El consumo masivo registró en las primeras semanas de este año una fuerte retracción que se profundizó en febrero, debido a que la aceleración de la suba de precios en las góndolas lleva a los consumidores a modificar hábitos, dejar de consumir los productos habituales y buscar marcas alternativas, entre otras conductas.
De acuerdo con el relevamiento de la empresa Scanntech Argentina, que procesa 618 mil tickets semanales en todo el país, en cadenas de supermercados regionales hubo una caída de ventas de 12,8 por ciento en enero respecto de diciembre 2023 y 12,5 por ciento interanual.
En enero, en cadenas regionales el promedio de compra fue de 7,4 unidades por ticket, con una reducción de 14,1 por ciento frente al mes anterior.
En autoservicios, las ventas cayeron 14 por ciento en enero respecto de diciembre y 19 por ciento en comparación interanual, con un promedio de 4,1 unidades por ticket, un 8,2 por ciento menos que en diciembre.
Asimismo, Scanntech analizó la semana comprendida entre el 10 y el 16 de febrero de 2024: en cadenas regionales el consumo cayó 34,3 por ciento respecto de la semana anterior y 39,7 por ciento respecto de la misma semana del año pasado.
Las unidades por ticket son 21,9 por ciento menos que un año atrás y se reducen semana a semana (-9,3 por ciento respecto de la semana anterior), al tiempo que en la última semana, pese a la suba de precios, el valor promedio por ticket se redujo 4,8 por ciento.
Según el mismo relevamiento, en el total de las canastas de consumo se registró una suba de precios de 5,1 por ciento esa semana respecto de la anterior y un incremento de 351,3 por ciento respecto de la misma semana el año anterior:
Bebidas fue la categoría que más subió en la comparación semanal (9,1 por ciento) y cuidado personal la que más aumentó en comparación interanual (378,3 por ciento).
En tanto, en la misma semana de análisis, los autoservicios registraron una caída de 18,4 por ciento en las ventas respecto de la semana anterior y 23,7 por ciento respecto de la misma semana del año pasado; las unidades por ticket son 13,2 por ciento menos que un año atrás y también se reducen semana a semana (-5,8 por ciento).
En autoservicios, en la última semana relevada, el valor promedio por ticket se redujo 1,4 por ciento.
Osvaldo del Río, director de la consultora Scentia, señaló que “el consumo masivo empaquetado tuvo una retracción de 3,8 por ciento en enero 2024” en el promedio entre supermercados y autoservicios del AMBA e Interior del país.
En particular “los supermercados, que durante más de dos años arrojaron indicadores positivos, sufrieron un retroceso en sus ventas de 8,3 por ciento”.
En este contexto, “es probable que se intensifiquen hábitos que ya hemos visto, con una mayor frecuencia de compra y menor cantidad de unidades por ticket, con el fin de cuidar más el gasto en cada acto de compra”, consideró Del Río.
Scentia registró caídas en las ventas en todas las canastas de consumo tanto en supermercados como en autoservicios (en AMBA e Interior), mientras que en tendencia contraria, con una suba de 8,4 por ciento, se destacó la categoría impulsivos -como golosinas y chocolates- en los que el comprador no valora la conveniencia de la compra y se deja llevar por la sensación gratificante de comprar algo.
Según una investigación de mercado realizada por ShopApp sobre Perspectivas 2024 y Consumo, basada en una encuesta de 1.000 casos entre el 22 y el 25 de diciembre, un 62 por ciento declara que su principal temor de cara al 2024 es la economía personal/familiar.
Le siguen la economía del país (45 por ciento), la situación política del país (29 por ciento) y la salud mental (24 por ciento).
En relación a la economía personal/familiar, los principales temores son que la inflación sea muy alta (60 por ciento), que sus ingresos se reduzcan (51 por ciento), tener que ajustar su nivel de vida (28 por ciento), perder su trabajo (19 por ciento) y no conseguir trabajo (16 por ciento).
Un 60 por ciento de los consumidores cree que sus ingresos van a aumentar por debajo de la inflación, mientras que el 18 por ciento cree que aumentarán por arriba de la misma.
Para hacer frente a los nuevos aumentos, un 78 por ciento reducirá gastos, un 25 por ciento planea usar ahorros y un 21 por ciento planea financiarse con tarjetas de crédito.
Un 63 por ciento de los consumidores afirmó que dejó de consumir marcas que compraba habitualmente (al menos 1 marca), lo cual tiene mayor incidencia entre las mujeres, los adultos mayores y los niveles socioeconómicos más altos.
Entre las principales razones se encuentran: el precio aumentó mucho (93 por ciento), ya no consigo la marca que solía comprar (15 por ciento) y la calidad del producto bajó (15 por ciento).
El 41 por ciento de los consumidores cambió a una marca más económica que conocía, mientras que el 26 por ciento cambió a una marca más económica que no conocía; el 15 por ciento dejó de comprar la categoría; y el 12 por ciento cambió a la marca propia de un supermercado o mayorista.
Al 47 por ciento no le molesta cambiar la marca de ningún producto que consume, mientras que para 40 por ciento compra siempre la misma marca para algunos productos y en otros productos va variando.
Para ahorrar en productos cotidianos de supermercado, un 63 por ciento de los consumidores va a comprar solamente cuando las cosas que necesita están en promoción.
Mientras que un 38 por ciento va a dejar de comprar categorías que no son de primera necesidad, un 31 por ciento va a cambiar sus marcas habituales por otras más baratas, un 24 por ciento va a comprar en mayoristas y un 20 por ciento va a hacer compras más chicas y más frecuentes.