Los funcionarios de la Cancillería de Argentina consiguieron este martes que Brasil liberara 350 metros cúbicos por segundo (m3/s) de agua en la represa hidroeléctrica Baixo Iguaçu hacia el Río Iguazú, que confluye con el Paraná en la Triple Frontera.
Además, el viernes pedirán mediante videoconferencia que Brasil y Paraguay abran las compuertas de Itaipú(la represa hidroeléctrica más grande del mundo) para dejar pasar otros 1500 m3/s en el Río Paraná.
Como contó El Cronista, la situación hídrica en el Noreste Argentino (NEA, Litoral o Mesopotamia) es crítica y los ríos Iguazú, Paraná y Uruguay registran bajantes históricas por una sequía en el sudeste de Brasil.
“El pedido equivale prácticamente al excedente de agua que Brasil retuvo en todas sus represas de la cuenca durante este periodo de sequía. Ellos la guardan para energía y nosotros la necesitamos para consumo”, detallaron fuentes de la Cancillería de Argentina a este diario.
La gestión virtual -en tiempos de distanciamiento social- fue encabezada por el subsecretario de Asuntos de América Latina de la Cancillería argentina, Juan Carlos Valle Raleigh, quien estuvo acompañado por director de Coordinación de las Comisiones Binacionales Vinculadas a la Cuenca del Plata, Mariano Vergara, y por el subsecretario de Obras Hidráulicas, Gustavo Villa Uría.
Las dos represas más grandes del país, sin agua
Argentina logró que Brasil libere agua de sus represas en el Río Iguazú y atenúa la bajante histórica en el Paraná.
Entre las distintas complicaciones que sobrevinieron al déficit hídrico, una de ellas fue que las dos represas hidroeléctricas más grandes de la Argentina, Yacyretá (compartida con Paraguay en el Río Paraná, frente a Corrientes) y Salto Grande (con Uruguay en el río homónimo, frente a Entre Ríos) se quedaron sin recurso -agua- para generar energía.
La situación había sido advertida a mediados de marzo por un informe de la consultora G&G Energy Consultants, que dirige Daniel Gerold.
De las 20 turbinas de 155 MW cada una (con una potencia instalada total de 3100 MW), Yacyretá tiene 17 máquinas disponibles (2635 MW). Este martes, esta represa solamente pudo entregar potencia por 1154 MW, de los cuales 995 MW fueron para Argentina y lo restante, para Paraguay.
“Aproximadamente, la mitad de las máquinas disponibles no habrían sido despachadas por falta de agua”, observaron en la Entidad Binacional Yacyretá (EBY).
Durante esta semana se estima que el nivel se mantenga acotado en el rango extraordinario de 0,10 a 0,20 metros (m) de profundidad en el Paraná, frente a la localidad de Ituzaingó, Corrientes, en donde se ubica Yacyretá. Este nivel está “bien por debajo de los 3,50 (m), correspondiente al nivel de alerta para dicho hidrómetro”.
Esto es porque los principales reservorios emplazados en la cuenca del río Paraná, situados en territorio brasilero, se encuentran con un almacenamiento ponderado del 59%.
Salto Grande, en tanto, posee 14 máquinas de 135 MW cada una (1890 MW) y tiene 12 disponibles. El lunes apenas se despacharon 146 MW, en partes iguales (73 MW para Argentina y el resto para Uruguay), mientras que el martes se elevó a 353 MW para Argentina, según figura en la web de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa).
La represa de Salto Grande, según el Boletín Semanal de Cammesa, “se encuentra en modo de Operación en Estiaje Severo con un erogado mínimo de 600 m3/s”. El estiaje es el nivel de caudal mínimo que alcanza un río o laguna en algunas épocas del año, debido principalmente a la sequía.
La operación de los ríos en Brasil
“La cuenca del Río Paraná viene con los embalses en general bajos, agravado por una sucesión de años de sequías. Dada la baja demanda eléctrica, los caudales turbinados son bajos y están aprovechando para llevar a cota normal el Embalse de Itaipú. Ello ocurrirá en un par de días, y a partir de alli se incrementarán los caudales salientes a Argentina, tendiendo a normalizarse el curso fluvial en nuestro país”, informó un conocedor del mercado eléctrico, que pidió reserva de nombre.
Para esta fuente, “Brasil debería erogar mas generación hidroeléctrica y no sé si la necesita”. “No van a verter agua sin turbinar”, estimó, y agregó que el país vecino está en su derecho a disponer de ese recurso, hoy escaso.
El consultor brasileño Gabriel Dufflis Fernandes, analista de Investigación en Energía Eléctrica de Wood
Mackenzie para América Latina, contestó algunas preguntas de El Cronista sobre el tema. Antes, aclaró:
Hubo dos factores para que haya un menor flujo de agua desde Brasil
La sequía en la región Sur, que afectó más al Río Uruguay que al Río Paraná. Esta región enfrentó la peor sequía de los últimos 90 años.
La menor demanda de energía y, por consecuencia, la menor necesidad de despacho de las centrales hidroeléctricas. El Covid-19 y las distintas medidas locales de distanciamiento social en Brasil hizo que el despacho fuera más bajo, aunque planteó que “cerrar las compuertas” no es posible.
– ¿Cuál es el costo medio del sistema eléctrico brasileño?
– Como referencia, el costo medio en 2019 fue de R$ 183 por megavatio-hora (MWh) (al tipo de cambio de hoy, cerca de US$ 36,50 /MWh) – contestó Dufflis Fernandes, de Wood Mackenzie
– ¿Cuánto es el costo medio de la energía hidroeléctrica en Brasil?
– En términos de despacho, no hay costo para la hidroelectricidad en Brasil (costo cero). La contribución del despacho hidroeléctrico en la formación de precio es aumentar o disminuir la necesidad de despacho de las centrales térmicas (como las otras renovables). Ahora mismo estamos en Brasil con costo cero en todas las regiones, porque con la demanda baja, no hay necesidad de despacho térmico y tampoco de pleno despacho hidráulico.
El especialista en energía eléctrica, además, sostuvo que “la decisión de despachar/embalsar es una señal del modelo matemático; no hay acciones deliberadas en el sentido de embalsar agua”, en línea con lo que respondieron a El Cronista fuentes de la embajada de Brasil en Argentina.