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Según Gabás, el comercio sufre la “segunda pandemia” y la reactivación llegará con “mejores salarios”

“Nos vamos a salvar en la medida en que haya mayor consumo”, postuló el dirigente de Apyme. ¿Qué opina sobre la reforma laboral y tributaria? Nahuel Amore

Manuel Gabás es uno de los históricos referentes a nivel local de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), entidad que desde 1987 fomenta la defensa de la producción nacional, con un importante anclaje en el mercado interno y el desarrollo de la industria argentina. Desde esa posición y con una mirada afín al oficialismo, el comerciante planteó su parecer sobre la situación crítica que sufre el sector en esta coyuntura y dio su opinión sobre cuáles deben ser los pilares que darán sustento a una reactivación durante la pospandemia.

En un mano a mano con DOS FLORINES, Gabás fue tajante al considerar al coronavirus como la “segunda pandemia”, tras el impacto que significaron las medidas macristas que sumergieron el país en una recesión y dejaron sin capacidad de respuesta a muchos comercios que debieron cerrar. En este contexto complejo, con disposiciones sanitarias de por medio, reveló que los ingresos actuales apenas representan la mitad de los números de 2019, por lo cual reconoce que cualquier tipo de recuperación no será inmediato.

Desde esta perspectiva, el empresario pyme, titular de la firma Detalles en la capital entrerriana y padre de Álvaro -el exsecretario de Producción de Entre Ríos-, entiende que los consensos serán la base sobre los que construirán las condiciones de posibilidad para volver a crecer, siempre y cuando el eje esté puesto en los principios rectores que promueven desde Apyme. “Nos vamos a salvar en la medida en que haya mayor consumo y esto se va a dar a través de mayores puestos de trabajo, con mayor desarrollo industrial y mejores salarios”, aseguró.

Comercios

—La pandemia se presentó dinámica y varía mes a mes el estado de situación de los sectores comerciales. ¿Cómo se encuentra usted?
—Estamos complicados, como casi todo el comercio que no es de bienes esenciales. Estamos facturando aproximadamente un 50% respecto del año pasado, que ya era bajo en relación a 2018 y 2017. Para nosotros prácticamente es la segunda pandemia, la primera fue la recesión de los cuatro años del gobierno anterior. Mayo arrancó mejor que abril que sólo hubo ventas online; en junio tomó un envión en general, pero no se dio así en julio y agosto. No sorprende agosto, pero sí julio por el aguinaldo, que siempre se ha vendido más que el mes anterior. Con esto, en Paraná no se cubrieron las expectativas.

—¿Qué otros factores cree que están incidiendo en la caída de ventas del rubro marroquinería, además de que no son bienes indispensables?
—No creo que la situación tenga que ver solamente con la marroquinería y el calzado, sino que tiene que ver con los accesorios de vestir. La gente de edad de riesgo no sale, porque es la más respetuosa de la cuarentena. Al no haber eventos como casamientos o cumpleaños de 15, que exigen un accesorio en particular, hay menos consumo de estos artículos. Incluso, al estar más tiempo en la casa, demanda menos tiempo para salir. Por supuesto que los artículos de bijouterie, platería o acero quirúrgico también están castigados, pero no al extremo de gastronómicos y hotelería. De todos modos, cuando uno ve rubros como la construcción, si bien no están en niveles tan críticos, la caída es la misma respecto de años anteriores.

—Hay quienes observan esta crisis como terminal para los sectores comerciales. ¿Usted cómo la analiza?
—En el microcentro hay un 15% de locales cerrados, según la estimación de una inmobiliaria (Saúl Hojman). Esa es la realidad del comercio. Hay un auxilio del ATP, pero no es suficiente. Los negocios que están establecidos, que tienen una trayectoria, pueden mantenerse; pero los locales desocupados son en su mayoría los más chicos, que tienen 20 o 30 metros cuadrados. Son los comerciantes pyme los que más vienen padeciendo la restricción que hay en el consumo.

—Entiende que los comercios más chicos vienen sintiendo esa “primera pandemia” que planteó del gobierno de Macri.
—Sí, claro, porque afectó fundamentalmente el sueldo y generó un parate en la rueda de la venta y la industria, generando más desocupación. El sector asalariado es el que más sufrió.

Reactivación

—Según el Gobierno nacional, ya hay signos de reactivación e incluso algunos dicen estar mejor que antes de la pandemia. ¿Cuánto cree que puede durar este rebote? ¿Es consistente en el tiempo?
—Hay sectores industriales que están trabajando y se están reincorporando a la actividad. Puede haber alguno que esté mejor que marzo o abril y también es posible que alguno esté mejor que el año pasado. Pero creemos que hay factores que han mejorado las condiciones para que el país comience a crecer. El primero y más importante es el acuerdo con los acreedores. Eso da cierta tranquilidad para empezar a proyectar, porque vamos a tener de acá hasta el 2023 una tranquilidad ya que no van a pesar los servicios de la deuda. Ahí tenés controlado una parte crítica. De todos modos, lo que viene ahora es el arreglo con el Fondo Monetario. Si bien va a ser difícil, no nos olvidemos que tiene un sillón en el Ministerio de Economía para fiscalizar la toma de decisiones lo cual es bastante perjudicial para un modelo económico que nosotros planteamos, de desarrollo del mercado interno y una política que apoye a la producción y fundamentalmente a la industria. Lo que vemos ahora es que el FMI no apunta tanto al déficit fiscal cero, sino también en ver la salida con el crecimiento y la producción, algo que aparece con esta nueva presidenta del FMI (Kristalina Georgieva). Por ahí podríamos tener un poco más de suerte.

