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Las lluvias de febrero han marcado un punto de inflexión para la producción de oleaginosas en Argentina, especialmente para la soja, “que muestra signos de recuperación tras un período de sequía“, sostiene un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Se estima que se logrará una modesta mejora de 500.000 toneladas con respecto a las estimaciones de febrero, lo que representa un alivio para el sector agrícola. Sin embargo, “el panorama para los maíces tardíos es sombrío debido a un inusual brote de una enfermedad transmitida por la chicharrita”, que ha alcanzado regiones tan al sur como Córdoba y Santa Fe, causando daños significativos en los cultivos, advierte la entidad. Esto podría trastabillar los planes del Gobierno, pues, el mayor ingreso de divisas del campo constituye uno de los principales factores que motivan al equipo económico en que las expectativas de una recomposición de las reservas del Banco Central para el corriente año. La soja para la temporada 2023/24 registra un cambio de fortuna con las lluvias tardías, que han mejorado las condiciones de llenado de los granos, especialmente en las variedades de primera. A pesar de este impulso, el rendimiento nacional apenas ha experimentado un incremento leve, situándose en 30.2 quintales por hectárea. “Se proyecta una cosecha total de 50 millones de toneladas, lo que representa un aumento modesto, pero alentador con respecto al ciclo anterior“, advierte el documento de la BCR.
Santa Fe y Córdoba repunta el rinde
Las regiones de Santa Fe y Córdoba lideran el repunte en los rendimientos de la soja, con mejoras significativas en comparación con febrero. Sin embargo, el informe advierte que, “en Entre Ríos se registra una caída importante, atribuible al desempeño deficiente de las variedades de segunda“. Asimismo, alerta que el norte argentino aún enfrenta desafíos con las lluvias intermitentes, lo que podría limitar los rendimientos en las próximas semanas.
El maíz preocupa
Por otro lado, el documento indica que “la situación para el maíz es preocupante“, con apenas un 3% de avance en la cosecha a nivel nacional, muy por debajo del promedio para esta época del año. Los rendimientos en la región núcleo han sido decepcionantes, con valores por debajo de las expectativas debido al “adelgazamiento” de los granos provocado por la ola de calor.
Sin embargo, el informe indica que lo más alarmante “es la aparición de una enfermedad transmitida por la chicharrita“, conocida como spiroplasma, que está causando estragos en los maíces tardíos de Córdoba y Santa Fe. Este brote repentino ha llevado a pérdidas masivas en algunos campos, con estimaciones que sugieren una disminución significativa en la producción de maíz para esta temporada.
A pesar de estas adversidades, las proyecciones de febrero se mantienen, con un rendimiento promedio de 76.9 quintales por hectárea y una producción total estimada de 57 millones de toneladas de maíz para el ciclo 2023/24.
Sin embargo, la incertidumbre sigue siendo alta, ya que los efectos completos del brote de spiroplasma aún no se han visto completamente, y los agricultores están preocupados por el impacto continuo de las condiciones climáticas impredecibles en sus cultivos.
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