La estimación se basa en volver a los niveles de 2017, en un número menor al 25%. Los expertos consideran que se deberá apelar a refuerzos en las ayudas sociales y a medidas para frenar las subas en alimentos y servicios públicos.
La pobreza creció según los últimos informes del INDEC y especialistas indicna que el próximo Gobierno debería pasar al menos dos años para volver a niveles inferiores al 25%, número que se daban en el 2017.
Según el econometrista Martín González Rozada, que lleva adelante el Nowcast de Pobreza, este primer semestre de 2019 puede marcar el 35%. Para Isaac Rudnik, de Isepci, el número podría rondar el 36%.
Con el salto de la inflación en el segundo semestre –después de las PASO–, se estima que el año podría rondar entre el 37% y el 39%. Así, el dato de 2019 volverá a poner la pobreza en los niveles de 2008, un retroceso de diez años.
“La última proyección puntual para el semestre marzo 19-agosto 19 es del 34,2%, sugiriendo que la incidencia de la pobreza en la población se mantiene estable con respecto al 1er semestre calendario de 2019”, señaló Rozada en Twitter.
“Con la aceleración de la inflación de agosto, la suba de la canasta fue del 10%, explica Rudnik sobre las mediciones que hace Isepci con Barrios de Pie. “En los barrios tiene un rebote más rápido porque se corresponde con el aumento de los precios mayoristas. Los almaceneros se abastecen allí”, explica. Así llega a la estimación de un 36% para el semestre y un número mayor de pobreza para fin de año. “Las compensaciones que vino dando el Gobierno no compensan la pérdida de poder adquisitivo”.
Para Rudnik, le llevará “al menos dos años” a un nuevo gobierno revertir la suba del último año. Y eso si se cumplen las promesas de campaña de Alberto Fernández de recomponer ingresos entre los sectores más vulnerables.
Los datos de Unicef dieron cuenta de que casi la mitad de los chicos y chicas de la Argentina son pobres. Para Ianina Tuñón, especialista en Infancia de la UCA, es un 50% que es heterogénero. No tienen acceso a la canasta básica pero una parte tampoco tiene acceso a saneamiento, a los servicios básicos.
Un reciente informe de Cippec y Cedlas sostiene que en el núcleo duro de vulnerabilidad, la población con “pobreza crónica”, el 70% no tiene acceso a cloacas o agua de red. Allí, los especialistas recomendaron reforzar las transferencias como la Asignación Universal por Hijo. El 7% de niños que no tienen seguridad alimentaria no recibe ayuda. Están en sectores de mucha marginalidad, que no cubre a los chicos entre cero y cinco años.
“Incluso en los casos en que los chicos reciben transferencias –como la AUH–, no están haciendo todas las comidas del día. Hay niños que no están haciendo la cena”, asegura Tuñón. El informe de indicadores de la pobreza infantil de la UCA muestra que el déficit de saneamiento mejoró en cuatro puntos entre 2016 y la actualidad. Sin embargo, la preocupación reside en la crisis de alimentación.