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“Todo hubiese sido distinto si estábamos preparados”

Se normalizan cada vez más las clases virtuales para seguir el ciclo lectivo de todos los niveles educativos en el país, teniendo como base las herramientas tecnológicas. Para saber más sobre este tema, Mirador Entre Ríos dialogó con el especialista Pablo Bongiovanni. “En el ámbito educativo no tenemos que abandonar jamás la preparación y el uso de la tecnología”, sostuvo.

Si hay una herramienta que a nadie le puede faltar en estos momentos de cuarentena, es sin dudas la tecnología. Porque además de usarla para acortar la distancia que nos separa de nuestro entorno, también se está fortaleciendo la rama laboral y algo que es esencial para todos como la educación, ya sea en primario, secundario o niveles superiores. La tecnología suplanta hoy por hoy las clases presenciales, para así poder continuar con el ciclo lectivo 2020, uno de los desafíos más grandes que tiene el Gobierno Nacional.

Para entrar más profundamente en el tema, Pablo Bongiovanni en una entrevista con Mirador Entre Ríos compartió sus conocimientos como doctor en Educación, Profesor de Ciencias de la Educación, y su Especialización en Tecnologías de la Información y la Comunicación.

-¿Este tiempo es una oportunidad para aprender a usar mejor las herramientas tecnológicas?

-Indudablemente es una oportunidad. Tal vez el mayor desafío es aprender a usarlas sobre la marcha y con la urgencia del caso, para quienes no eran habitué. En particular, el tema de las redes es un poco más cercano a la sociedad, pero hay otras herramientas tecnológicas que si bien existían, no eran del uso tan común, como las videoconferencias o videollamadas.

En términos de educación y enseñanza pasa prácticamente lo mismo, muchas herramientas que eran una alternativa y se utilizaban en procesos de innovación, ahora se transformaron en muy poco tiempo en la única manera de contactar. Fruto del aislamiento que va de lleno contra uno de los principios del sistema educativo mundial, pero en particular el nuestro, que es la presencialidad en la educación obligatoria, especialmente en los niveles más bajos. La presencialidad es una piedra fundamental en todos los sistemas educativos formales obligatorios, y en todo lo que es educación a distancia se tomaba como una alternativa.

Situaciones para superar y adaptar

Como existen muchas cosas positivas de tener la tecnología al alcance de nuestras manos, también hay un sinfín de cuestiones negativas como por ejemplo las noticias falsas, que en el confinamiento resaltan aún más por ser compartidas por cadenas de WhatsApp o las diferentes redes sociales. Sobre esto, Bongiovanni opinó: “Si bien no soy un especialista en el tema y no me dedico a investigar ni a estudiar estas cuestiones, sí trabajo mucho con los ejemplos desde la práctica sobre el análisis y el uso crítico de la información. Sobre todo en el nivel superior trabajamos en cómo poder seleccionar buena fuente de información, y las ‘fake news’ no se reducen exclusivamente a la facilidad de los usuarios para viralizar algún tipo de información, sino que muchas veces esa falsa noticia es construida. Entonces parte del proceso de aprender a manejar o aprender a bucear en un universo donde abundan informaciones falsas o erróneas, es saber que esa falsedad o error que trae la información puede estar diseñada”.

-¿Hay un crecimiento del uso de las redes o apps por parte de instituciones educativas?

-Creo que en este tiempo se está transformando aparentemente en un período donde se va a empezar a mirar más seriamente a las redes como una forma de comunicación con el exterior. La comunicación institucional educativa a través de redes sociales era una alternativa válida pero que no todos la veían necesaria tal vez, y ahora pasó a ser en muchos casos la única posibilidad de llegar a la comunidad. Los receptores hoy esperan que una institución tenga alguna voz y si la tiene, que sea con un mensaje bien construido, correcto y que pueda ser interpretado por ellos. Además que sea un canal oficial, entonces creo que hay y habrá un movimiento que impactará posterior a la pandemia en el uso de las redes por parte de entes educativos, principalmente pensando en transformarse en un canal de comunicación oficial hacia el exterior.

-¿Cómo considera que reaccionarán las personas después de la pandemia con todo lo que se descubrió que se puede hacer con herramientas tecnológicas?

-La mirada más esperanzadora daría lugar a decir que vamos a salir fortalecidos en las cosas que podemos hacer con tecnología, fortalecidos en el uso, en la apropiación y principalmente desde lo significativo de esos usos. Más allá del valor de las redes y el uso que hacíamos previo a la pandemia, desde mi punto de vista todo se resignifica. También diría que estamos descubriendo con más fuerza el valor de lo que hacíamos por fuera de las redes, porque muchas veces en nuestras redes reflejamos lo que pasaba en la realidad o en el encuentro; y ahora ese encuentro no existe. Entonces al menos por un tiempo vamos a darle mucha más importancia a cosas como el encuentro presencial.