—¿Qué otras políticas considera que pueden reactivar la economía?
—Matías Kulfas plantea crear fondos de hasta un 2% del PBI para el fomento de la industria, tanto la extractiva hidrocarburífera, como la economía del conocimiento, la industria de la salud y poner a los bancos en función del desarrollo y la producción y no de la especulación como estábamos acostumbrados. Estos puntos los apoyamos y creemos que son una buena salida, sin descuidar el tema de los salarios. Hay que generar producción e ir reorientando los subsidios para crear fuentes de trabajo. Esa es nuestra política, de un modelo inclusivo que ofrezca posibilidades de empleo. Creemos que esto no se va a dar en seis meses ni un año, pero que la proa del barco que maneja el gobierno tiene que estar planteada así.

—Reconoce que la pandemia obligó al Estado a lanzar una batería de paliativos. Ahora bien, ¿cuán posible cree esa transición de los planes sociales a las fuentes laborales concretas?
—Nosotros tenemos fe, de acuerdo a lo que va proyectando el Gobierno, en que apuntan a no a vivir de subsidios sino a generar trabajo. El norte está puesto en el sector industrial y el mercado interno. Incluso, algunas medidas ya se van tomando, como los límites al sector financiero. Tenemos confianza en que este modelo es el que debe funcionar. El ATP y el IFE son para estas circunstancias, pero tienen que ir por la mano de obra y la industrialización del país. También tiene que haber medidas para promover la sustitución de las importaciones.

Pospandemia

—¿Coincide con algunos sectores empresarios sobre la necesidad de una reforma laboral y tributaria para crear más empleos?
—Es muy común encontrar estas ideas. Está impuesta la idea de que la Argentina es uno de los países que más impuestos se pagan y realmente no lo es así, porque tienen en cuenta los aportes jubilatorios que van con los salarios. Si queremos un Estado como lo planteamos, con una gestión activa que promueva y desarrolle al mercado, hay que pagar impuestos. La experiencia de reducciones de impuestos no sé dónde han sido positivas, generalmente han beneficiado a las grandes empresas. En Argentina, la reducción de las retenciones, por ejemplo, ¿a quiénes benefició? Cuando se habla de reducir los costos salariales como son los aportes jubilatorios o las obras sociales, ¿genera más mano de obra? Ese es un latiguillo de los sectores dominantes. Lo que sí creemos, y Apyme siempre lo ha planteado, es que debemos sectorizar: no pueden pagar las mismas cargas sociales una microempresa que se inicia o una microempresa que se conforma con un grupo familiar. En eso sí hay que diferenciar.

—Pero ahí sí coincide en que debe haber una reforma tributaria para diferenciar por tamaños de empresas…
—Sí, por supuesto, se debe considerar así, pero que no ataque al consumo sino a las grandes ganancias. Por ejemplo, el 21% de IVA lo termina pagando el asalariado, que te consume el 100%; en cambio, en los sectores que más ganan, el IVA tiene menor la incidencia. Por eso, debe haber impuestos progresivos, no sólo una diferenciación entre sectores que se debe contemplar para la producción, sino también que todos los emprendedores tengan posibilidades en la Argentina, sin que haya un impuesto que castigue al consumo. Nosotros no nos enganchamos con que Argentina es el que más impuestos paga, pero sí que tienen que ser progresivos.

—¿Cree en los consensos que pregona Alberto Fernández para la pospandemia? ¿Qué nivel de incidencia puede aportar Apyme para la toma de decisiones?
—Nosotros creemos en el consenso. Incluso Apyme integra una alianza con la Cgera (Confederación General Empresaria de la República Argentina). Apyme no es una institución sino una asociación que integra actores diferentes; tenemos voz y nuestro presidente es diputado nacional hoy (Eduardo Fernández). La única manera de que este país salga a flote es con un consenso. El consenso exige diálogo, exige resignar algunas cosas por un objetivo superior. Creemos en eso. Por supuesto que tenemos la fe y la mirada puesta en las miles y miles de empresas pymes que son las que más generan puestos de trabajo y es donde más tenemos que tener políticas de Estado hacia el sector. Tenemos que apostar por un modelo de desarrollo del mercado interno y que incluya posibilidades para todos.

—¿Y cómo está el diálogo con el Gobierno provincial y municipal?
—Con el Gobierno provincial, bien. Ya hemos tenido entrevista con Bahillo (Juan José, ministro de Producción), que confluye con las medidas del Gobierno nacional. Con la Municipalidad no hemos tratado todavía, pero no vemos mayores obstáculos. Con otras instituciones estamos siempre abiertos. En Paraná se creó la Cámara de Comerciantes del Microcentro y vemos con buenos ojos que haya una entidad que nos represente. Lo que sí tenemos miradas diferentes en cuanto a que partimos de una mirada general para llegar a lo particular. Creemos que nos vamos a salvar en la medida en que haya mayor consumo y esto se va a dar a través de mayores puestos de trabajo, con mayor desarrollo industrial y mejores salarios.

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