La pandemia COVID-19 ha puesto al descubierto y agravado las flagrantes desigualdades en todo el mundo, especialmente en la distribución de los ingresos y la riqueza, el acceso a la atención sanitaria, la protección ante la ley y la inclusión política. Las personas con autismo se han enfrentado durante mucho tiempo a muchas de estas desigualdades, y la pandemia no ha hecho más que agudizarlas. El problema viene dado por las ya conocidas prácticas de contratación discriminatorias y entornos laborales que suponen grandes obstáculos para las personas con autismo. Todo ello ha contribuído al desempleo o a una grave situación de subempleo de una gran mayoría de adultos con trastornos del espectro autista.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible proporcionan un plan para abordar los principales desafíos a los que se enfrenta el mundo, entre ellos, las estrategias para reducir las desigualdades que frenan la prosperidad de las personas y del planeta. El Objetivo 8, Trabajo Decente y Crecimiento Económico, es promover el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, y esto incluye a las personas con discapacidad. Asimismo, el artículo 27 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad así lo reconoce: “el derecho de las personas con discapacidad a trabajar, en igualdad de condiciones con las demás.”, y a trabajar en “entornos laborales que sean abiertos, inclusivos y accesibles a las personas con discapacidad.”
Algunos empleadores han puesto en marcha recientemente programas de empleo inclusivo, que dan cabida a las personas con diagnóstico de autismo y afecciones conexas, como el trastorno de déficit de atención o el trastorno obsesivo-compulsivo; a menudo denominadas personas neurodivergentes. Gracias a la experiencia adquirida en esos programas, y motivados por el deseo de ser socialmente responsables y aprovechar las aptitudes y la capacidad de un grupo de talentos más diverso, un número cada vez mayor de empleadores está creando modelos para hacer que las prácticas laborales y de contratación sean más inclusivas en general.
La pandemia ha tenido un impacto evidentemente en los esfuerzos de las empresas por implementar estos nuevos modelos. La economía internacional atraviesa la peor recesión económica desde la gran depresión, con la pérdida de cientos de millones de empleos. Al mismo tiempo, las nuevas formas de trabajo, incluido el teletrabajo y el uso de nuevas tecnologías, han generado oportunidades para los empleados con trastornos del espectro del autismo que antes tenían dificultades para prosperar en entornos laborales más tradicionales.
La celebración del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo de este 2021 abordará estos temas en un evento virtual con mesas redondas moderadas con personas del espectro autista que se han encontrado con estos desafíos y han sabido ver estas nuevas oportunidades en el mercado laboral.
El evento está organizado por el Departamento de Comunicación Global (DGC) y el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DESA) de las Naciones Unidas, en colaboración con la Fundación Specialisterne. La misión de la Fundación es aprovechar la experiencia del empleo de personas autistas para promover la creación de empleo enriquecedor y satisfactorio para un millón de personas, en un mundo donde haya igualdad de oportunidades para todos en el mercado laboral.