Comenzó a trabajar en el ámbito municipal hace ya trece años, durante la gestión del Doctor Sergio Schmunck.
Desde entonces, han pasado gestiones de distinto signo en el Municipio de Viale. Ha tenido jefes y jefas en las distintas áreas donde se ha desempeñado, y con todos se ha dado una cuestión en común: Jamás hubo una queja o reclamo sobre su desempeño laboral.
Hugo Juan Ramón Gauto ingresó en el Municipio, luego que la comuna firmara un convenio con la Escuela Integral Nº 16. Fue en el marco de la ley N° 26.378, que establece los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Dicha normativa tiene varios aspectos. Pero, sin duda, uno de los más importantes es su primer punto, pues enfoca a la discapacidad como una cuestión de Derechos Humanos y busca eliminar las barreras que obstaculizan a las personas con discapacidad el disfrute de los derechos en igualdad de condiciones que los demás.
Para subrayar: Esta ley plantea que las personas con discapacidad puedan estar en igualdad de condiciones con todos los demás.
Desde su primer día de trabajo, Huguito ha realizado numerosas y variadas tareas, entre las que se encuentran: trámites dentro y fuera del Municipio, IOSPER, ATER, servicio de fotocopiado, envío de notas a entidades educativas, Mesa de Entradas, entre otras actividades.
“Hugo es un joven que siempre está predispuesto y atento a todo. Llega al trabajo de manera puntual y jamás hubo una queja sobre su desempeño”. Quien lo cuenta es María Esther Gambelín, actual Secretaria de Promoción Social.
“Sólo falta cuando hay una fuerte tormenta. De lo contrario, jamás deja de cumplir sus obligaciones”, explica la funcionaria.
Hugo no se queda quieto. Le encanta estudiar, conocer, aprender, hacer música. Veamos: Desde hace ya tres años, estudia Italiano. Es un idioma que le apasiona. “Voy con la Profe Margarita Lovera y me gusta mucho aprender a hablarlo”, cuenta el protagonista de esta nota.
No sólo eso. También forma parte de la Banda de Música Municipal, que dirige Darío Siebenlist. “Toco el clarinete y me gusta cuando hacemos viajes para presentarnos con la Banda en distintas ciudades”, explica Hugo. Jamás falta a los ensayos.
Ahora está incursionando en el tema gastronómico. Hace unos días, invitó a sus compañeros de trabajo a un asado en su casa. Preparó la mesa, la comida y se encargó de todo. “No le faltó ningún detalle”, explica Mirta, su mamá.
Hugo no se siente más ni menos que nadie. Cumple horarios, realiza tareas, marca su tarjeta en el reloj y tiene obligaciones como cualquier otro.
Y eso, sin dudas, se llama dignidad.
(Fabricio Bovier)
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