Carlos Aguirre es, sin lugar a dudas uno de los artistas más honestos y profundos del mapa sonoro actual. El entrerriano, hacedor de melodías inolvidables, de alto vuelo armónico y poético, desplegará una de sus propuestas más llamativas este domingo, a las 21, en Buenos Aires.
Se trata de su quinteto de guitarras, conformado por Luis Medina, Mauro Leyes Mauricio Laferrara, Sebastián Narváez y el propio Aguirre. Guitarrones, acordeón, bombo legüero. Diversas texturas se conjugarán en el escenario de Café Vinilo (Gorriti 3780) y conformarán una oportunidad única de cerrar la semana con la hondura y la felicidad que solo la música más exquisita puede brindar.
Antes del encuentro con el público, el “Negro” recibió a FolkloreCLUB y reflexionó sobre un necesario diálogo con diferentes disciplinas artísticas “La música no es lo único que me desvela”, aseguró.
Tu quinteto de guitarras tiene ya un largo trecho recorrido ¿detectás modificaciones sonoras desde sus inicios hasta hoy, cómo describís la dinámica del grupo?
Hace dos años estamos tocando con este proyecto y en los comienzos fuimos tomando prestados canciones de los discos que he grabado con otras formaciones. A la vez, en cuanto a los arreglos, repasando abordajes ya transitados a modo de raconto de diferentes épocas de mi trabajo.
Hace un tiempito venimos transitando una etapa donde nos dimos otros permisos. Así suceden entonces ensayos en que probamos nuevas texturas independientemente de que vayan a parar a un arreglo determinado. Sólo tomándolas como un padrón de recursos disponibles a modo de lenguaje sobre el que vamos trabajando.
Al pensar en esta formación es inevitable remitirse a Zitarrosa ¿dialogan con ese u otros autores al momento de idear en los arreglos?
El clásico cuarteto de guitarras de Don Alfredo Zitarrosa ha sido siempre una inspiración para mí. De hecho, la primera etapa estuvo muy ligada a esos recuerdos de infancia donde sonaban en mi casa sus discos.
Lógicamente que en nuestro bagaje también circulan otras fuentes de inspiración que, si bien no son del folklore tradicional, pertenecen al repertorio de recursos de la guitarra académica de diferentes países.
Hace unos años presentaste Calma, con una impronta más ligada al jazz ¿cómo explicás esa necesidad de moverte entre diferentes géneros, si es que creés en la división de los géneros?
Siento que las personas somos muchas cosas. En mi caso, no es sólo la música lo único que me desvela. Y dentro de la música disfruto, como melómano, de muchas expresiones del mundo. Me ha gustado acercarme a otras músicas sin por ello considerarme un pianista de jazz, por ejemplo. Pero el hecho de abrevar en esas otras maneras de hacer música, además del disfrute, ha enriquecido mi paleta a la hora de pensar otras arquitecturas posibles para expresar nuestros ritmos.
Cómo compositor e instrumentista ¿qué valor le das a la palabra, dentro y fuera de la música?
La palabra es otro de mis desvelos y trato siempre estar en contacto con la literatura buscando allí un diálogo permanente. En muchos casos eso ha derivado en bocetos de canciones, tomando algunas ideas de ritmos que traen algunos textos y del uso del silencio que hacen algunos autores.
Pero desde hace un tiempo también me ha gustado el diálogo con otras disciplinas tales como las artes plásticas y la danza. En ellas hay una fuente inagotable de otros recursos que renuevan la música.
En conciertos anteriores, con esta formación, has recibido visitas -como Silvia Iriondo y otros- ¿habrá invitados en esta ocasión?
No tenemos definido aún si habrá invitados, pero ganas no nos faltan.
¿Qué compositores actuales te cautivan o mencionarías hoy, por empatía con sus búsquedas creativas?
La lista podría ser muy extensa. Me da ganas de mencionar los que aún no son tan conocidos como el caso de Luis Barbiero, La Cangola Trunca, Sebastián Macchi, Rodrigo Carazo, Clara Presta, Patricio Hermosilla, el dúo Tardeagua y un larguísimo etcétera que me da mucha alegría porque me hace pensar que la música popular está en un hermoso momento.
¿Tenés proyectos en proceso para 2020?
Seguir trabajando intensamente con los dos proyectos en los que vuelco mis composiciones: El Quinteto de Guitarras y el colectivo Almalegría con el que desarrollamos una búsqueda podríamos decir más ligada a lo afro.
Con muchas ganas de ir grabando cada etapa de estos proyectos y salir a compartirlos con el público.