera aquellos alimentos que puedan echarse a perder debido al calor. Verificá la temperatura y control del buen funcionamiento de la heladera.
• Desechá cualquier alimento que pueda haber perdido la cadena de frío. Observá su olor, color o textura y, si son anormales, descartalos.