Una dolorosa e inesperada derrota sufrió Argentina en su debut mundialista frente a Arabia Saudita, por 2 a 1 en el estadio Lusail.
Diez minutos de desconcentración, al comienzo del segundo tiempo, le valieron a Argentina dos goles en contra y una derrota que dejó muy comprometido al equipo de Lionel Scaloni, al que ahora no le queda otra opción que ganar el sábado frente a México.
La división en dos actos quedó muy marcada en el trámite. Argentina fue muy superior en el primer tiempo y, pese a que el gol de Messi llegó gracias a un penal demasiado estricto, quedó la impresión de que si la albiceleste aceleraba, podía cerrar una goleada. Sobre todo porque el rival presionaba arriba y adelantaba líneas de forma muy arriesgada. Por eso, en este lapso, Argentina marcó tres goles- otro de Messi y dos de Lautaro- que fueron anulados por offside.
El complemento, sin embargo, reinventó la historia. Apenas a los 3 minutos de reiniciarse, con un zurdazo cruzado de Saleh Al-Shehri, que aprovechó una pérdida de Messi en el mediocampo, primero, y una lenta reacción del “Cuti” Romero, que minutos después fue reemplazado.
Argentina no alcanzó a procesar la sorpresa, cuando llegó el segundo. Salem Al-Dawsari aprovechó un rebote en el borde del área, para girar, armarse un espacio- entre tres jugadores argentinos- y sacar un derechazo al ángulo que el “Dibu” Martínez no pudo sacar. Pánico total en Lusail.
De ahí en más, Argentina quiso reaccionar y Scaloni mandó al campo de juego a Lisandro Martínez, Enzo Fernández, Julián Álvarez y Marcos Acuña, pero no logró una reacción futbolística. El equipo no encontró los circuitos a los que nos tiene acostumbrados y terminó abusando de los centros de Di María, que pese a todo, fue el más revulsivo.
“Perdimos el partido por errores nuestros, más que nada en el segundo tiempo”, dijo Lautaro Martínez sobre el final, “hay detalles que marcan la diferencia y debemos corregir errores. En el primer tiempo debimos marcar más de un gol, pero esto es un Mundial y ahora nos quedan dos finales”.