Si bien Teresa Ratto vivió apenas 29 años es una de las entrerrianas más importante de la historia y de las que más inspiran. En su fugaz vida, la oriunda de Concepción del Uruguay marcó el camino en muchas oportunidades: primera mujer que se recibió de bachiller en el país; primera médica de Entre Ríos (segunda de Argentina); integrante del primer Centro de Estudiantes Universitario en la historia de la educación nacional; y fundadora de una de las primeras organizaciones feministas —el Centro de Universitarias—.
Principalmente, la joven profesional consiguió superar las barreras sociales impuestas a la mujer demostrando con inteligencia, decisión y conocimiento que era posible la superación basada en una clara vocación de servicio.
Por ende, a pesar que su vida transcurrió entre fines del siglo XIX y principios del XX, su legado sigue vigente y más aún en el contexto actual que atraviesa el movimiento feminista.
Primeros pasos y dificultades
Teresa Ratto nació en Concepción del Uruguay el 13 de febrero de 1877. Los padres de la futura médica, Don Ángel Ratto y Sabina Rebosio, eran genoveses y se instalaron en la histórica ciudad entrerriana hacia 1870, donde formaron una familia con 15 hijos.
Tras estudiar en la Escuela Normal Mariano Moreno, se propuso lo que por aquellos años parecía un imposible: continuar una carrera universitaria. Para ello necesitaba el título de bachiller. Si bien era maestra, no podía ingresar a la universidad con ese título, por lo que debió graduarse de bachiller, estudio que en ese momento sólo podían cursar los varones.
No fue fácil ingresar al Colegio del Uruguay, histórico establecimiento educativo fundado por Justo José de Urquiza, primer Presidente Constitucional argentino.
Su solicitud de ingreso fue auspiciada y acompañada con gestiones a nivel ministerial por el entonces rector del establecimiento, José Benjamín Zubiaur. El director progresista fue uno de los iniciadores en las escuelas del país de los estudios sobre educación física y preservación de los recursos naturales, y único americano fundador del Comité Olímpico Internacional junto, entre otros, al Barón francés Pierre de Coubertin.
Comienzo de una carrera en la salud pública
La ayuda de Zubiaur permitió que Teresa Ratto ingresara como alumna al colegio, transformándose en la primera bachiller del país en 1895, lo que le posibilitó irse a estudiar medicina a la Universidad de Buenos Aires (UBA).
En ese período fue amiga y protegida de la primera médica mujer argentina y de Sudamérica: Cecilia Grierson. Junto con ella y otras destacadas precursoras de los derechos de la mujer, participó de la fundación del Centro de Universitarias Argentinas, donde canalizó gran parte de su batalla feminista.
A su vez, en sus años de facultad integró el primer Centro de Estudiantes Universitario en la historia de la educación argentina: el de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires, creado en septiembre de 1900.
Una vez finalizada su preparación académica, en 1903 se convirtió en la segunda médica del país y primera en la historia de la provincia de Entre Ríos. Fue designada jefa de vacunación de la Asistencia Pública de Buenos Aires y terminó su labor como médica en su ciudad natal, Concepción del Uruguay.
Una profesión apasionada que terminó pronto
La práctica de la medicina de Teresa Ratto estuvo dirigida a atender la salud de los más desprotegidos. De hecho, las epidemias de difteria y de viruela la encontraron trabajando para mitigar el dolor de sus pacientes con los recursos posibles para la época.
En ese entonces, Teresa era la única médica en la ciudad capacitada para vacunar. Por este motivo, su hermano Octavino, de 13 años, iba a caballo todos los días a la Municipalidad a buscar las inyecciones. En su casa la gente hacía cola para ser atendida.
Si bien hacía lo imposible por mantener la salud de sus pacientes, no podía hacer lo mismo con su propio estado. En el colegio había contraído tifus, que la había afectado severamente. Pero el golpe final que precipitó su desenlace fue la muerte de su hermano Aníbal, un año antes.
Su salud quebrantada no permitió que su labor se extendiera por más tiempo. A tres años de haberse recibido de médica murió el 2 de abril de 1906 de peritonitis en la ciudad que la había visto nacer.
Reconocimientos
El Colegio del Uruguay “Justo José de Urquiza” homenajeó a su primera egresada como bachiller con un aula que lleva su nombre, y en las historias de esa casa de estudios siempre hay un lugar para recordarla. Tal es así, que gracias a la donación de su sobrina nieta, hoy en día se pueden apreciar sus pertenencias personales en el Museo Histórico de la institución.
En diciembre de 1975, en adhesión al “Año internacional de la mujer” se impuso su nombre a la ex calle Washington, que pasa por el frente de su casa natal, en el Puerto Viejo, que ostenta un placa con la que el municipio le rinde tributo.
Por otra parte, en 2006, al cumplirse 100 años de su fallecimiento, la Cámara de Diputados de la Nación Argentina declaró el año en homenaje a la Doctora Teresa Ratto.
Más acá en el tiempo, en su ciudad natal, en 2014, la Secretaría de Salud municipal inauguró la Sala de Situación de Salud Local “Dra. Teresa Ratto”. Mientras que en 2016, el gobernador Gustavo Bordet abrió las puertas del Salón de las Mujeres Entrerrianas en Casa de Gobierno y una de las homenajeadas fue la uruguayense. Su sobrina, también llamada Teresa Ratto, recibió el reconocimiento de parte de Bordet durante la ceremonia.