Los nervios, la adrenalina y la ansiedad estuvieron en todo momento, pero la alegría y la emoción de participar de semejante evento era mayor. No era poca cosa. Era la primera vez que la Federación Entrerriana de Asociaciones de Bomberos Voluntarios (FEABV) participaba del Desafío Nacional de Habilidades Bomberiles, que este año celebró su octava edición en Rosario.
El acontecimiento, que se extendió del 11 al 13 de octubre, estuvo organizado por el Consejo Nacional, Fundación Bomberos de Argentina y la Academia Nacional de Bomberos, en el marco del programa Bombero Sano. La cita tuvo lugar en el Parque de la Bandera de Rosario, donde se congregaron más de 300 agentes, quienes pusieron a prueba la fortaleza, la destreza física, la velocidad pero sobre todo el trabajo en equipo, con la mente puesta en la promoción del entrenamiento y la vida sana. Más allá de los resultados, las jornadas sirvieron para generar un espacio de encuentro, intercambio e integración entre todos los competidores, quienes llegaron desde todos los rincones del país.
Preparados para salir
A la ciudad Cuna de la Bandera arribaron 17 delegaciones para participar del Desafío de Habilidades Bomberiles, entre ellas se destacaron las Federaciones 2 de Junio, 3 de Junio, Bonaerense, Catamarca, Chaco, Chubut, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, Neuquén, Provincia de Buenos Aires, Santa Fe, y Santiago del Estero. También lo hicieron las delegaciones invitadas de otros sistemas nacionales de bomberos: Bomberos de ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil), Bomberos de Policía de la provincia de Buenos Aires, Dirección de Bomberos Provincia Santa Fe y Bomberos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aries.
El staff entrerriano estuvo integrado por 14 bomberos, provenientes de diversas localidades de la provincia: Luis Flores (Gualeguaychú), Nazareno Aguiat y Magalí Canteros (Ubajay), Juan Schonfel, Martín Mikuc, Laura Peñaloza y Luciano Berloni (Concordia), Matías Maschio (San José), Joaquín Tripodi y Matías Carmona (Ibicuy), Rodrigo Chaparro, Simón Spengler, Gastón Schneider y Matías Albornoz (General Ramírez). También estuvo presentes, acompañando a la delegación, el presidente de la FEABV, Pedro Bisogni; el secretario Federativo, Sergio Landra; el jefe de Operaciones, Subcomandante Aarón Mendoza; y el sargento Juan Carlos Monzón, en representación del cuartel de Ramírez.
En el transcurso de la jornada, los seleccionados demostraron sus capacidades en las siguientes categorías: individual masculino, femenino e individual masculino senior (mayores de 40 años); grupal masculino, grupal femenino, grupal mixto y grupal masculino senior (mayores de 40 años). En cada estación, los participantes tuvieron que sortear duras pruebas en el menor tiempo posible y sin cometer errores que le resten segundos.
El público presente en el predio alentó en todo momento a sus representantes, quienes dejaron todo en la pista. Las altas temperaturas no fueron un impedimento para que los bomberos lleven adelante su labor. El espacio de Fundación Bomberos de Argentina recibió cientos de visitas a lo largo del día para llevarse un recuerdo de la Tienda Solidaria.
Manos a la obra
“Las pruebas fueron bastantes duras pero siento que estuvimos a la altura de las circunstancias, quedando en la mitad de la tabla”, dejó en claro el subcomandante Simón Spengler en diálogo con Mirador Entre Ríos. Los ejercicios consistían en el ascenso a la torre con carga, recuperación de la manguera en rollo, entrada forzada, avance con línea de ataque cargada y rescate de una víctima.
Después del sonido de la sirena, con la adrenalina a flor de piel, los bomberos comenzaron la acción. En primer término, había que subir cinco pisos una escalera con una manguera de 20 kilos al hombro. Una vez llegados a la baranda, los participantes tenían que levantar una bolsa de 20 kilos mediante una soga. Concluida esta tarea, que requería fuerza y coordinación, había que descender la escalera. Todas las pruebas tenían multas de 10 o 5 segundos con banderilleros en todos los puestos.
En la próxima posta había que golpear un yunque de 71 kilos con un martillo de cuatro kilos. El objetivo era desplazar dicho elemento por un riel de acero inoxidable. Luego se pasaba el relevo al tercer compañero, quien debía correr 25 metros haciendo zigzag por unos conos, agarrar una manguera con agua, correr con la manguera al hombre y atravesar una puerta vaivén, apuntándole a un blanco el cual tenía que caer. En el último tramo, el cuarto bombero tiene que cargar un muñeco de 80 kilos. Lo tiene que tomar debajo de los brazos y llevarlo 25 metros marcha atrás hasta la línea de llegada.
—¿Qué situaciones de la vida real representan estas pruebas?
—(Simón Spengler) La mayoría de las pruebas se aplica a los incendios porque la escalera simula un incendio en un edificio o en altura. El martillo significa la parte forzada para abrir puertas o correr algo. El zigzag simula los obstáculos y hay que correr con la manga para atacar un incendio. el muñeco es, en definitiva, el rescate a la víctima. Se siente mucho la presión en el momento de la largada. Acá no te puede fallar nada porque cualquier cosa en la que te equivocas te meten una multa de cinco segundos y prácticamente perdés la competencia. Por suerte, la pasada grupal masculina de la Federación Entrerriana no tuvo ninguna falta.
—¿Qué balance pueden hacer del desafío?
