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Ser “Mamá de corazón” por Soledad Rodríguez. Una experiencia sobre el proceso de adopción.

Ser “Mamá de corazón” por Soledad Rodríguez. Una experiencia sobre el proceso de adopción.

Sole es mamá de una niña y un niño, y aunque parezca redundante no queremos dejar de mencionar que ellos son sus hijos, sí, sus hijos. Intentando incorporar en tal afirmación el amor, el cariño, y la vorágine de emociones que Sole transmite al contarnos su historia, que desde hace un tiempo también es parte de la historia de estos niños.

Ella siempre deseo ser madre, hasta que finalmente decidió realizar el proceso de adopción. Recuerda que el proceso fue largo (5 años), que constó de diversas etapas, desde presentar su carpeta, ir a capacitaciones y charlas, pasando por lograr constituirse como postulante, pre adoptante, hasta llegar al primer día de vinculación, a los días en que se extrañaban y no podían verse, y por último, el juicio de adopción.

Uno de esos momentos tan esperando fue el proceso de vinculación. Sole recuerda haber viajado para encontrarlos en la jurisdicción que le fue asignada, y que ese primer encuentro fue en un parque, estando siempre los chicos acompañados por profesionales del RUA. Luego de compartir algunas horas, y emprendiendo la vuelta a casa, ella recuerda haberse preguntado ¿y ahora?, pero el tiempo le fue dando respuestas: “Desde ese día no nos separamos más”.

Y así, como lo expresan Sole y Claudio (su hermano que la acompaña en la nota), desde ese día, desde esos primeros encuentros, desde el primer día de la madre en casa, desde las primeras risas compartidas, las idas a la cancha, los paseos, y los regalos, la familia se agrandó, y no se separaron más.

Pero no queremos dejar de mencionar que, entre estos recuerdos, Sole también rememora que una vez le dijeron a uno de sus hijos “Cállate adoptado”, así de manera despectiva, tratando de herir. Y aunque en ese momento un poco dolió, hoy ni para ella ni para sus hijos esto representa una ofensa, por el contrario. Por eso ella nos invita a informarnos, a reflexionar, y a sensibilizarnos respecto del tema, “porque ·adoptar· no es una mala palabra”.

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