La incertidumbre que genera la pérdida de poder adquisitivo y el miedo al desempleo son temas recurrentes en las sesiones de terapia con el psicólogo
La semana pasada el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) dio a conocer que la pobreza llegó al 55,5% de la población en el primer trimestre de 2024, y la indigencia a un 17,5%. Las alarmantes cifras crecieron en un contexto en el que se profundiza el deterioro de los ingresos de gran parte de la población y el desempleo sigue creciendo a nivel país. Las consecuencias del ajuste están impactando en distintos ámbitos de la vida cotidiana de numerosas personas y afectando la salud mental de un segmento de la población. En este marco, según advierten psicólogos y psiquiatras, se incrementó la demanda de consultas y en terapia se registra que cada vez más pacientes atraviesan en la actualidad momentos de angustia e incertidumbre originados precisamente por la crisis económica.
Así lo confirmó a UNO Nicolás Kletzky, presidente del Colegio de Profesionales de la Psicología de Entre Ríos, quien señaló: “Creo que estamos viviendo momentos de muchísima incertidumbre, de crisis, de mucho caos, de desorden, porque no sabemos cómo va a estar el país en muy poco tiempo. Entonces, eso por supuesto que tiene una repercusión a nivel subjetivo y esa incertidumbre angustia mucho. A la gente le preocupa mucho esto: la incertidumbre sobre lo que va a pasar en la cuestión económica. Es lo que está entre los temas que más convocan a las personas a los espacios terapéuticos que proponemos”.
“A nivel económico todas estas crisis repercuten. Esto de no saber si te vas a poder seguir solventando económicamente, por supuesto que provoca incertidumbre. Genera mucha angustia el hecho de no poder estructurarse, organizarse en base a un salario, no saber si el mes que viene vas a seguir en tu trabajo o te van a despedir. Empiezan a aparecer otras cuestiones asociadas, como cualquier tipo de miedo, temor a estar desempleado, a que desaparezca tu trabajo; o si uno es independiente, simplemente que baje el consumo y la demanda que tenía en su rubro disminuya”, añadió.
A su vez, analizó: “Está muy presente esto de la problemática social, económica, cultural que estamos viviendo. Toda esta crisis, por supuesto, tiene una repercusión a nivel subjetivo, y un problema de similares características en otro
contexto no genera el impacto que está generando ahora”.
Tiempos de ajuste
El especialista observó que la población en general está “viviendo tiempos de ajuste no sólo a nivel económico, sino también a nivel social, a nivel cultural”, y precisó: “Venimos de una pandemia, donde ya era dificultoso reunirse con nuestros afectos. Y ahora hay que ajustarse a otros cambios sociales, y entre tanto cambio, hay que ir asimilando y acomodarse en la medida de los recursos simbólicos que uno tiene”.
Ante la consulta acerca de si observa una sociedad más exacerbada y más irritable en este contexto, sostuvo: “Lo que pasa habitualmente es que en estos contextos es que por un lado uno se ajusta, se angustia, y aparecen todas las cuestiones sintomáticas que mencionamos, pero por otra parte también son momentos de muchísima movilización en términos de manifestaciones, críticas, hay mucho más interés político en lo que sucede, que quizás hace unos años estaba más apagado ese tema”.
Por último, Kletzky lamentó que el acceso a los tratamientos en salud mental se vea mucho más limitado en la actualidad, debido a que un segmento de la población, habida cuenta de los cortes en los convenios de los colegios profesionales con varias obras sociales o prepagas. En estos casos tampoco, quienes necesitan atención no suelen encontrar una respuesta en la urgencia en el sistema público de atención, debido a que cuenta con un número limitado de profesionales y de recursos. “En general las personas más vulnerables, con menores recursos, tanto simbólicos como cognitivos y también económicos, siempre se llevan la peor parte, porque el ajuste es mayor y la tolerancia es menor”, reflexionó.
Argentina, país considerado de vanguardia en salud mental
La demanda de atención en los consultorios de los psicólogos se viene multiplicando, a partir de la pandemia primero, con la sensación de soledad y temas vinculados a los lazos sociales; y ahora ante esta crisis económica y social. En este marco, cabe destacar que Argentina sigue siendo el país con mayor cantidad de psicólogos per cápita: son en promedio 222,6 por cada 100.000 habitantes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y de acuerdo a datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación, Entre Ríos se encuentra entre las provincias mejor situadas en cuanto a esta tendencia: hay más de 1.900 psicólogos prestando servicios. Luego se ubican San Juan, con 1.100; y con menor cantidad le siguen Santiago del Estero, Jujuy, Formosa, entre otras.
Que haya tantos profesionales tiene que ver con esta marcada demanda de la población, y en este contexto se destaca además la larga tradición en el desarrollo de las distintas terapias psicológicas, sobre todo a partir de comienzos del siglo XX, con la llegada al país de las obras completas de Sigmund Freud, padre del psicoanálisis.
Sobre este tema, Nicolás Kletzky subrayó: “Siempre hablamos de los países de avanzada, desarrollados, como que eso estuviera muy alejado de nosotros. Y Argentina, en términos de derechos humanos, normativos, sociales, es un país de avanzada, es un país de referencia, y justamente nuestra Ley de Salud Mental es de vanguardia a nivel mundial. Y eso es gracias a lo social, a la lucha social, de colegas y de trabajadores y trabajadoras de la salud mental que pudieron luchar por eso”.
fuente UNO Por Vanesa Erbes