Trascendencia a las generaciones

Día a día vemos cómo se adaptan padres o abuelos a hablar por videollamada sea por la aplicación que sea, algo quizás impensado antes del coronavirus para generaciones específicas. En relación a esto, el especialista dijo: “Pienso que esas herramientas aparecieron para quedarse. Pero sin perder de vista que todo lo que podamos volver a hacer sin tecnología, lo haremos sin tecnología. Tal vez lo que verdaderamente llegó para quedarse es la conciencia de la que hablaba anteriormente, sobre todo lo que se puede hacer y no explotábamos tanto. Sería muy valioso también que quede esa predisposición a aprender sobre herramientas tecnológicas que nos permitan acercarnos más”.

-¿Se crearon aplicaciones para generar contenido educativo a partir de la pandemia?

-Desde mi perspectiva, el universo de aplicaciones educativas era gigante previo a la pandemia. Lo único que hizo el aislamiento fue masificar el uso, que estaba recortado a un pequeño grupo de instituciones o personas innovadoras que se proveían de esas herramientas, las buscaban, las investigaban y las aplicaban. Hay una ola bastante grande de creación de contenido, pero no tiene comparación con el descubrimiento de todo lo que ya existía en educación, eso es muy importante rescatarlo.

-¿Se podría haber reaccionado mejor en educación con preparación previa y programas estatales?

-Sí, rotundamente. Todo hubiese sido distinto si estábamos preparados, pero no exclusivamente en lo que es educación, porque pasó en todos los ámbitos. Especialmente en el ámbito educativo, el movimiento de formación docente, de capacitación y de uso de la tecnología, tiene muchos años pero no tenía masividad. Quizás criticaría a la poca capacidad de previsión que tuvimos para estas posibilidades. Nadie sugirió a los sistemas educativos, a los políticos de turno, a los gobiernos o a las organizaciones no gubernamentales, planes de contingencias o de procedimiento en caso de que hubiera una pandemia o que necesitemos estar en cuarentena. Es una crítica que no deja a nadie afuera, nadie se puede arrogar hoy el hecho de admitir que dijo o hizo algo para que esto no ocurriera. Lo que sí hay en la realidad, que buscando un poco se pueden encontrar, son iniciativas particulares y pequeñas de algún grupo de docentes de escuelas innovadoras, que estuvo más preparado y que afrontó con muchísimo menos estrés y menos sobrecarga el hecho de volver digital su trabajo. Sin embargo, hasta los más expertos en educación a distancia nunca previeron una situación tal, incluso los pequeños intersticios del sistema que estaban en teoría preparados, también se vieron afectados, en menor medida pero se vieron afectados.

Pienso también que no es momento de echarle culpas a nadie. No es momento de salir a atacar al sistema, ni a instituciones, ni a políticos, ni a docentes, ni a las familias. No es hora de reprochar lo que no se hizo porque lo que no se hizo quedó a todas luces puesto sobre la mesa, para que todo el mundo lo vea y para los que trabajamos en educación nos demos cuenta de que no estábamos preparados y que sí lo podríamos haber hecho. Entonces creo que no es hora de que nadie alce la voz, solo debemos trabajar y darle para adelante, para pasar este tiempo de la manera más digna posible. Y especialmente en el ámbito educativo, no tenemos que abandonar jamás la preparación y el uso de la tecnología.

“Hay y habrá un movimiento que impactará posterior a la pandemia en el uso de las redes por parte de entes educativos”. Pablo Bongiovanni. Doctor en Educación.

Ventajas y desventajas

El doctor en Educación reflexionó sobre las ventajas y desventajas más notables que aparecieron en estas semanas de encierro con respecto a las herramientas tecnológicas.

“Las contras más importantes en cuanto al uso de la tecnología en estos tiempos de cuarentena, es justamente la sobreexposición a las pantallas y el excesivo tiempo, que al principio fue un fenómeno general, que les dedicábamos a los dispositivos tecnológicos. Y las ventajas que más resaltan ahora, es que estamos en otro período y no en la vorágine de las semanas iniciales. En este período nos empezamos a organizar, principalmente en lo laboral. Particularmente en el ámbito educativo ya los docentes y los equipos de trabajo de todas las instituciones fueron encontrando formas, algunos con mayor pericia y herramientas que otros, para estar en la actualidad en un momento en el que empezamos a funcionar de verdad lo laboral a distancia. Entonces ahora tenemos que buscar las maneras de perfeccionar y pulir los detalles sobre la marcha para encontrar una solución en cuanto a encarar este tiempo que viene, que aparentemente se va a extender un poco más. Una vez organizados, ahora nos toca hallar el ritmo de trabajo con el uso de la tecnología; un uso crítico, más medido, que viene de la mano con la organización justamente de los tiempos y espacios. Eso no es fácil, requiere mucho diálogo y muchos acuerdos, principalmente de aspectos fundamentales de la convivencia, sobre todo a nivel familiar”, analizó Bongiovanni.

Nicolás Piray
redaccion-er@miradorprovincial.com

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