—(Aarón Mendoza) El balance es positivo, en principio porque es la primera vez que se compite con un equipo provincial. Estamos contentos por el compromiso y la buena actuación de todos los entrerrianos. El cuartel de Bomberos Voluntarios de General Ramírez fue el que más bomberos aportó al selectivo de la Federación Entrerriana. Esto seguramente sea la chispa para que, desde nuestra institución, se siga participando. En este sentido, la Federación Entrerriana tiene pensado hacer la misma competencia pero a nivel provincial para que los que ganen puedan competir a nivel nacional. Asimismo, los ganadores a nivel nacional compiten a nivel OBA (Organización de Bomberos Americanos)
—(Gastón Schneider) Fue algo que no nos imaginábamos. Sabíamos que iba a ser fuerte pero igualmente le pusimos la garra y las fuerzas para llegar, pese a que no tenemos el predio armado como si lo tiene Santa Fe, Buenos Aires o Córdoba. Esto es lindo porque conoces gente de otros lados, haces camaradería, agarras experiencia y conocimiento pero sobre todo haces amistad, eso es lo más lindo. Las otras federaciones como ya tienen experiencia te explican cómo hacer las cosas.
—(Rodrigo Chaparro) Es muy importante el trabajo en equipo, más allá del entrenamiento. Hubo una pequeña diferencia de tiempo con los primeros. Nosotros terminamos décimos en la general. Se puede mejorar, no es nada de otro mundo. Solo hay que entrenar. Los nervios estaban a full y justo nos tocó una tarde bastante sofocante.
—¿Cómo fue el proceso de selección para llegar al Nacional?
—(Rodrigo Chaparro) La primera etapa provincial era de eliminación y participaron unos 40 bomberos de todo Entre Ríos. La misma tuvo lugar en San José. De ahí se armó la selección para competir en Rosario. Sinceramente no esperábamos estar dentro del equipo porque eran muchos los convocados. Con muchos compañeros de la Federación Entrerriana nos conocimos camino al Desafío.
—¿Cómo fue la preparación física de los aspirantes al desafío?
—(Juan Carlos Monzón) Cuando llegó la invitación al cuartel de Ramírez para participar del Desafío, Rodrigo (Chaparro) fue uno de los primeros en aventurarse. Hasta el momento no había nadie que lo entrene para la ocasión, entonces me consultó para hacer el entrenamiento. Además de los cursos y talleres sobre bomberos, tengo conocimientos sobre artes marciales. Tratamos de vincular todo, mirando videos de los desafíos anteriores y con esa base empezamos a trabajar.
—¿Tienen pensado hacer una réplica del circuito para encarar la edición 2020?
—(Simón Spengler) La idea es copiar el circuito lo más parecido posible para poder entrenar y encarar la competencia del año que viene. Tenemos pensado hacer una torre y la entrada forzada con el yunque.
Cruzando la frontera
El jefe del Cuerpo Activo de Bomberos Voluntarios de General Ramírez, subcomandante Aarón Mendoza, estuvo presente en Guayaquil (Ecuador), donde participó de un taller sobre potabilización de agua en emergencia. El ramirense, acompañado por un representante de Buenos Aires y otro de Río Negro, fue el único de la provincia de Entre Ríos.
El Sistema Nacional de Bomberos se divide en capacitación, comisiones directivas y CUO (Coordinación Única de Operaciones). Esta última está conformada por los Jefes de Operaciones de cada una de las Federaciones. En casi todas las provincias hay una federación por provincia, no es el caso de Buenos Aires o Córdoba que tienen más de una federación. En este sentido, el cupo para capacitarse en Ecuador estuvo dirigido al CUO.
Mendoza, en conversación con este medio, agregó que la Fundación MAPFRE tiene una fábrica potabilizadora hecha en España y que es utilizada para siniestros de envergadura donde sea necesario potabilizar agua por un tiempo prolongado. La misma es trasladada a los lugares de siniestro, donde se convoca al personal capacitado más cercano.
—¿Cómo podrías sintetizar estas capacitaciones?
—Más allá de la triste situación que vive Ecuador, la experiencia fue muy grata ya que nunca había tenido la oportunidad de viajar al exterior para capacitarme. Es para destacar las relaciones que se forman fuera de las capacitaciones. Nosotros compartimos la jornada con bomberos de Chile, Colombia, Uruguay y de diversas partes de Ecuador. Con todos se compartió una buena camaradería y se compartieron experiencias, además de conocer cómo trabaja cada uno.
—¿Qué diferencia hay con los otros países?
—Argentina es uno de los pocos países donde los bomberos son voluntarios. Eso me sorprendió. Pero eso no quiere decir que nosotros estemos mal ni económicamente ni en las capacitaciones. Creo que, a partir de que estamos mejor económicamente en comparación con otros países de América, también estamos mejor en infraestructura. A nivel provincial, nosotros seguimos esperando tener la Ley en Entre Ríos, una ley donde podamos estar todos incluidos y que el sistema o el gobierno nos tome con seriedad, más allá de la seriedad que nosotros tenemos para trabajar. A futuro queremos seguir capacitándonos, que es el brazo fuerte del sistema de bomberos.
—¿En qué paso está la Ley de Bomberos?
—Estamos cerca de tener la Ley de Bomberos. El proyecto de ley está presentado y estaba para evaluación, faltaban limar algunos detalles entre ambas partes. Estamos solicitando obra social y reconocimiento de la labor tras 25 años de servicio pero es imposible. Para eso se creó una Mutual, que todavía no salió aunque se hayan presentado todos los papeles pero son trámites muy burocráticos. Pensamos que en tres meses más puede llegar a salir. La gran mayoría de las provincias tiene ley de bomberos pero nosotros tenemos que abocarnos a lo nuestro, seguir peleando para hacer un sistema mejor.