Especialistas en clima espacial de la Nasa y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), informaron que entre este jueves y viernes, una tormenta solar podría afectar a la Tierra y afectaría principalmente a las comunicaciones por satélite y las señales de radio, también a los sistemas de generación y red eléctrica.
Por definición, una tormenta geomagnética o solar es “una perturbación temporal de la magnetósfera terrestre que puede ser causada por una onda de choque de viento solar y/o una eyección de masa coronal”.
Más allá de lo dantesco del anuncio, el organismo señala en el comunicado que el rango de la tormenta solar es de G1, el más bajo de la clasificación.
En rigor, la Tierra tiene una suerte de escudo contra este tipo de fenómenos llamado campo magnético que desvía las partículas dañinas y cargadas del viento solar.
Un ejemplo de su eficacia se explica en las auroras boreales: ese vistoso espectáculo en realidad es nuestro campo magnético desviando las partículas altamente cargadas que provienen del Sol, impidiendo que lleguen a la superficie terrestre y tengan consecuencias para la vida en el planeta.
Sin embargo, una tormenta solar puede afectar ese escudo. El fenómeno más potente registrado a la fecha se conoce como el evento Carrington, descubierto por Richard Carrington en 1859.
El campo magnético terrestre se deformó por completo, permitiendo la entrada de una llamarada solar que provocó inmensas auroras boreales y cortes en la incipiente red de telégrafo transoceánica, detalla el portal ABC.