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Un libro que interpela a la Justicia por falta de perspectiva de género

La periodista Sandra Miguez analiza el primer jury a un magistrado con la incorporación de la perspectiva de género y la presencia de dos testigos de contexto. La obra recorre el contexto del feminicidio de Micaela García hasta la absolución al juez Carlos Rossi de culpa y cargo tras haber sido acusado por mal desempeño al liberar a Sebastián Wagner, asesino de la joven.

“Crímenes menores”, primer libro de la periodista Sandra Miguez, días atrás lanzó su segunda edición tras el muy buen resultado en ventas que tuvo el primer lanzamiento que había sido publicado a mediados de este 2019. “Las ventas se hicieron casi todas personalmente en cada una de las presentaciones”, reconoció Miguez en una entrevista con MIRADOR ENTRE RÍOS, e informó que los ejemplares de la segunda edición se pueden conseguir en diferentes librerías de Paraná.

La obra expresa en detalle las vicisitudes del feminicidio de Micaela García, a manos de Sebastián Wagner, el 1 de abril de 2017 en Gualeguay, y los actos sucesivos que contemplaron un hecho histórico para la Justicia entrerriana, ya que por primera vez se realizó un jury a un magistrado con la incorporación de la perspectiva de género y la presencia de dos testigos de contexto. En este caso, el jury fue a Carlos Rossi, juez de Ejecución de Penas de Gualeguaychú, quien fue absuelto de culpa y cargo tras haber sido acusado por mal desempeño al liberar a quien luego asesinó a Micaela.

“Cuento el caso, la historia y cómo movilizó a toda la comunidad. Después cómo empieza a sustanciarse el tema del juicio, los pedidos y las características que presentaron las abogadas de la Asamblea”, detalló la periodista. Además, en su obra explica el aporte de los testigos de contexto y en qué otros casos se han utilizado.

En otros segmentos, “Crímenes menores” relata el jury en concreto, cómo se expresó cada una de las partes, la absolución, el alegato final y la repercusión que hubo tras el fallo. “En la conclusión escribo que, a mi criterio, en este caso hay una falta de perspectiva de género, y esa es la tensión entre el Poder Judicial, que se resiste a incorporar esta perspectiva”.

La autora buscó desgranar cada uno de los discursos que se emitieron durante el jury para construir su crítica a la absolución final. “Intenté analizar el manejo discursivo, con el que no solamente lograron la absolución del juez Carlos Rossi, sino que también hay toda una connotación que tiene que ver con los procesos de subjetivación, que dejan ver qué lugar tenemos las mujeres en esos discursos y representaciones”, resaltó.

Wagner fue condenado en octubre del 2018 a prisión perpetua por “abuso sexual con acceso carnal y homicidio agravado por ser con alevosía, criminis causae y violencia de género”. La contracara, es que la muerte Micaela García inspiró la ley 27499, sancionada durante este año, que obliga a las personas que se desempeñen en la función pública a capacitarse en género y violencia.

En perspectiva

—¿Qué te motivó a escribir sobre el caso de Micaela?

—Tengo participación en la Asamblea de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans, acompañamos las acciones primero en la búsqueda y con movilizaciones en Paraná. Cuando se conoce que habían encontrado el cuerpo de Micaela y que había sido un feminicidio, participamos en el reclamo de justicia. Desde la Asamblea decidimos pedir el enjuiciamiento al magistrado que le había otorgado la libertad condicional a Sebastián Wagner, quien venía de dos causas de violación. Entendimos que el juez le había dado igual la libertad condicional sin considerar todos los informes técnicos que decían que no debían otorgarle ese beneficio. La Justicia no tiene en cuenta la problemática y perspectiva de género y la violencia hacia las mujeres.

—¿Para el enjuiciamiento al juez Rossi se pidió algo en particular?

—Sí, pedimos que se incorporara a dos especialistas en calidad de testigos de contexto, que fueron Rita Segato y Enrique Stola. Eso significó que la primera vez en el país se lleve adelante el jury al juez de Ejecución de Penas Carlos Rossi, con la incorporación de la perspectiva de género.
Tuve la oportunidad de presenciar todas las instancias y de estar en el jury. A Rossi lo absolvieron y lo reintegraron en su cargo, y a todas las personas que estábamos ahí nos quedó una sensación de impacto.

—Y ahí te dieron ganas de plasmar todo lo acontecido en el libro…

—Dije “a esto tengo que escribirlo para que quede como documento”. Pensé en un formato de libro porque la cantidad de información que tenía era mucha y no era para un informe periodístico.

—¿Qué repercusiones tuviste?

—Fueron muy positivas respecto al trabajo, por la forma en la que se contó y cómo se explica cada uno de las categorías que son utilizadas. Me tomé el trabajo de explicitar, por ejemplo, porqué decimos “feminicidio” y no “femicidio”, y también explico algunos términos jurídicos.
Algunas compañeras de la Asamblea que no pudieron estar dentro del recinto, donde se llevó adelante el jury, me dijeron, luego de la lectura: “Nunca me imaginé que había pasado todo eso”.

—Una vez publicado el libro y al recibir las primeras críticas. ¿A qué conclusiones llegaste?

—El hecho de poder documentar este caso y haber escrito este libro, también colegas que escribieron notas al respecto, pone en evidencia esta falla en términos de resistencia del Poder Judicial, que a pesar de que dice en muchas oportunidades estar preocupado por la temática de género, cuando le toca fallar (en términos jurídicos) lo hace sin considerar la perspectiva de género.
Tenemos un corpus jurídico con una gran cantidad de normas, leyes, resoluciones y demás, incluso tratados internacionales, tenemos un marco muy interesante y vanguardista con respecto a las temáticas de género. El tema es cómo se aplica y se baja a la realidad. Si seguimos teniendo jueces que no consideran las nuevas teorías y corrientes dogmáticas, y se siguen apegando a las viejas tradiciones, la vieja tradición del Poder Judicial en su conjunto, es patriarcal, misógena y machista.

—Es todo un proceso cambiar y tener en consideración estas nuevas corrientes…

—Sí, el tema es quién empieza a animarse a adoptar la perspectiva de género. Creo que en ese proceso estamos y me parece que no es lo mismo que no se escriba nada a que se haga y quede documentado. Es una demanda social que hace que se consideren leyes de protección integral.

Tomás Rico | redaccion-er@miradorprovincial.com

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