El diputado nacional Atilio Benedetti (UCR) cuestionó la posible designación del diputado nacional peronista Diego Lara como titular del Tribunal de Cuentas. “No hay posibilidad alguna de que actúe con ecuanimidad y ejerza el control correspondiente sobre quienes lo van a depositar en ese espacio de poder”.
“El Tribunal de Cuentas de Entre Ríos es un órgano de control externo con autonomía funcional que ejerce control sobre la administración de los fondos públicos, previniendo irregularidades, aprobando o desaprobando las cuentas y determinando responsabilidades, en beneficio de la sociedad en su conjunto y sus intereses”.
“Esa es la loable e importante función que tiene el organismo. Organismo que debería ser uno de los pilares para garantizar la transparencia de los actos de gobierno y el ojo imparcial que deposita su mirada sobre cada paso que dan los funcionarios en relación a la administración de los recursos económicos”, sostuvo Benedetti.
La pregunta es de sentido común: ¿Qué tan independiente y objetiva puede ser una persona que desde el 2011 es diputado provincial por el peronismo y que desde su banca ha sido un hábil estratega para evitar el desafuero de dos pesos pesados del PJ, como Sergio Urribarri y José Allende, investigados por hechos de corrupción?”.
“La respuesta es que no hay posibilidad alguna de que Diego Lara actúe con ecuanimidad y ejerza el control correspondiente sobre quienes lo van a depositar en ese espacio de poder”, aseveró.
“Lamentamos que Lara sea el número puesto para presidir este órgano supuestamente imparcial, lamentamos que Bordet avale su designación y que termine haciendo lo mismo que su antecesor, Sergio Urribarri, que puso a su amigo Guillermo Smaldone para garantizar impunidad”, afirmó Benedetti.
“Es inadmisible que un viejo militante del PJ -que fue dos veces intendente y en tres períodos diputado provincial- sea designado para presidir un Tribunal cuyo principal objetivo es controlar los actos de gobierno y desenmascarar eventuales desmanejos del gobierno”, consideró el legislador.
Y fue más allá al expresar que “la intención de querer designar a un aliado en semejante órgano de contralor da la pauta de que tal vez haya interés de ocultar ciertas acciones de gobierno poco claras”.
“Si todo fuera claro y transparente el Tribunal de Cuentas debería estar conducido por una persona independiente, objetiva y preparada para indagar sobre cada posible paso en falso que se dé en la administración provincial”,